sábado, 10 de agosto de 2013

Capítulo 31: "Hogar, dulce hogar"



Cause the truth hurts so much more...




"Hogar, dulce hogar"
Parte I




Narra Ryan.


Me froto los ojos con una lentitud incalculable. La luz proveniente de la ventana daña mis ojos pero sus brazos alrededor de mi torso son lo suficiente placenteros como para olvidar ese odioso detalle en menos de un segundo. Me desperezo con cuidado; no deseo despertarla. Bostezo, calculando que deben ser las once y media a lo sumo. O quizá son y veintinueve, qué se yo. Muevo la sábana que reposa sobre mi pierna derecha, colocándola sobre la espalda de Anna y salgo de la cama lo más silencioso que puedo. Me deslizo por el frío suelo de mármol claro, que se agradece, hasta el balcón. La cristalera está abierta de par en par pues hace un calor horrible; no tanto como en Miami pero no pierde fuerza. Debido a unos ronroneos no previstos, me giro de sopetón para ver si ella sigue dormida. Volteo y ahí la veo sin inmutarse de nada. Se ve preciosa. Me vuelvo a girar. El Sol pega en mi cara, deslumbrándome. Quizá sean ya las doce. Me respaldo sobre la barandilla de hierro galvanizado, miro hacia abajo extendiéndose bajo mis ojos el jardín. Siempre me ha gustado esta casa; con su aroma a flores frescas, con su estúpido y ridículo pasillito de piedras planas de pizarra hasta la entrada del porche que todo el mundo omite al pasar por el césped, con su gran árbol a la entrada y su pequeño banco blanco a la sombra de éste. Son tantas cosas de Stratford que me gustan, pero sobre todo es esta casa. Suena anómalo pero lo envidio; con todo lo que su vida puede contener, lo envidio enormemente. Justin no sabe la suerte que tiene porque para muchos no hay hogar más que esa mansión vacía con paredes que parecen supurar los más terribles delitos. Yo no tengo ninguna escapatoria. No tengo un lugar donde poder refugiarme cuando hay tempestad ya que la tormenta se avecina la mayoría de veces en mi propio techo. Para mí, lo único que he conocido como “ mi casa” han sido esas paredes crema bajo el tostado Sol de Miami. Pero eso no se le puede considerar una casa, un hogar. ¿Cómo podría considerar tal cosa si hasta dentro hay que guardar tus espaldas?
Suspiro profundamente. Admito que siempre le he tenido infinita envidia porque él tenía un lugar al cual huir, cuando yo no podía. Yo no tenía nada.
Crecí bajo las miradas de consternación de mi padre pidiéndome día tras día que entrenara más, que creciera más rápido, que comiera más porque tenía que ser fuerte, que fuera el que mejor pegaba, el que mejor disparaba, el que mejor se desenvolvía en la mafia. Él sólo esperaba un “más” cada vez que me dirigía la mirada. Siempre más, cuando yo sólo quería un descanso de tanto en tanto.
Cuando Justin nos trajo por primera vez aquí por vacaciones, juro que ame todo esto desde el primer momento en que pise esta casa. Simplemente ese olor maternal que se mezclaba con el de galletas de mantequilla recién hechas y limpiacristales barato, ese montón de fotografías enmarcadas sobre el recibidor, esas macetas con plantas perfectamente regadas en cada rinconcito; ese olor a hogar. Y qué decir cuando a la mañana siguiente la madre de Justin nos esperaba con el desayuno preparado—tortitas con sirope de arce y chocolate deshecho y una taza de Cola Cao calentito— sobre la mesa. Nunca tuve nada de eso por lo tanto añoré cada instante entre estas paredes cuando marchamos. Ahora que estoy de vuelta, con todo aparentemente arreglado, estoy más que feliz.
