domingo, 28 de julio de 2013

Capítulo 29: "One and Only"



Omfg.



"One and Only"
Parte I



Narra Nicole.

No he pasado tanta vergüenza en mi vida. Sólo pensar que pude bailar así encima de Justin, prácticamente desnuda, hace que se me ponga la piel de gallina llena de profunda excitación. Me tiembla el pulso de sólo pensarlo. Incluso al recordarlo, ya que no puedo desviar mi mente de esos malditos flashes que me atormentan por la noche. Lo recuerdo debajo de mí, mirándome lleno de deseo, mis manos recorriendo su torso, mi entrepierna notando su erección y con sólo pensarlo consigue que los pezones se me endurezcan. Oh Dios mío. No es que haya sido una santurrona toda mi vida, nada de eso. He ido de fiesta innumerables veces comportándome de maneras de las que seguramente mi hermano no se sentiría muy, he hecho y dejado que me hicieran a veces demasiadas cosas pero nunca me había sentido así. No soy la típica zorra que se acuesta con cualquiera—a decir verdad, todavía no me he acostado con nadie. Soy virgen— pero tampoco soy de esas recatadas a las que nunca han tocado. Alguna vez el alcohol me ha pasado factura, o quizás he decidido que alguien sí merecía que le dejara hacer. He tenido varios novios, aunque con el único que he llegado más lejos fue con Jayce, hasta que él quiso que todo fuera más rápido. Nunca me arrepentí de mi decisión, ya que si él me hubiera querido, me hubiera sabido esperar aunque mentiría si dijera que no me dolió ni un poco.
Pero esto es diferente. Y la diferencia me infunde pavor. Siempre he sabido controlar mis emociones, mis movimientos son ligeramente controlados o demasiado pasionales; pero solamente si yo misma decido que sean de una manera o de otra. Pero Justin…Oh él se sale de todas mis expectativas. Sobre todo porque no sé por dónde me va a salir. ¡Maldita sea! Sé que le dije que le quería, lo recuerdo perfectamente. El mayor problema de todos es que él no siente ni de lejos lo mismo que yo siento, y encima ese sentimiento es real. ¡Oh por Dios! ¿Por qué a mí me tenía que pasar? Justin debería suponer una amenaza para mí en todos los aspectos, nadie va a aceptar que yo lo quiera. A Tati le costó hacerse a la idea cuando se lo reconocí y por poco no me canta las cuarentas. ¿Y mis padres? ¿Qué diría mi familia si supieran que me he enamorado del mafioso Justin McCann? ¿Serían capaces de perdonarme algún día? Mi madre seguramente sí, ya que entendería lo que mi corazón siente pero mi padre y mi hermano…eso es otro cuento. ¿Y mi padre? Oh joder, él en su estado en el hospital y yo aliándome de una forma sentimental con el enemigo, con los mismos que lo metieron dónde está. ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?
« ¿Qué haces preocupándote ahora por eso si no va a pasar? Él no te ama. Como mucho quiere follarte y ya está » recrimina mi subconsciente, demasiado frío, demasiado listo a comparación con la loca idiota en la que me estoy convirtiendo.
Qué razón tiene. Qué lista es a veces este maldito subconsciente con la boca demasiado grande como para callarse. No podría dejarme pensar sólo por un momento que Justin me quisiera, ¿verdad? Agh.
Encima, lo que me dijo…Casi no hablamos porque yo sigo muy enfurruñada con lo que me soltó el otro día. ¿Qué derecho tenía él en besarme y después decirme que no significaba nada? ¡Odiaba que los tíos me utilizasen! ¿Y quién no? Ya lo pasé bastante mal con Jayce como para que ahora viniese el idiota/secuestrador este y creyera que yo era una idiota. Porque quizás sí que me estaba volviendo una por su culpa, pero no iba a permitir que él se diera cuenta de ello. No iba a permitir que Justin me utilizase, no iba a permitirme a mí misma caer rendida a sus brazos, ni ser “fácil” porque el señorito se había cansado de la zorra de Ner y buscaba sustituta. Esa no iba a ser yo.
