lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 30: "El pasado siempre vuelve"



Por mucho que llueva, tus huellas siempre quedaran escritas.



"El pasado siempre vuelve"
Parte I

Narra Nicole.

El aroma a sábanas de hotel inunda mis fosas nasales. Aspiro fuerte, intentando descubrir dónde me encuentro. Expiro, tranquilizándome debido a que recuerdo que pasó ayer. Estoy a salvo; estoy con Justin. Acaricio la almohada con la yema de mis dedos mientras paro atención a lo que me rodea. Todavía no me quiero levantar.

“Sí, mamá…Estamos bien, tranquila…Mamá, en serio…A la hora de comer ya estaremos allí…Ay, no sé. Haz lo que quieras de comer, no tiene importancia…Sí, ella es muy especial…Adiós, te quiero”

Reconozco la voz de Justin no muy lejos de mí, produciéndome una sonrisa idiota inmediatamente después de parar atención en lo que dice. Ella es muy especial…, sólo con estas palabras consigue que me den ganas de achucharle pero para cuando me dispongo a hacerlo, unos anchos brazos me rodean por la cintura apretujándome contra su barriga, su cabeza se posiciona en el hueco de mi cuello y lo besa tiernamente.
-Buenos días, nena- sonríe contra mi piel-. Sé que estás despierta, a mí no me engañas.
Frunzo el ceño, divertida. Abro los ojos con cuidado por la cantidad de luz que hay en la estancia, volteo para mirarle a esos ojos miel que me enloquecen.
-Soy una experta engañando- lo miro retadora, con una dejadez de brillo en los ojos. Esboza una linda sonrisa de lado. A continuación, besa mis labios con pasión- Muy buenos días- recalco la segunda palabra, coqueta- ¿Dónde estamos, Justin?
-En un motel de camino a Stratford- contesta para desplazar el pelo suelto que hay sobre mi cuello.
-Yo no recuerdo haberme metido en una cama- comento.
-Ya bueno- empieza a dejar cortos besos por mi cuello-. Eso es porque te quedaste croquis en la furgoneta y tuve que meterte yo con mucho cuidado para que no te despertaras.
-Podrías haberme despertado, tonto- alzo su mentón con dificultad, distrayéndolo de su trabado con mi cuello.
-¿Y perderme verte dormir? Creo que no- mira mis labios, los vuelve a juntar con anhelo mientras baja y sube sus manos por mis costados.
Al separarme de él, lo agarro con más fuerza contra mí queriéndome asegurar que esto no es un sueño- Justin…
-¿Mhm?- murmura, acurrucado contra mí.
-Estoy nerviosa por lo de hoy. ¿Y si no le caigo bien?- pregunto, temblorosa. Nunca se me han dado bien las presentaciones ni las despedidas, nunca he sabido qué decir o qué hacer y usualmente meto la pata en todas estas cosas. Es como si se me implantara un nudo en la garganta que la traba no permitiéndome hablar y se me agarrotaran los músculos para parecer más imbécil de lo que ya soy por costumbre.
-Nicki, ya le caes genial.
-¿Ah sí?
-Sí, porque le he dicho que eres mi novia- acaricia mi barriga con parsimonia, creando suaves círculos por encima de mi camiseta ancha de pijama.
-¿Y eso ya me da paso libre?
-Uy, más que eso. A mi madre ya le encantas porque eres la primera novia que he tenido o… por lo menos la primera que le he presentado. Y eso es más que importante.
-Lo que sea, sigo estando nerviosa.
Sonrío de lado, pero realmente los nervios me están carcomiendo. Si esto no sale bien, si a su madre no le caigo bien, si es todo demasiado incómodo para soportar, ¿qué haré? Nunca se me han dado bien estás cosas.





***




El fuerte brazo de Justin me rodea la cintura mientras da suaves golpecitos en el costado izquierdo. Yo no paro de mover la pierna rítmicamente esperando que su madre abra la puerta de casa.

Desde el exterior, la casa parece hogareña y acogedora. No es muy grande; para nada comparada con la mansión de Jeremy McCann. Pero es infinitamente más bonita. Es de esas típicas casas de revista que esperas encontrar en la montaña, no aquí. Tiene el tejado de tejas oscuras, arenosas, las paredes de color ocre. Un porche ancho con bigas marrón oscuro lidera la entrada, desnivelado por tres escalones respecto al suelo. Un jardín de césped bien cuidado, macetas y tanques de flores te dan la bienvenida en cuanto llegas. La propiedad no está protegida por ningún tipo de valla y un caminito de losas de cerámica te lleva hasta la entrada. Las dos ventanas, a cada lado de la puerta principal, están adornadas con tiestos con flores de todo tipo. Detallista, cuidadosa. La madre de Justin me empieza a recordar a mi propia madre sólo con ver el estado de la casa; impecable y sencilla.

El pulso me va a cien. Carraspeo repetidas veces esperando aclarar mi garganta. Por favor, no quiero quedarme en blanco. Tarareo interiormente una canción un tanto extraña, neurótica, sólo para cerciorarme que por fuera soy lo más normal del mundo. Debo caerle bien, pienso cruzando los dedos a mi espalda.

-Tranquila, nena. Mi madre todavía no se ha comido a nadie- bromea Justin, acariciando mi brazo arriba y abajo como si con eso fuera suficiente para que me calme. Iluso.
-Siempre hay una primera vez para todo.

Acabo de pronunciar estas palabras y la puerta se abre, descubriendo a una mujer joven de unos treinta y siete años, media melena morena con unos grandes ojos claros, azules, una tez clara y unos pómulos realzados. Me mira sorprendida, feliz, con una sonrisa amplia, sincera, en la cara asomando así unos dientes blancos y bien colocados. Me recuerda mucho a Justin porque al sonreír tiene el mismo brillo característico en el rostro. 
Sin previo aviso, se lanza sobre mí rodeándome con sus brazos por el cuello, delicada y eufórica al mismo tiempo. Me pilla completamente desprevenida porque no soy de abrazos como primer recurso, de grandes afectos desde el principio. Sin embargo, me encuentro cómoda en su enlace afectivo porque siento que ya me tiene confianza sin tan siquiera haber abierto la boca.

-Encantada de conocerle, Sra. Lauper- digo, esbozando una sonrisa.

-Ay, cielo. No me llames así, para ti soy solamente Pattie- contesta divertida-. Tenía muchas ganas de conocer a la persona que le ha echado el lazo a mi niño. ¿Sabes? Eres la primera que me presenta, así que debes de ser muy importante-explica tan pronto deja de abrazarme aunque mantiene la mano derecha sobre mi antebrazo.

Noto como Justin se pone colorado de inmediato.

-Vale, vale, mamá. Creo que ya basta por hoy- se queja, vergonzoso. Suelto una risita.
-Me alegro de oírlo. 
Pattie hace un movimiento de manos como restándole importancia al asunto y nos invita a pasar dentro- Venga, venga. Ya basta de bienvenidas, entrad-entonces se percata de que falta gente- ¿Sólo venís vosotros? ¿Chaz, Ryan y Anna se han quedado con tu padre?- cuestiona sin saber la gravedad del asunto.