Paseo la mirada por toda la calle tan tranquila como siempre. Veo a la vecina de enfrente tender la ropa en las cuerdas que tiene colocadas en su porción lateral de terreno antes de la valla que delimita su extensión. Dejo de prestarle atención cuando me doy cuenta de que Justin permanece sentado en el banco blanco, bajo el gran árbol.
Decido averiguar que rumia porque no es propio de él aislarse de esta forma. No cuando tiene a Nicole en su cama para perderse en ella un largo rato antes de que despertemos todos. Abandono el balcón, paso por entre la cama y la cómoda sin hacer el mínimo ruido y salgo de la habitación cerrando con cuidado. Bajo corriendo las escaleras adivinando que no hay nadie en casa más que nosotros dado que las llaves y el móvil de Pattie no están sobre el recibidor de la salida que hay situado justo antes de encontrarte con la puerta principal. Salgo al porche y voy corriendo hasta Justin. No ignoro el caminito de piedra para no hacerle el feo a Pattie; con lo bien cuidado que tiene el jardín no es plan ir pisando todo a mi paso.
-Eh, tío, ¿qué pasa?- lo llamo, captando su atención. Justin se gira a mirarme. Tiene los ojos cansados.
-Nada, ehm…-balbucea, indeciso- Kyle. Eso es lo que me pasa.
-Pasa del tema. Ya le dejaste todo claro a Kyle cuando te marchaste la última vez- le recuerdo, sentándome en el hueco libre que hay a su lado. El banco no es muy grande, sólo caben como mucho dos personas y estando apretadas.
-No estoy tan seguro de ello, Ryan- me explica con un destello de pánico en su voz-. Cuando me lo encontré el otro día no parecía que quisiera dejarlo estar. Me miró como solía hacerlo cuando se fijaba en algo.
-Sólo son tonterías. Creo que estás algo paranoico por lo de la bomba y eso- intento evadir el tema pero sé que si Justin está en lo cierto, Kyle va a ser un doloroso grano en el culo mientras estemos aquí.
-Conozco esa mirada tan propia de Kyle cuando ve negocios en algún sitio. No lo va a dejar estar. No tan fácilmente- masculla, sumiéndose de inmediato en sus propias palabras. Está completamente seguro de ello.
-Tranquilo Justin, no vamos a permitir que nos joda la estancia aquí, ¿entendido?- le doy un codazo amistoso. No quiero que se me venga abajo ahora- No cuando hemos conseguido librarnos de tu padre por un tiempo y no ahora que están nuestras chicas con nosotros aquí para pasar un tiempo solos. No ahora, ¿vale?
-No quiero recordar ese verano Ryan…No quiero que ella lo sepa- clava sus ojos en los míos, llenos de temor. Nunca lo había visto así. Nunca había conocido esta mirada en su persona: tan atormentada, tan desolada, tan desesperada.
-No tiene por qué saberlo. No hemos hablado de ello en mucho tiempo y no tiene por qué cambiar.
-Si Kyle se atreve a abrir la puta boca…-sus palabras caen de sus labios con una rabia acumulándose por segundos, hace fuerza sobre la base del banco, agarrándolo fuerte, haciendo que los nudillos de su mano se tornen blancos.
-Se la cerraremos sin dudar- aseguro, paciente; sabiendo que voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que Kyle no joda todo esto. No ahora, no nunca. Ese cabrón no me va a joder el único rincón del planeta en el que me he sentido a salvo por completo.