-¿Puedo tumbarme a tu lado?- pregunta una voz aterciopelada que pronto reconozco. Oh, maldita sea, ¿Cómo quiere que me resista a esa voz?
Estaba tumbada en el jardín, sobre la yerba, en un momento de reflexión personal a solas ya que Anna está demasiado ocupada en recuperar el tiempo perdido con Ryan. Se lo debe estar pasando de muerte.
Abro los ojos, cerrándolos de inmediato ya que un destello de luz luminosa me ciega la vista. Justin está realmente guapo: lleva el pelo alborotado, tiene cara de tener sueño y va vestido de lo más cómodo; pantalones de chándal hasta las rodillas, grises, y una camiseta básica blanca. Lleva colgando de su cuello la cadena con su nombre, en la que tantas veces me he fijado, por fuera e inmediatamente siento unas ganas irremediables de morderla mientras doy suaves besos por todo su torso. Pero todo queda eclipsado por la tímida sonrisa que esboza en estos momentos, mirándome profundamente como si yo fuera vulnerable. Sus dientes blancos se asoman entre sus gruesos labios creando la más bella de las apariciones.
-Como quieras- respondo, cuando el nudo que sentía en la garganta consigue dejarme decir algo. Sueno ruda, odiándome por eso.
Justin resopla resentido, como si entendiera que acepto su compañía por obligación. Me duele que piense eso porque no es cierto, pero por un parte me llena de orgullo y ego.
Se acomoda a mi lado con cuidado, tumbándose boca arriba y doblando sus musculados brazos detrás de su cabeza. Suspira pesadamente antes de girar la cabeza y observarme en silencio. Siento sus ojos pegados en mi mejilla, en mi nariz, en mis facciones. Se me acelera el corazón en menos de lo que tardo en suspirar también, girarme para mirarlo de igual modo.
Mis labios van a hablar, pero los suyos me interrumpen.
-¿Qué haces aquí?- sus ojos parecen sinceros, interesados en el porqué de que esté aquí sola, tumbada en medio del jardín con los ojos cerrados.
-Pensar- musito, respirando profundamente. Debo tranquilizarme o solamente se dará cuenta de lo que es más que obvio. Me pongo muy nerviosa al tenerlo tan cerca, mas no puedo soportar la idea de que Justin conozca mis sentimientos y yo desconozca los suyos. Porque, ¿a quién queremos engañar? Se lo dije cuando intentaba hacerle perder el control la otra noche y sé, estoy prácticamente segura, que él no lo ha olvidado. ¿Cómo iba a olvidarlo él, si lo recuerdo hasta yo que iba tan mal? No tiene lógica.
-¿En qué?- prosigue con su retahíla de preguntas que consigue perder los nervios. ¿Por qué tantas preguntas, McCann? Veo de soslayo como pasa su lengua paulatinamente por el perfil de sus labios, humedeciéndolos.
-En ti…- mascullo, antes de que me dé cuenta de lo que he dicho. Mierda. Justin sonríe de lado pero no se atreve a decir nada. Intento arreglarlo buscando una excusa que combata con mi metedura de pata. ¡Seré idiota!, me recrimino a mí misma-, en la locura que cometí el otro día, en mi padre- trago saliva al decirlo, recordando que está en el hospital-, en todo en realidad.
-Me gustaba el primer punto- reconoce mientras esboza una sonrisa amplia. Lo miro directamente a esos preciosos ojos miel que se han vuelto ligeramente verdes. Suele pasarle eso a sus ojos cuando le da directamente el Sol a la cara. No son de un color espectacular, pero hay algo en ellos que hace que no puedas parar de mirarlos.