Los ojos de Justin y los míos se oscurecen pues su nombre es como una losa de mármol sobre nosotros, su recuerdo siempre dolerá pero hemos procurado tanto tan siquiera pronunciar su nombre, tan siquiera hablar de él que qué lo mencionen duele todavía más. 

-No mamá, Ryan y Anna querían dar una vuelta. Chaz...
-¿Chaz? ¿Qué le ha pasado a Chaz?- sus ojos se vuelven diminutos, sus labios se tornan una fina línea, carraspea ronca. Entonces creo que comprende todo. Sus ojos se abren, humedeciéndose, coloca la palma de su mano izquierda sobre su boca- Oh Dios mío, he rezado día y noche para que esto no os pasara a ninguno...Yo...
-Ya está mamá, quien lo hizo ha pagado por ello- murmura tajante, endureciendo la mirada. Aprieta la mandíbula.
Su madre asiente dolida, sin querer preguntar qué es lo que pasó realmente, como murió Chaz y cómo el culpable ha recibido su merecido. Supongo que prefiere no saberlo. En realidad, si me dieran la posibilidad de no saberlo, la elegiría sin dudar porque a veces la verdad puede ser muy dolorosa. 

***

Miro mis dedos alrededor de la taza de café, distraída. Estoy realmente feliz de ver a Justin de esta manera, tan relajado, tan sonriente, tan poco a la defensiva. Nunca lo había visto así. Siempre me ha parecido que vive a la espera de que algo realmente malo ocurra, siempre expectante que la retaguardia no le juegue una mala pasada cuando, en cambio, aquí lo veo calmado, seguro, confiado. Sonrío de lado cuando Justin me dirige una mirada con sorna por mi aparente mueca. Le guiño el ojo, juguetona y vuelvo a prestar atención a Pattie quien saca unas pastitas de chocolate del horno. Me relamo los labios al verlas dado que tienen una pinta estupenda. Son masas de hojaldre gruesas con Nutella en el centro de la pasta, ligeramente deshecha. 
-Bueno, tenéis que explicarme muchas cosas- sonríe traviesa, esperanzada de que le contemos todo de pe a pa.

Cojo una pastita con timidez, la muerdo con cuidado para no quedar como una cerda comiendo y pongo mi mano justo en frente como protección antimanchas para los labios. Justin ríe de soslayo por ello. 

-¿Qué quieres que te contemos?
-Ay, no sé- vira los ojos hacia la izquierda. Parece una colegiala en su primer día de clase en su asignatura preferida-, ¿Cómo os conocisteis? Porque este tonto de aquí- hace referencia a su hijo, quien permanece callado- no me ha contado absolutamente nada. ¡Mala persona!-exclama antes de darle un tortazo en la nuca, flojito.

Reprendo una risotada, pero no sé qué debo contarle. ¿Ella hasta donde sabe de la vida de Justin? Encima "nuestra historia" es impactante, ¿Cómo se la explico? 
Justin y yo prácticamente llevamos poco más de cuarenta y ocho horas saliendo y su madre parece que nos esté hablando, que se refiera a nuestra relación como si lleváramos toda la vida y en vez de una madre sea una amiga que se ha perdido ciertas cosas, es Viernes por la noche y nos la hemos encontrado en el bar de la esquina de nuestra casa. Es demasiado irreal todo.

-Ehm...-balbuceo, sin saber por dónde empezar.
-Yo la secuestré- sale en mi ayuda Justin tan natural como siempre, y es que en él hasta la cosa más absurda cobra sentido.
-¿Te secuestró? Cielo santo- abre la boca de par en par Pattie.
-Eh, mamá, no me has dejado acabar- niega con la cabeza haciendo ver que está molesto- No fue un secuestro normal, ni estaba planeado. Simplemente ocurrió. La familia de Nicole son los Williams, agentes del FBI desde siempre y ellos intervinieron en una de nuestras reuniones con un capo de la mafia colombiana. Era algo muy importante y nos lo vinieron a chafar. Entonces la vi, y me sonó su cara, después uno de nuestros miembros quiso matarla pero una bomba estalló y yo la saqué de allí porque quería descubrir quién era y porque, ahora que lo pienso, Nicki siempre ha arrastrado con ella algo misterioso que hace que quieras conocerla más profundamente. Siempre fue especial, supongo-mientras va recitando esas palabras, profundas a mi modo de ver y sobre todo para alguien como Justin, se empieza a toquitear la pierna, las manos, no estarse quieto como si estuviera nervioso.
-Oh, eso es muy bonito cielo- murmura su madre mirándonos directamente a los dos. Yo solo lo miro embobada, asimilando lo que acaba de decir.
-Eso ha sonado estúpidamente cursi-masculla de vuelta, enfurruñado por alguna razón que ahora mismo desconozco, ni me importa. Solo doy importancia a ir hacia él, entrelazar nuestros dedos con lentitud—primero las yemas entremedio, después deslizarlos por entre los dedos opuestos por nuestras palmas al tocar—, a cogerle el mentón con la mano libre y dirigirla a mis labios en un tierno beso. El típico beso que das para salir del paso porque te da vergüenza. Sin embargo, esta vez no hay vergüenza, no hay miedo; sólo nosotros y lo que nos espera por delante que espero sea dichoso.
-A mí me gustas más así de cursi.
-Lo sé, nena. Pero como hay poco Justin así, es todo exclusivamente tuyo- vuelvo a besar sus suaves labios, lanzándome más a él. Deja de ser un beso inocente en cuanto Justin se atreve a morderme el labio inferior.
Pattie carraspea, riéndose entre dientes y una cara de obviedad- Si tenéis ganas de dormir, sería buena idea que os echéis un rato para descansar los ojos. Ha sido un viaje muy largo.
-Ah, no te preocupes Pattie- corro a decir riéndome de lado.

Justo en este instante, el zumbido del timbre de la casa nos interrumpe de cualquier conversación.

-Supongo que son los tortolitos-masculla Justin, levantándose de su silla y dirigiéndose hacia la puerta-. Ya voy yo a abrirles.
Oigo sus pasos apresurados y el silencio se apodera de la cocina. Acabo el último sorbo de café que queda en el vaso. 

-¿Crees que merece la pena?-me pregunta de sopetón.

-¿El qué?

-Dejar todo por mi hijo-explica y sacase su mano-. No me malinterpretes sé que Justin es buen chico y sé que sí que merece la pena él pero su tipo de vida no tanto. ¿Crees que merece realmente la pena?

-Pattie, realmente amo a Justin. No sé si está bien pero yo lo quiero, de eso estoy segura.

-Lo sé, es sólo que...Veo que eres muy buena chica y debes haber arriesgado mucho para estar con él aunque llevéis poco tiempo, sé que habrá habido problemas con tu familia y que seguramente los hay, los habrá-para un instante y carraspea ronca-. Yo tuve que tomar esa decisión hace tiempo y no me arrepiento de nada, pero ha sido muy difícil-suspira-. Solo quiero que estés segura de lo que haces.

-Lo estoy, en serio. Siempre he sabido lo que quiero, al igual que ahora.
Pattie sonríe, entendiendo esperanzada, tan pronto retornan a la cocina Justin seguido de la parejita.