***





Acaricio su barriga con la punta de mi nariz, suave, subiendo desde su ombligo hasta sus costillas. Dibujo un camino con giros, vueltas, remolinos por su piel. Pero todo se queda corto con su piel pues ella es el mejor camino para recorrer. Aspiro contra ella, embotellando en mi memoria su aroma por si se me vuelve a escapar de mis manos.
Siento como ahoga una risita tímida ya que contrae los músculos de debajo del diafragma. Subo hacia sus labios y los beso castamente. Sin embargo, ella se hace la dormida pese que ella está completamente despierta. Ella es una traidora.
Gruño sonoramente y muerdo su mejilla provocando que ella estalle en unas grandes carcajadas que inundan todo el aire de la habitación. Apuesto a que lo han oído hasta los vecinos.
-¡Calla, bruta!- exclamo, riéndome también. Entonces ella coge mi mentón con fuerza y muerde mi mandíbula- Oh, no te has atrevido a morderme- digo, juguetón.
-Uhm, creo que sí- me vacila virando sus ojos de una forma demasiado graciosa. Pongo cara seria aunque en verdad esta situación es bastante cómica.
Vuelvo a pegarle un mordisco pero esta vez en el cuello a lo que ella responde con un chillido entre lleno de placer y queriendo salir de mi amarre. Empiezo a hacerle cosquillas y a morderle la clavícula, mezclando ambas sensaciones por lo que ella no sabe si reír o gemir.
De pronto la puerta se abre, dando paso a una Nicole que se medio tapa los ojos con las manos y tantea el aire con una mano estirada, con la palma abierta, siendo más dramática de lo que ya es. Pone caras raras.
-No quiero ver nada. No quiero ver nada. ¡No me traumaticéis!- dramatiza, mirando claramente casi todo ya que se puede apreciar que ve entre sus dedos.
-No disimules Nicole. Todos aquí presentes sabemos que querías verme desnudo- bromeo, riéndome entre dientes cuando dejamos lo nuestra y miramos como hace el gilipollas.
-Ya te gustaría a ti, Benson. Pero no es el caso- responde entre risas con los ojos todavía debajo de sus manos.
-Ejem, ¿Y qué querías? Interrumpes cosas importantes- espeta Anna, entre riéndose y poniendo mala cara.
-Ah…pues- hace memoria de lo que venía a decir, o lo parece. Aunque lo más probable es que esté montando drama, como siempre-. Pattie pide vuestra asistencia en el comedor. Acaba de llegar con cruasanes de chocolate de la panadería.
-¿Cruasanes? ¿De chocolate? ¡¿Has dicho cruasanes de chocolates recién hechos?!- pego un bote levantándome. Uhm, se me ha despertado el apetito.
-Sí, esos mismos- contesta, divertida.
-Los cruasanes me acaban de chafar el plan- anuncia Anna sarcástica, antes de que ambas estallen en carcajadas. Qué buen despertar, pienso.
Hecho a correr escaleras abajo guiado por la promesa de encontrar unos deliciosos cruasanes de chocolate recién hechos de la panadería del centro. En mi opinión, la mejor panadería en la que alguna vez he comprado algo. Oficialmente amo a la madre de Justin.




"Hogar, dulce hogar"
Parte II



Narra Nicole.

La casa de los abuelos de Justin está situada en la urbanización vieja de Stratford, pasado el centro de la pequeña ciudad. No es muy diferente a la urbanización donde se encuentra la de él, pero se nota que ésta fue formada en un tiempo anterior. La calle es menos amplia, con una acera pequeña a cada lado y farolas negras recargadas cada cien metros. Las viviendas no poseen tanta extensión de terreno y son de estilos más antiguos, con verjas más logradas haciendo adornos con volutas, hojas de parras y vueltas.
Hemos venido dando un paseo mientras Pattie explica historietas sobre cuando era pequeña, como jugaba entre esas calles, como su hermano mayor se metió una tarde con una niña del barrio porque no la dejaba jugar a la comba con las demás niñas, como un anochecer de invierno se escapó de su casa porque le habían negado el postre por no haber puesto la mesa y acabó huyendo a la biblioteca de la esquina donde la Sra. Hallman que la regentaba cerraba tarde. Al verla, le ofreció una taza de chocolate caliente y la invitó a pasar para que no pasara frío en la calle. Justo al empezar a contar, Justin ha puesto una mueca de cansinidad adivinando así que no es la primera vez que Pattie cuenta estas historias, le he pegado un codazo de vuelta advirtiéndole que no la cortara de hablar, que quería escuchar porque es tan agradable escucharla hablar sobre su infancia, lo explica tan dulcemente que consigues figurarte como era de pequeña.
Llegamos a una calle adoquinada, de uso peatonal y nos estancamos delante de la parcela de una vivienda de tres pisos con la fachada pintada de color marrón chocolate y los salientes de color crema, tirando para vainilla. El pequeño jardín está fraccionado en dos partes por el paso de gres hasta la puerta principal, que está en un rellano superior alcanzado por una escalera balaustres blanca. Abrimos la cancela que no está cerrada con llave y pasamos hasta la puerta principal, subiendo las escaleras. Esperamos en el pequeño porche a que nos abran. La puerta es blanca con un vidrio de medio punto con diferentes colores ambarinos en la parte superior.
Justin me coge de la mano tan pronto me sonríe ampliamente. Sus dientes asoman por entre sus labios, dibujando una de sus mejores sonrisas. Está muy feliz por poder presentarme a toda su familia y yo estoy más que contenta porque lo haga.
Cuando llevamos apenas un minuto esperando, nos abre una mujer que es clavadita a Pattie pero más mayor y con más quilos por la edad. Abre sonriente, con esa característica sonrisa de la madre de Justin. Ahora ya sé de dónde la ha sacado. Sus ojos nos escrutan a todos, con felicidad, y los posa directamente sobre su nieto.
-¡Ay niño!- exclama antes de impulsar sus brazos sobre él proporcionándole un abrazo digo de una abuela como Dios manda- Cuando tiempo sin verte, por Dios.
La abuela empieza a besar las mejillas de Justin como si fuera un niño pequeño. Justin empieza a sonrojarse.
-¡Ya basta abuela!- protesta mientras con la palma se restriega las majillas besadas- Ya basta…
-No basta no. ¡Llevo demasiado tiempo sin verte, niño!-dice, entonces, lo suelta y se gira para nosotros- ¿Y esta chica de aquí quien es, eh?
-Ella es Nicole. Mi novia- me presenta Justin a su abuela. Sólo de oír la pronunciación de esas dos palabras tan simples en los labios de él es como toda el gozo del mundo golpeándote en un segundo. Mis mejillas se vuelven rosas al instante.
La abuela me mira con los ojos bien abiertos para después tenderme un abrazo muy amplio- Ay niña, eres la primera que me presenta. Es muy guapa eh, Justin- me alaga, mirándolo con los ojos como tramando algo.
-Encantada de conocerla…-antes de que pueda decir algo demasiado formal, me interrumpe.
-Diane. ¡Ni se te ocurra llamarme Sra. Lauper! No soy tan mayor- avisa entre risas. En cualquier otra persona sonaría molesta, en ella, igual que si lo hubiera dicho su hija, suena extrañamente dulce.
-Encantada Diane- rectifico.
Diane sonríe tan pronto da dos besos a todos los presentes empezando por su hija y acabando por Ryan que estaba esperando el último.
-Ay, cuanto me alegro de veros a todos- dice mientras nos da paso a la gran casa-. Pasad, pasad. No os quedéis ahí, hijos míos.
La casa de los abuelos de Justin es todavía más acogedora por dentro. Me recuerda bastante a las casas de las películas cuando justo al entrar encuentras un gran pasillo-recibidor con una escalera que conduce a los pisos superiores en el lado izquierdo. Una moqueta desciende por los escalones proporcionando un estilo más señorial. Tres puertas flanquean las paredes: una al fondo delante, la cocina, otra al lado derecho, el comedor, y otra justo detrás de la bajante de las escaleras, el mini lavabo. Entre la puerta de la cocina y la del comedor, hay un armario de media altura con un espejo redondo dorado encima. Dos marcos de fotos de madera oscura y un jarrón naranja de rosas rojas descansa sobre el mármol blanco moteado de dicho armario.
-Ryan te veo más gordito, hijo- le reprocha la abuela, riendo entre dientes.
-¿Más gordito? ¿Yo? Dirás más sexy que lo usual- contesta con su ego inflado. Anna le pega una colleja reprochándole ese comentario. Ryan añade, en cierto modo corrigiendo-.Y si estoy más gordito ahora es sólo por el pedazo de desayuno de esta mañana.
-Esa, te reconozco, que ha sido buena- insta Pattie echándose a reir.
-Pelota- murmura “bajito” Justin para que todos lo oigamos.
-Sí, sí. Envidia. Qué ya no sabes halagar como yo. ¡Envidioso!- juntos son un puro teatro de los grandes. Río, verdaderamente divertida.
 Encaminamos hasta el comedor y nos sentamos en el sofá verde oscuro que hay situado en el centro de la estancia; delante descansa una mesita de madera oscura. El comedor es una sala no más grande que la entrada, con la televisión sobre un mueble bajo en la pared derecha conforme entras por la puerta. La chimenea descansa en la pared delantera con unas grandes estanterías repletas de libros justo al lado. La pared izquierda es una gran ventana, de esquina a esquina, a cuadrados delimitados por un marco delgado blanco de aluminio. El saliente de la ventana está preparado con sillones y cojines para que te puedas sentar, como si fuera un sofá.
Diane desaparece por la puerta en busca de algo para tomar; minutos después vuelve a aparecer con una bandeja llena de pastitas saladas y té fresco de melocotón.
-Oye, abuela, ¿el abuelo dónde está?- pregunta Justin, con un brillo en los ojos de niño. Tiene ganas de verlo y eso me enternece.
-Esta mañana se ha ido al lago a pescar con Mitch- explica ella mientras sirve el té en los vasos.
-¿Están en la ciudad?
-Sí- asiente-. Volvieron de Winnipeg hace dos días. Van a pasar aquí las vacaciones.