-¡Buenos días Pattie!-saludan ambos.
Pattie se levanta para darles un abrazo muy fuerte a cada uno.

-Ay niños, cuanto me alegro de veros-los estruja entre sus brazos.
Después del abrazo, Ryan se acerca a Justin sigiloso, sin que se note mucho mientras Anna, Pattie y yo hablamos. Los observo, porque sé que están tramando algo.

-Justin, te buscan-dice con disimulo.

-¿Que dices?-pregunta con la cara llena de consternación.

-Kyle- masculla entre dientes, como si con eso ya no se necesitaran más explicaciones, ya fuera suficiente.

-Eso es de todo menos bueno.

-El cabrón ese se entera de todo. Ha preguntado por ti.

-Pues se va a tener que joder. Venga tío, no es lugar para hablar de esto- explica Justin dejando a Ryan en medio de la cocina y volviendo a prestar atención hacia nosotras. 
¿De qué están hablando? ¿Qué traman? ¿Quién se supone que es Kyle? Lo escruto con la mirada para adivinar si está muy nervioso por el tipo este, pero ahora mismo Justin es completamente opaco. Me dirige una mirada de soslayo, adivinando así que los he pillado hablando. Suspiro y vuelvo a mirar hacia su madre y Anna. Entonces, sus brazos me rodean la cintura colocando así su cabeza en el hueco de mi cuello. Deja un suave tacto de labios en mi hombro y susurra para que nadie salvo yo lo escuche- Después te cuento. No te enfades.
Me estremezco al sentir ese contacto húmedo, sonrió porque en cierto modo va a confiar en mí y porque me lo ha dicho como temiendo algo. Teme que me enfade con él. Como si pudiera hacerlo.

-No tenía pensado hacerlo-le reconozco ladeando la cabeza y mirándole profundamente los ojos.

-Creo que podría llamar a tus abuelos para decirles que estáis aquí, ¿No?- Pregunta Pattie en nuestra dirección- Les alegrará saber que has vuelto por un tiempo.
Justin asiente, sonriente. Me apretuja contra el con terneza.

***

Las calles de Stratford son en su mayoría, estrechas ascendentes, descendentes y horizontales, que marcan un dibujo mayoritariamente ordenado como plano. Sus casas son pequeñas y hogareñas como la de la madre de Justin con su típico jardín delantero con un caminito de piedrecitas claras para llegar a la entrada. La zona más nueva de la ciudad ya está compuesta por bloques de dos o tres plantas con jardín comunitario entre ellas. Son las tres de la tarde siendo así que se empieza a notar la actividad por los locales o establecimiento de la avenida por la cual estamos paseando tan tranquilamente. 
-Eh bro, ¿Vamos a las canchas?
-¿Ahora? Ahora no hay ni Dios.

-Pues por eso. No tengo ganas de encontrarme a nadie- finaliza Justin dando por entender que vamos a ir donde él ordene por razones más que obvias que el solo conoce con plenitud.

-Mira que eres mandón-le reprendo mientras estallo en carcajadas. 

-Uy bro, lo que te ha dicho-se mofa Ryan metiendo cizaña. Anna se une a mis risas, haciendo que Justin enarque una ceja risueña. El cree que lo estoy retando de alguna manera que el solo conoce.


                                  "El pasado siempre vuelve"
                                                        Parte II


Narra Justin.

Ella está aquí, conmigo en todo esto y eso es simplemente magnifico, genial, increíble. Oh, maldita sea. A pesar de toda la mierda en la que estoy metido, a pesar de todos los percales en los que he estado, participado, a pesar de quien soy, ella solo se limita a decir: "Tampoco tenía pensado hacerlo" cuando le pido que no se enfade. Sé que ella ha oído mi conversación con Ryan, sé que ella sabe que hay algo mal en todo esto, que el nombre de Kyle no es solo un nombre entre tantos otros y en cambio ella me deja el tiempo necesario para que se lo cuente, no me presiona y esto se siente tan malditamente bien... Llevo toda la vida obligado a hacer tales cosas, obligado a que todas mis acciones tuvieran una finalidad, a que hiciera lo que hiciera mi libertad tendría una fecha de caducidad con un destino más que impuesto en el punto de mira que he llegado incluso olvidar lo que es que me den un respiro. Siempre he tenido que dar respuestas a todo el mundo, siempre Él ha controlado todas y cada uno de mis actos haciendo así que todo tuviera un porqué para mi demonio que ya no recordaba lo que era tener tiempo para realmente querer dar explicaciones a una persona. Sin embargo todo, ella lo hace. No me presiona en contarle nada, confía en que lo haré cuando tenga las fuerzas suficientes para hacerlo. Y eso me encanta. Aunque a ella voy a contárselo todo, se siente bien saber que tengo la posibilidad de pensármelo, de elegir si sí o si no. Con ella  no quiero ningún tipo de secreto por lo tanto le iré explicando todo de mi con tranquilidad. Porque con ella puedo vivir calmado. Tan siquiera me ha metido prisa con lo de decirle que la quiero, que la amo. Cualquier otra se hubiera enfadado, ella no. Ella entendió dejándome hacer. Me está dejando mi tiempo.
Por no decir que habérsela presentado a mi madre me llena de gozo. Soy consciente que esa bomba fue el detonante óptimo para que nosotros volviéramos a Stratford. Probablemente no estaríamos aquí si no hubiera explotado pero es que estoy muerto de miedo por perderla ahora que he podido echar mis miedos fuera y dar el paso. Solo quiero poder abrazarla por las noches, decirle mudamente que la quiero con mis caricias, solo sentir que ella me necesita. Eso quiero. Fuera mierdas, fuera tonterías. No quiero problemas el tiempo que pasemos aquí. Hemos huido de la sucia Miami para evadirnos de todo aquello. No lo quiero de igual modo aquí en casa aunque va a ser difícil de conseguir. Kyle ronda por aquí, como siempre, y querrá que sigamos con nuestro plan de siempre pero yo ya estoy cansado. Cansado de jugar a ser un tipo duro de cuidado dado que jugar antes era divertido pero cuando lo debes ser todos los días de tu miserable vida sin descanso ni para cerrar los ojos, la cosa cambia. Ya no me parece tan divertido aunque la sangre McCann fluya por mis venas. Deseo concentrarme por un tiempo en mi otra parte, mi otra mitad menos dañina para mi vida, para nuestro "nosotros". Quiero pasar de todos esos rollos y sobre todo quiero pasar de Kyle. Quiero evadir, deshacerme de todo lo que ese cabrón pueda ofrecerme. Sino fuera porque él vive en Stratford y yo no pienso arriesgar este lugar por su presencia, daría media vuelta para no tener que verlo ni en pintura. 
Me reta con los ojos, aunque ella no sea consciente de ello. Ryan no para de carcajearse, al igual que Anna. Pero lo que ellos no tienen en cuenta es que conmigo no se juega, ni se me reta. 
Sin tan siquiera pensarlo, la cojo por la cintura con fuerza, la alzo un lapso del suelo. Sus manos se agarran a mis hombros sonriéndome interrogante- Ni se te ocurra-. Contesta alarmante cuando el brillo de mis ojos, divertido, la advierte de lo que tengo pensado hacer. Antes de que vuelva a quejarse, le doy la vuelta y la cargo sin dificultad sobre mi espalda haciendo que ella meta un chasquido de pánico empezando a patalear.

-Déjame. Ni se te ocurra. ¡No soy un puto saco! ¡Justin!- chilla mientras que yo la acomodo.

-Pienso llevarte hasta las conchas de esta manera. Así que relájate y disfruta-chuleo, soltando una risotada al final de la frase.

-Te odio, que lo sepas-me dice, calmándose un poco dejando de dar golpes.

-Sabes que te encanta, nena.
Como respuesta obtengo un porrazo en medio de mi espina dorsal que hace que me cruja la espalda. Suelto un gruñido de dolor.
-Cuidado nena, que después si me jodes ahora no podremos hacer guarrerías-mascullo con la voz ronca, deseosa. Uhm, va a ser difícil ser paciente. Nunca he tenido que hacerlo; siempre he cogido lo que quería, cuando quería, dónde quería. Con Nicole todo va a ser diferente. Debo aprender a acostumbrarme a ello. De pronto siento un gran rodillazo contra mi espalda que sí que consigue que maldiga a todos los demonios.

-Cállate, idiota-se hace la ofendida aunque de seguro que no lo está.

-Venga, no niegues que te mueres de ganas de hacer cochinadas conmigo eh.

-En serio, cállate-me insta antes de clavar como puede sus dientes en mi brazo, succionando.

-Vale, vale. Ya me callo pero para de morderme-me quejo. No porque sea insoportable, sino porque sus dientes, su boca provoca en mi piel un déjà-vu de la noche más caliente que hemos pasado entre nosotros y me recuerda, también, a las recreaciones que mi mente ha ido creando al largo de este tiempo de como seria tenerla solo para mí en la oscuridad. Ronroneo desde lo hondo de mi garganta de solo pensarlo, agh.
Justo cuando llegamos a las canchas, la suelto sobre el asfalto dejándola con los pies en el suelo. La estrecho contra mis brazos a la fuerza ya que ella forcejea aparentemente enfadada por mis varios comentarios sucios para ella aunque reales y graciosos. Coloca ambas manos sobre sus ojos, tapándolos, haciéndose la indignada. Se ve tan idiotamente bonita cuando se pone tonta e infantil que dan ganas de comérsela. Con delicadeza, separo sus dedos de en medio asomando así su nariz y beso la punta.

-Venga, no te enfades-susurro contra su cara.
De golpe se lanza hacia mí y junta sus labios, con los míos, ruda y tierna a la vez.
Al separarse, murmura mordiéndose el labio inferior-No puedo hacerlo, idiota-, al tiempo que se aleja hacia Ryan y Anna que están sentados en las gradas que hay colocadas a ambos lados de la pista de básquet.
Todas las tardes se juntas grandes grupos de adolescentes de los alrededores. Los chicos para jugar partiditos unos contra otros y las chicas para observar a los chicos que están jugando bajo el sol, obviamente, también para darle al pico durante horas.
Yo solía pasarme aquí horas y horas jugando a básquet con mi grupo de amigos del barrio. Seguiría haciéndolo, supongo. A veces me pongo a pensar que haría si mi padre no fuera mi padre, si mi vida no fuera como es. Siempre he pensado que sería infinitamente mejor, ahora, cada vez pienso que las cosas no deberían ser de otra forma. Miro a todos los lados para ver si Kyle y sus perros falderos están por aquí. Por suerte no veo rastro de ellos. Me dirijo hacia Ryan y las chicas, sentándome en un nivel más bajo que Nicole. Ryan y Anna están muy acaramelados, abrazados mientras ella da suaves besos en el cuello de él. Nicki abre las piernas poniéndolas a ambos lados de mi cabeza, enterrando así sus amañosos dedos por mi pelo, acariciando, clavando las uñas. Gruño, dejándome llevar. Masajea mi cabeza, ascendiendo, descendiendo, haciendo círculos, llevándome hasta el séptimo cielo con unos simples movimientos.

-Justin, ¿Cuánto tiempo llevas sin venir?-pregunta, curiosa.

-¿A las canchas o a Stratford?

-A Stratford idiota-me riñe dando un suave toquecito con la palma derecha de su mano sobre mi coronilla.

-Auch-me quejo.

-No seas quejica, mentiroso.
Me carcajeo al oírla, prosigo a explicarle- Pues llevo un año y medio sin venir.

-¿Por qué? ¿Tu padre no te ha dejado?

-No, nada de eso. La verdad es que Jeremy se ha opuesto pocas veces a que venga. Sabe que a veces se necesita desconectar y que mi madre sigue aquí. Nunca ha querido separarme de ella completamente. 

-¿Entonces?-me interrumpe. 

-Pasaron ciertas cosas la última vez que pase aquí un tiempo, que preferí olvidar. 

-¿Qué tipo de cosas?- me interroga; algo bastante normal ya que mi vida está llena de misterios. No la culpo por querer saber, al igual que yo querré saber todas las cosas sobre ella. Querré y quiero saber. 

-Digamos que ensucie el único sitio al que podía escapar. Se volvió sucio por mi culpa y preferí parar. 

-Pero ¿Qué hiciste?-vuelve a preguntar, interesada y atemorizada. Lo oigo, lo siento en su voz. Alzo mi mentón tirando la frente hacia atrás para encontrarme con esos profundos ojos grises y los encuentro de la misma forma que cuando los mire la primera vez en el almacén, dolidos, rotos, llenos de terror. «Eres sucio. Eres malo para ella» Trago saliva con fuerza sintiendo como mi gola raspa la piel de mi cuello al subir y bajar. Lo último que quiero es que ella piense que soy más peligroso de lo que ya acepta que soy, que ella descubra que realmente estoy muy jodido, que yo le de asco, que le infunda pavor. No quiero volver a ver esos ojos por mí. No, por favor, pienso apretando mi mandíbula con fuerza. No puedo contarle sobre aquello. Simplemente no puedo porque si no creo que ella me odiara. Si sabe lo que soy capaz de hacer solo por diversión, solo porque yo lo he querido así, solo por Él, me odiará. Y con razón, porque soy un monstruo.

-Cosas que no quiero recordar-mascullo perdido entre las dumas de sus ojos, hipnotizado. Cruzo los dedos para que ella no me siga preguntando debido a que realmente no tengo fuerzas para explicarle sobre aquello ahora, aquí. Como tanto me encanta, se queda callada entendiendo que no quiero hablar sobre ello, dándome un espacio.

-Eh putita, vamos a echar unas canastas-capto la atención de Ryan quien se estaba pegando el lote con Anna. Vaya dos, pienso. Aguantándome la risa, agarro la oreja de Ryan y la estiro hasta sacarlo a rastras de las gradas mientras se queja por el dolor que le estoy causando.

-Ah, ah, ah. Auch. Qué duele coño- rechista repetidas veces.