***





Realmente me siento acogida aunque todavía tengo cierto miedo a que sólo esté siendo bien recibida por cortesía. Eso me asusta. No quiero que nadie me compadezca porque si me he metido en esto es porque estoy cien por cien segura que va a salir bien y porque en la vida hay que arriesgar; arriesgar para ganar. Yo lo he arriesgado todo por él. He perdido a mi familia por Justin, pero sé que con él podré formar la nuestra. Lo demás por ahora me da igual. Me da igual tener que pasarla putas, tener que lidiar con cabrones como los que nos hemos ido encontrando porque todo eso quedará minimizado por la razón de que podré dormir abrazada a Justin todas las noches. Lo que sí me hiela más la sangre, lo que sí me tiene en vela a veces, es que esto sólo sea pensado por mí, que Justin no me quiera en realidad. Espero que no porque si no yo…no sé qué pasará conmigo.
Llevamos prácticamente una hora hablando amigablemente. Tengo cuidado con lo que digo cuando preguntan por Miami porque no sé qué es lo que saben realmente. ¿Saben que Justin está allí con la mafia o sólo saben que está con su padre por problemas de custodia o algo así?
-¡Ya hemos vuelto!- chilla una voz áspera, rugosa, de persona mayor.
Justin se levanta de inmediato al escucharlo y se dirige a la entrada. Todos nos levantamos justo después y vamos para allí. Alcanzo ver como Justin abraza a su abuelo fuertemente y su abuelo parece disimular las diminutas lágrimas de emoción que ya emergen de sus ojos ahora prácticamente cerrados.
Al lado descansa de pie con una gran nevera de playa un chico alto, poco más que Justin, de espaldas anchas. Lo miro suponiendo que es el tal Mitch, el primo. Su mirada se cruza con la mía por error y esboza una amplia sonrisa como de bienvenida produciéndosele unos adorables hoyuelos a cada lado, más marcado en el lado derecho. Entonces me doy cuenta: tiene la misma sonrisa que Justin. No es exactamente igual, eso hay que decirlo, pero la suya también es encantadora, segura de sí misma, y sobre todo algo característico: siempre parece esconder más de lo que muestra.
El pelo del chico es rubio acaramelado, pero mucho más claro que el de Justin. Lo lleva corto por los lados pero con un ligero flequillo cayendo por su frente, estirado hacia el lado izquierdo tomando de referencia mi posición. Su rostro es mucho más cuadrado, menos alargado que el de Justin pero tiene unos labios mucho más anchos y gruesos. Su cara es inmaculada, sin ninguna peca y una nariz respingona, amplia, corona el centro de su rostro. Observo sus ojos azules cristalinos, pero tan o incluso más penetrantes que los de Justin. Pero no tan amenazantes, ni con esa oscuridad en ellos. Mitch es claro, convincente, con sólo mirarlo.
-Soy Mitch- se presenta tan pronto me da dos besos-. ¿Y tú eres…?
-Nicole- respondo, rápida. Sus labios impactan en cada mejilla con brutalidad y a la vez delicadeza. Sonrío de lado; todo su perfume profundiza mis fosas nasales haciendo que tenga ganas de aspirar todavía más. Huele muy bien.
-Bonito nombre- murmura, clavando sus ojos en mí.
-Ella es mi novia, Mitch- masculla Justin, pasando su brazo por mi hombro, posesivo. No evito reírme por debajo de la nariz. ¿Se ha puesto celoso, quizá?-. Aunque veo que ya la has conocido.
-Sí- asiente éste, para nada intimidado por el rebufado de celosía de su primo aquí presente-. Ya he podido conocerla.
-¡Pero papá era así de grande!-exclama otra voz que no reconozco entrando por la puerta. Extiende los brazos a una distancia en concreto proporcionando la información referida a como de grande era algo que todavía desconozco.
Un niño de unos diez años como mucho, rubio también, ojos oscuros y con una sonrisa demasiado traviesa entre por la entrada seguido de el que supongo que es su padre.
-No, Wren. Eso es imposible. No ha habido peces así de grandes- hace lo mismo que su hijo, exagerando quizás un poco- en el lago nunca.
-Así no papá, así- vuelve a dibujar la medida en el aire.
-Qué te digo que eso es imposible- asegura el padre: un hombre un poco más mayor que Pattie, con el pelo oscuro y canoso. Tiene el pelo oscuro como el de Pattie y los ojos azulados como los de Mitch, una barbita incipiente en el mentón, nariz de tabique ancho, ojos pequeños pero vívidos y frente ancha dado que ya empieza a tener las entradas pronunciadas. De seguro que está tomándole el pelo al pobre niño porque esboza una delgada sonrisa torcida con el lado derecho mucho más levantado que le hace parecer más amigable todavía.
-¡Justin!- chilla el niño acercándose a darle un abrazo. Parece ser que los únicos que no han demostrado su cariño mutuo son Mitch y Justin, cosa que me desilusiona un poco porque creo que es debido a lo excesivamente celoso que es a veces.
-Hola, Dennis- saluda Pattie a su hermano dándole un gran abrazo.