-No seas tenaza-le suelto, cuando ya estamos delante de la canasta libre. 
Va a soltarme una pulla de vuelta cuando Anna y Nicole saltan sobre nosotros y se agarran a nuestras espaldas cuales monos en la selva. Nicki besa mi cuello, Anna suelta una carcajada.

-Nos tenéis que enseñar a lanzar a canasta como profesionales-exclama Anna, encantada de la vida. Ryan y yo estallamos en risas tan pronto coloco mis manos bajo el culo de Nicole y lo aprieto con segundas intenciones, descojonándome. 

-¡Deja de manosearme el culo!

-Uy las violaciones en otro lado, por favor-comenta Anna. Como siempre con sus comentarios subiditos de tono, sarcásticos.

-No sería violación si yo quiero-contesta con rapidez Nicole. La miro de lado abriendo los ojos. De solo pensarlo me pongo caliente. Encima siento sus pechos pegados a mi 0espalda. 

-Esta noche os quiero en la otra punta de la casa-amenaza Ryan, bromeando.

-Si claro, yo he tenido que aguantar gritos y "Oh si, Ryan. Dame más" demasiadas veces como para que ahora no aguantes los nuestros.
Le doy paso a Nicole para que se baje de mi espalda, con todas sus mejillas sonrojadas por la vergüenza.

-Cierto, pero controlaros-sigue bromeando creando un rosado más marcado en ella. Me río, sabiendo que algún día será todo esto verdad. Por ahora si ella quiere esperar, le daré tiempo. No tengo prisas con ella sino una vida entera por delante. 

-A lo que íbamos. Tenéis que enseñarnos a lanzar bien-tarda poco en cambiar de tema Nicole, quien obviamente le incomoda este tipo de conversación. Por lo menos ahora.

-¡Pero si eso es imposible! Ni con mil años conseguiríamos que lanzaseis bien-comenta Ryan, risueño.

-Pues te jodes y nos enseñas-masculla Anna pegándose a él. Ryan baja ambas manos hasta su culo y lo apretuja como segundos antes he hecho yo con el de Nicki. Anna suelta un chisclido de aprobación, besándolo apasionadamente.

  
***

-No así no-la regaño, molesto. No hay manera de que se entere. -.Dobla las rodillas, suave. Elévate y lanza-indico lo que tiene que hacer para poder encestar alguna. 
Lo prueba pero no impulsa lo suficiente la pelota, quedándose a mitad de camino. Chasqueo la lengua. Ella realmente es un desastre.

-¡Nicki así no! Agh, joder-mascullo poniéndome detrás de ella. La agarro fuerte de la cintura, la pongo en frente de mi cuerpo, pongo mis manos sobre las suyas aplastando la dichosa pelota y acompaño cada uno de sus movimientos para que después sepa copiarlos bien- Agáchate con suavidad, agarra con fuerza la pelota. Elévate fuerte y, ¡Ya! Lanza-soltamos la pelota a la vez. Como la he ayudado la pelota llega al aro y entra con precisión.

-¿Ves? Sin mí no hubieras podido-me pongo gallito- Me necesitas, nena.
Al acabar de demostrar esta cantidad de ego embotellado que guarda mi cuerpo, Nicole estalla en carcajada limpia dejándome patidifuso. ¿Qué le produce tanta gracia? Al acabar de mearse delante mío, sonríe de lado como escondiendo algo, demasiado divertida.
Busca la pelota, la coge y lanza a canasta con un tiro limpio, preciso, digno de un profesional produciéndome una O marcada en mi boca.

-¿Te pensabas que no sabía lanzar?

-Ehm, yo...sí-reconozco, asintiendo. Esto me ha pillado por sorpresa. No sabía que ella podía lanzar tan bien, que sabía manejar la pelota así.

-Pues no, Justin. Tener hermanos mayores sirve de mucho-explica divertida-. Ha sido buenísima tu cara.
Pone sus brazos en jarras, mirando plenamente la cara de gilipollas que se me ha quedado.

-¿Y todo eso?-me refiero al rato que hemos pasado ella siendo una negada en básquet.

-Puro teatro. Solo era para que me enseñaras en plan sexy de película-esboza una amplia sonrisa que ilumina su rostro.

-Eres mala. Muy  mala, nena-mascullo acercándome hacia ella con deseo. Mis ojos queman de lo ardientes que se han puesto. Porque cuanto más me reta, más me gusta. Más interesante me parece. Agarro su cintura con brusquedad, zafando la pelota de sus brazos; la cual cae repiqueteando el suelo con pequeños golpes sonoros. Le planto un casto beso, en los labios produzco mi sonrisita de galán de inmediato.
El repiqueo de la pelota cesa de una forma muy extraña, como interrumpida. Me separo de Nicole porque un mal presentimiento azota mi  bienestar. Lanzo una mirada de lado, inspeccionando cuando me topo con esos ojos verdes serpiente ponzonosos, clavados en los míos como inquebrantable. Su sonrisa característica, tan gélida, tan pausada como siempre, inunda cada una de sus facciones e inmediatamente sé que la tranquilidad en Stratford se me acaba de ir al traste.

-Justin McCann ha vuelto-anuncia, con un brillo en los ojos que se me hiela la sangre de golpe.
Levanto la cabeza, poniéndome firme. Ya tengo a Ryan a mi lado protegiendo a Anna con el brazo delante de ella, como si eso fuera a hacer algo contra Kyle. 

-¿Qué quieres ahora Kyle?-pregunto, verdaderamente molesto. Ya sé que este es más su territorio que el mío, pero no voy a permitir que corte mis momentos con Nicki. No tiene derecho a ello.

-Nada en especial. Solo pasaba por aquí con los chicos y te he visto comiéndole la boca a esta hermosura-le dirige una mirada que consigue que se me revuelva el estómago en un momento. Esta vez soy yo quien pone su brazo delante de su cuerpo como marcando un territorio al que le aseguro que no va a acceder. Nicole es mía y de nadie más-. Me he sorprendido al verte. Llevabas mucho tiempo sin aparecer por aquí, Justin.

-Lo sé. Precisamente tu cara no era la que quería ver-explico siendo sincero.

-Pues se te he echado de menos. Sobre todo era divertido cuando te daban esos ataques de rabia-imita una carcajada demasiado falsa para que incluso haya salido de su boca.

-Déjame en paz Kyle. Las cosas han cambiado. No dudare en cerrarte la boca de un golpe.

-Nunca te atreviste, ¿Por qué ahora iba a ser a ser diferente?

-Porque, Kyle, ya me cansé de oler tu culo.

-Yo mando aquí McCann, nunca lo olvides.
-Tranquilo, no soy una amenaza. No necesito nada de la mierda que tú tienes. Ya tengo lo mío propio.
Sus perros falderos nos miran a todos con curiosidad del porqué de nuestra vuelta. Llevábamos tanto tiempo sin aparecer por los alrededores que de seguro creían que ya no nos iban a volver a ver el pelo. 
Fulmino a Kyle con la mirada, indicándole que si no se larga va a recibir una buena somanta de palos. Entonces, como si me leyera los pensamientos, chasquea su lengua y se va.