***

Sus brazos rodean mi cintura haciendo que sonríe como tonta de inmediato. El aroma de su piel más la de su perfume masculino me rodea en breves segundos. Huele a Justin; muerdo mi labio inferior y ladeo la cabeza. Lo miro directamente a los ojos, unos ojos ahora inseguros y no sé por qué. Beso sus carnosos labios, otorgándole un poco de inseguridad. ¿Aún sigue molesto por lo de Mitch? ¡Oh por Dios!
-Justin, no pensaras que…
-Le gustas a Mitch- masculla, interrumpiéndome.
-¿Y qué? Yo no estoy interesada en él- aseguro, volviendo a besar sus labios. Frunce el ceño. Sé que no le convence mi respuesta- Eh, déjate de ser celoso conmigo porque no tienes motivos.
Sonríe de lado, tierno.
-Tienes razón. ¿Sabes? Tengo una sorpresa- murmura contra mi cuello.
La piel se me eriza por la cercanía de sus labios en esta parte del cuerpo. Agh.
-Uhm, me das miedo- susurro.
-Debo dártelo, nena- masculla, dando un corto beso sobre mi cuello.




"Hogar, dulce hogar"
Parte III





Narra Justin.


Salvo porque Mitch parece estar muy interesado en mi chica, el día de hoy ha sido fantástico. No puedo estar más contento y ahora me toca hacerla feliz a ella. No es gran cosa la que tengo pensada, pero se me ocurrió ayer por la noche y pensé que le haría feliz. Ella no sabe que hay una aquí especialmente dedicado a eso, me encantaría que la viese y se comprara lo que quiera. Sé que le gustará, aunque no sea un detallazo.
-¿A dónde vamos, Justin?- me pregunta impaciente mientas caminamos por el centro de Stratford. Las calles están bastante activas ya que son las ocho de la tarde. Menos mal que el calor deja de apretar sobre las siete porque si no la falta de árboles en este tramo sería insoportable.
-Ya lo verás, impaciente- le reprocho. Ella pone un puchero, dándome ganas de morder sus labios al instante cero.
-Es que quiero saberlo, jo- pone carita de niña pequeña enterneciéndome más de lo necesario. Se ve tan mona, tan adorable y a la vez tan caliente. Agh.
A medida que nos acercamos me pongo nervioso. Sé que es una chorrada ponerme pero yo estoy ilusionado por eso, y como a ella no le ilusione tendré ganas de esconder la cabeza bajo tierra como los avestruces por un tiempo.
Cuando veo ya el cartel negro con las letras doradas de la tienda lateralmente y con reflejos por el Sol, la despisto haciéndole dar una vuelta sobre sí misma para quedar justo en frente de la tienda. Ella abre la boca de par en par.
-Me acordé que sólo se dedicaba a la fotografía y pensé que te gustaría pasarte un rato.
-¡Ah, Justin! Esto es perfecto- sus ojos brillan con fuerzas, da saltitos y noto como el gozo me va a hacer engordar hasta explotar.
-Pues creo que te va a gustar más si te digo que vamos a entrar y te vas a comprar la cámara o lo que sea que más te guste- le anuncio, sonriéndole ampliamente.
-No podría- niega con la cabeza notando como su cabezonería va a dar un rato por saco.
-Va, en serio. Dejaste tus cámaras en tu casa y no vas a sobrevivir con la mierdecilla de Anna. Necesitas una cámara buena- la intento convencer. Sé que la fotografía es una de sus pasiones porque me lo contó y yo no quiero que ella se quede sin poder hacer lo que más le gusta.
-Uhm- se hace la pensativa, le acaricio el brazo de arriba abajo poniendo un puchero-, vale. Pero con una condición.
-Dispara- le doy paso a su loca idea.
-Me tienes que dejar hacerte todas las fotos que quiera, ¿trato hecho?- extiende la mano como si de verdad estuviera haciendo un gran pacto de negocios. Río por sus ocurrencias tan pronto la estrecho con fuerza.
-Trato hecho- digo, impulso la mano que agarro hacia mí, pongo la otra envolviendo su cuello y la beso fuerte en los labios.