-Hasta pronto, Justin. Stratford boys, ¿Recuerdas?
Se me congela la sangre de solo recordarme, con esas dos palabras, todo lo que hemos llevado a cabo aquí. Llevaba demasiado tiempo con Kyle, a su sombra. Hasta que me di cuenta que por mí solo era más fuerte con diferencia.


***



Me siento en el sofá hecho caldo. Estoy cansado, muerto y solo quiero perderme con ella. Solo eso. Por fin estaríamos sin que nada nos molestase. En Miami la mierda de la droga, la mafia y los cabrones de turno. En Stratford el puñetero Kyle que me persigue, recordándome que no todos nacemos grandes, que le debo en parte mi espíritu malvado. No sabe cuánto me la repatea eso, cuantas ganas tengo de patearle esa cara de chulo barato que tiene. Agh, acabaría rápido con él, pero no quiero volver a manchar este lugar y menos con ella en el plano.
Acaricia su cabeza por encima al tiempo que oigo sus respiraciones impactar contra mi costado. Gruñe flojito. 
-Dentro de nada ya os podréis ir a duchar-anuncia mi madre al entrar al comedor.
-¿El agua ya está?
-Sí, la bomba tiene muchos años y a veces le cuesta arrancar para bombear el agua hacia la ducha, ya sabes.
-Sí, lo que no se es porque no nos has pedido dinero para pagar una reparación o algo.
-Porque tu padre no tiene por qué pagarme nada.
-Pero si sobra- comento fijando mi mirada en un punto fijo.
-No es por el dinero. Es porque yo ya no tengo el derecho a pedirle nada-explica obviando que es normal.
-Bueno, pero yo sí que te puedo pagar la reparación o una nueva.
-Preferiría que no pero haz lo que quieras.
-Vale-sonrío, victorioso. Mi madre resopla y entonces me fijo más en ella. Por Dios, la he echado tanto en falta. Ella es lo único plenamente normal en mi vida, por así decirlo. Aunque para haberse juntado con Jeremy McCann hay que echarle ganas al asunto. Ganas y valentía. Siempre he sentido curiosidad pero nunca me han contado ninguno de los dos como se conocieron. Han sido muy reservados respecto el gran tema. Prometieron olvidarse el uno al otro; hecho que han cumplido con extraordinaria eficacia. 
-Nicki va, la ducha ya está lista-le digo, incorporándome con cuidado. La pobre está muerta por todo el esfuerzo durante la tarde de hoy. Normal, es una auténtica luchadora por la pelota en las canchas. Hemos acabado jugando a un dos por dos; Ryan y yo contra Anna y Nicki. No nos han ganado pero por solo un punto de diferencia. Bien jugada. 
-Voy volando-se levanta ligera y se dirige hacia no sé dónde arrastrando los pies. Va con los ojos entrecerrados. Dudo mucho que sepa a donde se dirige ya que está yendo en la dirección opuesta de la casa.
-Eh, despistada, es por aquí-señalo el lado contrario provocando una risita tierna en sus labios.
-Ups, perdón-se disculpa retrocediendo en sus pasos. Se frota los ojos como una niña pequeña. Al llegar a mi altura, beso su frente, y la cojo de la mano.
-Ven. Te acompaño al baño.
Pasamos por delante del comedor otra vez y como no Ryan no puede abstenerse de comentar otra vez, así que lo hace-Uy, tú la acompañas Justin-pone voz de tonto, mucho más aguda que la suya-. A ver que hacéis en la ducha.
-Idiota-mascullo enseñándole el dedo del medio-Lo que pasa es que tienes celos, putita.
Tanto Anna, Nicki como Ryan estallan en carcajadas.
Subimos las escaleras principales de la casa que dan media vuelta sobre el aire, recargándose, para dar paso al piso superior donde se encuentran todas las habitaciones: la de matrimonio donde duerme mi madre, la mía y dos más de invitados, a parte, un escritorio y un cuarto de baño con plato de ducha individual.
La guio por el pequeño, estrecho, pasillo hasta la última puerta donde está el cuarto de baño. Empujo la puerta para dentro, me dirijo hacia el armario blanco esquinero y cojo una toalla grande blanca, otra pequeña para el pelo de color verde turquesa.
Nicki se mete para dentro y espera a que me marche, entonces, me acerco a ella recortando distancia entre nosotros. Sonrió pícaro y recuerdo la vez que la pille después de ducharse, con todas las gotas de agua desparramándose por sus mechones e impactando en su cuello, clavícula, hombros y nuca. Me relamo los labios.

-¿Te ayudo a desvestirte, nena?-formulo ronco pensando en la gran negativa que me va a dar pero eso no impide que tiente a la suerte. Esto es completamente nuevo para mí.

-Ni de coña, Justin-contesta, interponiendo una mano en mi pecho parándome y empujándome mientras esboza una risa sensual, hacia afuera.
Cierra mi puerta en mis narices. Río.

-Tenía que intentarlo-mascullo divertido tan pronto doy media vuelta y me vuelvo al comedor donde esperan todos.

***

Se siente tan bien sentarte a la mesa a comer sabiendo que no tienes nada que hacer, que no tienes que amenazar o matar a alguien, que no tienes nada que no sea bueno que hacer. Eso da gusto. Con la gente a la que quieres cerca de ti, sentada en la mesa compartiendo tonterías, cosas sin verdadera importancia. Antes de empezar, como de costumbre, mi madre bendice la mesa y da gracias al señor por los alimentos que nos ha ofrecido. Mi familia por parte de mi madre es muy religiosa y costumbres como esta están al orden del día.
-Justin, tu padre ha llamado hace un rato.

-¿Ah, sí?-pregunto con curiosidad dado que no es costumbre de Jeremy llamar porque sí, no creo que esté interesado en saber si hemos llegado bien aquí.
-¿Os habéis venido sin permiso, hijo?

-¿Sin permiso?-exclamo sorprendido. Miro a Ryan interrogativo preguntándole con la mirada si sabe algo de esto. Éste encoje los hombros-No, obvio que no. De esa maldita casa no puedes salir sin permiso- rujo a la defensiva.

-Pues tu padre ha llamado diciendo que te quiere de vuelta para casa, sobre todo a ella-señala a Nicole. Me alarmo. ¿Para qué quiere el cerdo ese a Nicki? ¡Ni muerto vuelvo ahora que hemos llegado y menos la envío a ella! Encima, yo pedí permiso para irnos, a no ser que...que Jeremy este enfadado por otra cosa, no porque me haya marchado. ¿Quizá se ha torcido algo con los pactos? Imposible, lo deje todo atado para empezar a fabricar la droga a toneladas. Anna dejo todo preparado. 

-Pues se va a quedar con las ganas, mamá. Porque yo ahora no vuelvo a Miami hasta que pase el peligro-suelto sin pensar que no tenía la intención de explicarle porque hemos venido. ¡Maldita sea!

-¿El peligro? Nadie me ha dicho nada de peligro- exclama ella horrorizada. Mierda. Mira que soy bocazas, me reprendo interiormente a mí mismo por haber cometido esta gilipollez.

-Nada. Solo ha sido una tontería que hemos utilizado como excusa para venir-me salva Ryan, rápido como siempre. 
Se hace el silencio entre nosotros, incomodo. Sé que esa mentira no ha colado en mi madre.

-¿Me estáis diciendo la verdad?-nos escruta con la mirada, sabiendo que escondemos algo.

-Pattie, yo se lo explico-murmura Anna, destensando todo. La fulmino con la mirada. No quiero que se lo cuente. Sin embargo, sé que ella está haciendo lo correcto-. Realmente no sabemos qué ha pasado pero pusieron dos bombas en las vigas de la casa-mi madre abre la boca de par en par, cayendo en la cuenta de lo que ha sucedido-. Las justas y puestas de tal manera que no han destrozado la casa, ni prácticamente hay heridos pero era para alarmarnos de algo. No sabemos quién ni porque ha sido.

-¿Y por qué no me lo habéis contado?-exclama alarmada mi madre mirándonos acusadora a Ryan y Justin.

-No queríamos preocuparte mamá. Total, ya estamos a salvo todos. Y descubriré quien ha sido-respiro fuerte-, y pagara por ello-finalizo, serio.

***


Deslizo el cigarrillo de un dedo a otro, intercalando aspiraciones de su delicioso humo. Suspiro con fuerza, inclinándome en la barandilla. Miro por la calle, del principio hasta el final. Sonrío al recordar las innumerables noches que me ponía a mirar en verano por el balcón cuando el sueño no venía a mí. El dichoso calor también jugaba un gran papel por la noche. Me respaldo, tirando la cabeza para abajo, dejando caer la mano con el pitillo.
Silenciosos, unos brazos rodean mi torso por detrás juntándose a la altura de mi ombligo. Deja tres suaves besos sobre mi espina dorsal. Mi piel se eriza con su contacto, cierro los ojos para poder sentirlos más. 

-Hola-saluda sonriendo contra mi piel.

-Hola, nena-respondo sonriendo de lado.

-Duermo aquí, ¿verdad?

-Claro. Conmigo, muy pegados-murmuro ronco. Ella suelta una carcajada.

-¿Es que siempre vas a estar soltando este tipo de comentarios?-murmura mirándome con tentación en los ojos.

-Como me conoces-reconozco tan pronto me doy la vuelta. Dirijo el cigarro a mis labios, respirando la última calada que me ofrece-Ven, siéntate conmigo.

-Vale-responde haciéndome caso.
Nos sentamos en el suelo de azulejos marrones arenosos. Dejo mis piernas estiradas, ella se acurruca contra mi pecho abrazando mi cintura.
Le he prometido que se lo contaría y eso mismo es lo que voy a hacer.

-Nicki, ¿te acuerdas esta mañana cuando hablaba con Ryan?

-Si-asiente-, me has dicho que me lo contarías.

-Pues, a eso voy-rio, incomodo.

-Eh, tranquilo. Si no puedes contármelo aun, esperare a que puedas.

-Nena, quiero hacerlo. No quiero secretos entre nosotros. No contigo-murmuro clavando mis ojos en los suyos-. No más pero necesito saber que nada ni nadie nos va a separar. No quiero perderte.

-Justin, escúchame-coge mi cara entre sus manos, acariciando mi mejilla-. He arriesgado muchas cosas por llegar hasta aquí y te lo digo muy en serio, nada que digas o hagas va a hacer que quiera irme de tu lado, ¿Vale? No ahora.
Sonrío, sabiendo de inmediato que ella siempre va a estar aquí. Cuando llevas toda la vida desconfiando de la gente, darte cuenta que hay alguien con quien realmente puedes confiar, decir cualquier cosa y saber que no la va a utilizar en tu contra es realmente algo maravilloso.


-Kyle y yo nos conocemos desde siempre-empiezo a explicar-. Mi madre quiso hacer obras en la cocina un verano y el padre de Kyle fue el paleta que las hizo. Cada día traía a Kyle con él porque no tenían a nadie para que se hicieran cargo de él. Empecé a juntarme porque yo me aburría en casa, así que empezamos a ser amigos. Tanto, que realmente se volvió mi mejor amigo.

-¿Os pasó algo?-cuestiona sin entender cuál es el problema con eso.

-La verdad es que no pasó nada que no supiera que iba a pasar. Kyle y yo empezamos a hacer cosas que no deberíamos haber hecho. Yo ya sabía que algo mal pasaba con mi padre pero la realidad es que no lo entendí hasta que a los 14 me obligó a irme con él, aun eso, yo siempre he tenido parte McCann. Llevo en la sangre ser poco de reglas, cometer idioteces y que me guste el peligro. Kyle y yo nos empezamos a juntar con la gente que no debíamos, empezamos a robar, a ir contra todas las reglas, nos metimos en una de las bandas que había por aquí pero no fue nada importante hasta que Kyle fue por su lado. Yo empecé a pasar más tiempo en Miami, cada vez más, hasta que mi padre me obligo a mudarme. La siguiente vez que volví, las calles de Stratford eran de Kyle. Al principio no supe oponerme a él, aunque yo he sido siempre más fuerte, más listo pero me gusto lo que me ofrecía-mi voz se oscurece.

-¿Que te ofrecía, Justin?
Me vuelve a tener miedo, dudando así si esto me conviene. Sí, sí. Ella debe saberlo todo, me recuerdo a mí mismo.

-Kyle creó un gran público a las peleas de navajas. Me metí en ellas para conseguir soltura y para descargar adrenalina. 
Sus ojos se abren de par en par.

-¿Hacías eso por diversión?

Mierda. Ahora siento verdadero pavor. Esta pregunta es como un cubo de agua helada. "¿Hacías eso por diversión?" Triste pero sí. Ponía mi vida en peligro cada viernes durante mis estancias aquí, jugué de camello y de tantas otras cosas simplemente por diversión, por seguir a Kyle que no me di cuenta de las barbaridades que estaba cometiendo. No porque necesitaba a Kyle y a los suyos para sentirme bien, sino porque mi vida estaba desmoronándose con toda la mierda de mi padre que no encontré otra salida para descargar toda la furia que sentía contra él. En cierto modo Él, mi diablo, no apareció porque sí. Apareció porque yo busqué que lo hiciera, apareció por mi culpa, apareció por la vida que estaba tomando, por los grandes y nefastos errores que estaba cometiendo. Apareció porque empecé a matar, puede que, por diversión. Soy un monstruo. Y ella debería saberlo. Soy un puto monstruo.
Me muerdo la lengua, cerrando los ojos con fuerza. La aprieto contra mi buscando el amparo que ahora mismo necesito casi tanto como el aire. Siempre me van a perseguir estos sentimientos, desgraciadamente, soy el único culpable de ello.

-No me odies-mascullo, tragando saliva. Es lo último que quiero.

-Eh, vuelvo a repetirlo. Debo reconocer que no me gusta que hicieras eso, pero ¿sabes? Todos cometemos errores, todos nos equivocamos y si tú ya no vas a volver a hacerlo, para mí ya no tiene importancia-suspira, siendo demasiado buena para mí-. Acepto todo lo que eres, Justin. No importa el qué.

-Lo hice todo por diversión, sí. No me siento orgulloso de ello-la miro dándole a entender que pienso que soy de todo menos bueno, que soy mierda de la pura.
Se acerca a mí, me besa tierna entregándome todo el amor que puede, delicadamente.