***






El estridente sonido de mi teléfono móvil suena mientras estamos cenando. Me levanto de la cama a regañadientes y me dirijo hasta el pasillo para poder hablar con quien quiera que me esté llamando sin molestar a todos.
-¿Diga?- contesto a la llamada en el momento en el que me encuentro ya fuera de su alcance auditivo.
-¡Cómo te has atrevido!- vocifera en el otro lado de la línea la voz que reconozco como la de mi padre. Bufo. Mierda. Si me está llamando así de enfadado y los negocios se cerraron… creo que sabe lo que le dije a Erin. Entonces, ¿se han marchado ya? No puedo evitar contentarme porque al fin y al cabo me han hecho caso.
-¿De qué hablas?- contesto, tajante. Me hago de cierta manera el loco.
-No hagas como que no sabes nada. Sé que tú le has dicho a Erin que se marche. Y con ella a mis hijos.
-No he tenido que decirle mucho para que lo haga.
-¿Qué? Claro que has hecho. Sino ella no se hubiera marchado de mi lado.
-¿Ah, no? ¿Estás tan seguro, papá?- le pregunto, irónico, recalcando agriamente la palabra “papá” sonando como una amenaza. Llevaba sin llamarle papá desde los siete años- Porque el problema no es lo que yo le haya dicho yo, sino tú. Nadie duda en huir cuando se trata de estar a tu lado.
-Ella nunca se hubiera ido. Lo sé- masculla, acallándose lentamente. Lo oigo dolido, con las defensas bajas; como nunca lo había oído.

-Pues yo empezaría a dudar de ello. Porque Erin se ha marchado como lo hizo también mamá. Nadie quiere estar a tu lado, a ver si te enteras.





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JAAAAAAAAAAI BITCHES SHASHIS._./// Son las 0:26 y yo os cuelgo un capitula, ea. Sé que no es muy largo pero porque os tengo que decir una cosita....ALAYLM llega a su final, sí, queridas mías. Quedan como mucho 10 capítulos para que todo se acabe así que todo lo que tiene que pasar lo tengo distribuido y los capitulos seran lo que dé eso, ¿okeys? okeys. Bueno, he estado muy viciada últimamente a Pretty Little Liars y OMFG hoy he acabado la segunda temporada EJEJEJEJEJEJJEJEJEJquuiero más, más, daaaaaaaaaaaaaame más EJEJEJEJ. Ahora mismo tengo cara de posesa, para más información:''''''''''''''')

Uy sí, en el capi 29 hubo un anónimo que me preguntó cuantos años tenía y si los nombres para las dos parejas de oro habían sido elegidos a proposito. No me acordé de contestarle y lo hice ayer pero no sé si lo habrá visto así que anonimo mío te lo respondo por aquí: Tengo 15 años y acabo de acabar 4t de la ESO, soy de las peques porque los cumplo el 3 de Diciembre (UEEEEEE YEAH LAS PEQUES MOLAMOS._.///y todos lo sabéis pero no lo reconoceis, tsé). Lo de los nombres, te cuento; a la prota le puse Nicole porque mi mejor amiga le encanta desde siempre ese nombre y tuvo el honor de elegirlo, después Anna Casadó (la que comenta mucho) que es mi otra mejor amiga pues vio que quedaba de perlas con el nombre y de ahí salió "Jicole", así que no fue intencionado. Despues Anna-Ryan: quería que Anna saliera de alguna forma, al igual que mi mejor amiga mencionada antes se llama Tatiana y también sale, así que la puse y la junte con Ryan. También fue ella quien vio que Ryanna quedaba bien y gracioso. Así que no, ninguno de los dos ha sido a propósito.

Paula, te quiedow. Me encanta cuando comentas kljavhajkhfdjkashgkja. Anna, lo mismo te digo biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitch. tecaemó a las dos.

Ahora os presento a las nuevas incorporaciones:

Mitch Lauper


Wren Lauper


Dennis Lauper


Diane y Michael Lauper


Espero que os haya gustado molto el capítulo, que no os parezca aburrido y COMENTAD COHONEH, que salto de ilusiong cuando lo hacéis. EJEJEJEJ. tks.

Os dejo ya que zoi una pesá y me voy a leer Cazadores de Sombras, ciudad de hueso*-*

Loveya.

{Si os gusta la novela que cuelgo en este blog, por favor, seguidlo y dejad un comentario shashi debajo. Mersiiiiii}

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2 comentarios:

  1. Awwwww he muerto de amor cuando he visto mi nombre. Me sorprendes más con cada capítulo, my god. He estado unos días fuera, por Sevilla y Cádiz, acabo de llegar y te comento e.e cogí internet en un sitio y miré si habías colgado, me guardé la página y lo he leído en el tren, y aquí vengo a comentarte lo perfecta que es tu novela. Srsly, es mi favorita porque es demasiado asdfggh. Y na, ¿cómo te va el verano? QUE LO PASES BIEEEEN
    Te quierowwww, sigue así!