-Cuando lo de la muerte de Chaz se te fue la cabeza y me dijiste que eras un monstruo. Nunca he creído que lo seas, quiero que lo sepas. Y mucho menos ahora.

Por impulso me lanzo a sus labios, besándolos rudamente. Nuestras lenguas se entrelazan en una lucha constante por querer llevar la razón, por querer ser quien domina hasta que ella para, se calma, dejándome el pleno control. Bajo mis manos por sus costados, ascendiendo y descendiendo. Se pega completamente a mí sintiendo todo su cuerpo sobre el mío. La fricción de su cuerpo me enloquece, sintiendo el ardor del deseo por todo mi cuerpo. Me incorporo, cogiéndole la cara para impulsarla hacia arriba. Con fuerza, la alzo para que ella entrelace sus piernas alrededor de mi cintura.

-Es hora de ir a la cama-mascullo aprovechando uno de los pocos momentos en los que puedo coger aire al separarnos. Sonríe en mi boca, baja a mi mandíbula. La muerde. Va dejando un rastro de besos húmedos por mi cuello, bajando, tan pronto tienta con las yemas de sus dedos por mi espalda hasta llegar al final de mi camiseta. La sube, desprendiéndomela. Me quedo sin; cada movimiento es más brusco. Cuando llego al borde de la cama, me voy tumbando boca abajo con tranquilidad. Empiezo a subir su camiseta, se la arranco prácticamente. Dejo en paz sus la labios, recorriendo su piel hacia abajo. Llego a sus pechos, mordiendo por el borde de su sujetador.

-Justin, por favor-suplica. Su voz me vuelve a calmar, devolviéndome a la realidad. Me tomo un respiro- Todavía no.

Sin contestar, entendiendo sus deseos, alzo la cabeza y la miro con todo el amor que mi amargado corazón puede regalar. Balbuceo, queriendo decirle que la amo, pero mi garganta no consigue pronunciar ni siquiera un suspiro. Solamente me limito a besar su pecho, con ternura. Oigo los latidos de su corazón, sus respiraciones cada vez más tranquilas, entonces me abandono al descanso por esta noche al mismo tiempo que ella acaricia mi cabeza.



***********************************************************
Holiiiiiiiis. Bueno, aquí os dejo un capítulo que realmente no me convence pero bueno. Temo que se haga ligeramente aburrida la estancia en Stratford y eso, porque ya no hay mafia aunque si va a haber momentos melosos, dramaticos y ahdlkhjdfkhs entre Jicole y Ryanna, pero no sé, a mi esos me aburren un pelín EJEJEJEJEJEJEJEJJEJE. 

Aish, si hay faltas o que me como letras, miles de perdones pero es que estaba en una casa de verano que tengo sin internet escribiendo el capi desde el móvil con el bloc de notas cutre que tiene, enviandoselo a una amiga por gmail cada 1500 caracteres para que me dijera mas o menos cuanto llevaba y como que se me cuelan algunas cosas. Y da palo corregirlas, así que ajo.

Ah, perdón por ir añadiendo personajes. En un principio no iba a haber más que los que puse en la entrada de Personajes pero he pensado que sino pongo explicaciones del pasado sobre ciertas cosas y tampoco un poco de acción en Stratford la cosa no molará, así que ale, iré añadiendo personajes para dar un poco más de sustancia paralela a la propia trama mafiosa. Aunque iré ampliando la entrada de personajes, cuando aparezcan nuevos os ire poniendo sus gifs y sus nombres en los extras estos para que os situeis y os hagáis una idea. Espero que os guste, comentad por favóh y seguid leyendo lofs.

Loveya.

Kyle Ledocks




Las que tengáis Twitter por favor, es muy importante, dadle RT a este TWEET.


Y como último favor, las que podais hacerme un poco de publicidad os lo agradeceria mucho. Me encantaria que mas gente leyera esta novela que creo que la estoy desenvolupando bastante aceptablemente. tktks.

2 comentarios:

  1. HOLAAAA. Siempre dices que no te convencen tus capítulos y a mí me encantan todosD: de verdad que escribes muy bien jodrrrr. JICOLE A MI ME ENAMORA, OYE, él la protege tanto y la trata tan bien y jo asdfgh*o* pueeeeees eso, que sigue así!
    Besooooos!

    ResponderEliminar
  2. Osjdaoxnsldjaodnoaksoajajsksksksakxjaoxnskakaondsk me ha encantado y ereh idiota por decir que es aburrido, me leo libros que son pasteleo puro y con un poquitin de serso y no son nada aburridos, ¿deprimentes? Puede, ¿que te da envídia? Poooorrrrr supuesto e.e pero en fin, ya que Jicole y Ryanna existen con todo su esplendor, como parejas oficiales, pues ahora se tiene que ver lo consiguiente e.e

    Eh, que sepas que la Anna aqui presente sabe jugar a basket. No soy muy buena en los partidos, funcionaría bien de base porque soy bajita y tiro bien a canasta pero como que nunca he jugado un partido que sea "partido" ¿sae'?, con cada jugador en un puesto y todo eso, lo mío es más a montón y 'sálvese quien pueda'.

    Pattie es un amor y Jeremy y Kyle son unos putos. Oye, ¿Kyle no podría sustituir a Justin? Ya sae', se hace un cahnge y toh' arreglao' e.e
    ...........nah, sé que no es posible, pero bueh.

    Uyuyuy, er Yosten calenturiento e.e.e.e.e solo falta que Pattie tenga ligue y ale, la casa de los orgasmos aka "fornication house". Ahí, tope de cul e.e Nah, pero srsly, entre Jicole y Ryanna, esto será serso evrigüer y espero que escribas serso porque ya tu sae' que ai lof it. Live fas, fuck hard. Yeah man.

    La casa muy bien descrita, me he hecho una imagen y esta muy claro...el exterior, el interior no mucho pero supongo que lo irás describiendo sobre la marcha como has descrito el segundo piso. Muh sashi la jaus, por cierto :3

    No te preocupes por eso de las faltas, aquí estoy sho para jactarme :') ah, y lo de los personajes, don't worry, es normal que incorpores a alguien y has puesto a David Henrie akznakxnlssk ¿pero tu lo has visto en la actualidad? Oh dios mio, está más bueno que comer alitas con las manos, jo-der...tiene unos brazos y eso conlleva una espalda tremenda, si la ves, te da un orgasmo, en serio x.x <- así te quedas: muerta.

    Yyyyyyyy.......creo que eso eh todo, escribe cuando quieras, cuando estés relajada e inspirada y no te preocupes por WILAY o la segunda temp, ya llegará, todo a su tiempo, no hay prisa. Siempre te digo lo mismo: llevo con tus novelas un par de años largos, no me moriré por seguir un par más. Estaré aquí siempre, aunque no me veas.

    Ya te digo que leas esto y me voy a sobar que mañana madrugo para ayudar a mi mommy con la pelu, nanit <3 tktktktktk :*

    ResponderEliminar

Venga, comenta. No muerdo y me ayuda a mejorar día a día. Es gratis.