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  2. heiorhoihffewilhfteorihfgioerhuigfhiserhfuernhgerifnjierhfguernhijnqfioñnjwerifulebrjcbwenjcwehufuehlfbjuwe.bncjlñbn dfweuivcdb uaswnxciowucfbujsdcn woeiubcfhljubcfn uencfui ahora me es más fácil escribir lo de asdfghjklñ porque estoy en el portátil e.e ewfiojfiowefhjojwnñoerguhioñusrhnfoiñejswf

    Es que no tengo palabras, tan solo: asdfghjklñpoiuytrewqzxcvbnmñlkjhgfdsaqwertyuiopmnbvcxzasdfghjklpoiuytewqzxcvbnm he he e.e
    Bue, pero ahora srsly, que está muy bien, las descripciones están perfectas, creo que no ha habido nada que ha quedado escaso de descripción o que no me haya podido hacer una imagen clara. Sigue leyendo a Cassie y a escritores tan buenos como ella, te hace bien, aprendes rápido. Eres una esponja, ¿recuerdas?

    Mmmm....hdasufhuwefiuiweh las escenas de Jicole y de Ryanna...tan solo asjfbhjulfbnsuw es que srsly es tan asdfghjklñ. ¿Ves? cosas como esta me hacen flaquear en mi declaración de "quiero estar soltera", me haces dudar de mis deseos...serás fursia ¬¬ pero a la vez te quiero por eso porque quiere decir que escribes suficientemente bien como para que me integre en la novela y desee lo mismo que tienen los personajes (aunque uno de ellos sea yo(?))

    AAAYYYYYYYYYYYYYYYYYYY QUE AHORA ME HA VENIO UN FLASH, AHI, A LO "HALA, EH VERDAH" ¿QUE PASA CON TATI Y CHRISTIAN? ¿HM? jkefnswebnfljuknhuweih ayyyy, pobreshita Tati, ya no la dejas tener novio(?) que mala ereh ¬¬ te orio. Yo quiero que aparezcaaaannn D:
    Mierdo, ¿como cojón uno los nombre de "Tatiana" y "christian"? asdfghjklñ Tatistran(?) -HAHAHAHAHAHAH- Christiana(?) -HAHAHAHAHHAnu, suena algo que no es e.e- no lo sé, jo D: hfujhiehgih que kk cojoneh.

    Eh-he, lo de Ryan, lo de los croisants...ayyyyy que mono que es mi beibi, jo, le quiero mucho :3 a mi, lo que me trae toh kreizi (refiriéndome a la comida) son los donuts, mmm...dooonuts (a lo Homer), donuts glaseados, donuts glaseados de azúcar glasé derretido...mmm..., oh dioh, me dan orgasmos *-* y hambre también.

    JEREMY TIENE SENTIMIENTOS, OH DIOS MIO, ESTO ES UN MILAGRO DE LA VIRGENSITA DE GUADALUPE, ALABADO SEA EL SEÑOR (BIEBER), ALABADO SEA POR TAN MIRACULOSO MILAGRO, OH DIOOOOOHHH MIOOOOHHH ka fort ._. que fuerte conio, no creí que amara de verdad a Erin :O pueh que se joda, por puto, por gilipisha, por idiota, por malpadre, por cabrón y por skjbnfejsfbnvjuse muchas cosas más. Ya le está bien, que aprenda a valorar lo que tiene, hum.

    Emmmmmsss.....creo que ya está(?) no sep, creo que sí, bueno, respecto al capítulo sip. ahora a tus fursias lectoras:

    ¿¡QUE MIERDA HACÉIS QUE NO OS DIGNÁIS NI A COMENTAR!? ¿QUE CLASE DE LECTORAS SOIS? ¿LECTORAS FANTASMA? no por favor, de esas no. Paula y yo somos las únicas que comentamos y no joder, hay muchas lectoras más y no lo supongo, lo sé, empezando por Noelia, Lídia y Tatiana. COMENTAD FURSIAS, JOER. Noe, a ti te veo mañana y te voy a pegar. Tati, no sé cuando te veré pero te voy a pegar cuando te vea. Lid, tengo que darte la pulsera así que te veré seguro y también te voy a pegar. Y si conociese a más lectoras fantasma, iría a vuestras casa y os daría una buena colleja, me da igual patearme toda España y no tener dinero ni para respirar, Marina trabaja muy duro escribiendo esta novela como para solo recibir dos malditos comentarios, no es justo. Así que O COMENTAS, O COLLEJA (en mayúscula pa' que se vea, ea).

    Ahora sí que ya he terminado, voy a leerme el otro cap que tendrá escenas guarroshas e.e fiewhjfigoehwrihiweohfgoweuirhj me lo leeré por 12345673689867 vez pero medaiguá. Como estoy en el portátil te comentaré justo después de leer, a no ser que me llamen para cenar o argo, que lo dudo.

    A leer me voy, chaiittoooo, tkmmmmm <3 :*

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