-¿El de pensar en ti?- río, nerviosa. Muy nerviosa. ¿Cómo me puede decir esto? Agh, a veces lo odio por ser tan él.
-Sí- asiente y mueve su cabeza, poniéndose de lado-. ¿Puedo saber en qué pensabas?
-En lo imbécil que puedes llegar a ser- le recrimino, irritada-. Todavía sigo enfadada contigo.
-¿Por qué? Pensaba que ya habíamos superado eso con lo del bailecito- se burla, pero sus ojos denotan la preocupación que está sintiendo.
Me trae loca. Mi cuerpo es una oleada de sensaciones contradictorias apuntando directamente al chico que tengo delante pero es que lo quiero y lo odio al mismo tiempo. ¿Cómo puede pretender que yo me quede como nada cuando me dice que soy una más, un juego, cuando me mira así, me sonríe así y parece preocuparse por mí? ¿Eh, cómo? Si le diera igual no se comportaría como tal, joder.
-Ni puñetera gracia, Justin- me enfurruño-. Nunca he pasado tanta vergüenza en mi vida.
-Eso no es verdad, nena. Mientras bailabas no tenías vergüenza, la has tenido después.
-Uy sí, Justin qué inteligente eres- me burlo, chasqueando la lengua.
Justin suelta una risotada sonora, acercándose. Mi hombro roza deliberadamente la tela de su camiseta y con ella su torso.
-¿Sabes? Me alegro que pienses en mí, así no soy el único que se está volviendo loco haciéndolo.
Mis pupilas se dilatan al oír esto. ¿Acaba de decir qué piensa en mí? ¿Pero a este chico que le pasa?
-Cállate Justin- le espeto, molesta. No puede decir que no soy nada y después decirme que se está volviendo loco porque piensa en mí. Esto no cuadra por ningún lado, no quiero amargarme.
-¿He dicho algo malo?- lo fulmino con la mirada, muy cabreada. Me muerdo la lengua porque no quiero echarme a llorar pero es que no me puede estar mareando así. Me besó, huyó, me dijo que era mierda para él, y ahora me suelta esa cursilería. ¿Pero quién se cree que es?
-¿Qué si has hecho algo malo? No, Justin, nada. Tú nunca haces nada- me incorporo para darle la espalda y marcharme, con pesadez y demasiado torpe para ser yo. Pero ya no controlo mi cuerpo, no sé lo que quiero y no sé lo que soy capaz de aguantar con este energúmeno.
-Eh- capta mi atención, mi mano con su mano también agarrándola fuerte-, ¿qué he dicho que te haya molestado?- me mira inocentemente, como si no hubiera roto un mísero plato en su vida. Pero no, Justin no ha roto un plato, sólo se ha dignado a romper mi corazón con tanto misterio.
-Déjame ir, Justin- le pido, pero como de costumbre, no hace caso-. Duele. Eso es todo, ¿vale? Duele aquí- pongo mi dedo índice sobre el lado izquierdo de mi pecho—dónde yace el corazón— no esperando respuesta.






***




Entierro la cabeza entre mis piernas, esperando resguardarme de todo esto que parece ocupar ahora mi mente, de todo este embrollo del cual no logro salir. No puedo negar lo obvio, porque es tan llamativo para mí que es imposible ignorar pero duele, maldita sea, duele horrores.
Aprieto las piernas con más intensidad contra mi cuerpo. Deslizo mis brazos hacia el suelo, impregnándome del fresco que desprende porque, efectivamente, hace mucho calor. Suspiro quizá de pena, o quizá simplemente de frustración. Frustración porque todo esto me esté pasando a mí, ¿es que no había otra persona a la que joderle la existencia?
Me sorbo la nariz, impulsando todas mis penas hasta el interior de mi garganta volviendo a transformarlas en el nudo que la oprime últimamente. Paso la yema de mis dedos justo por debajo de mis ojos, manoseo el lagrimal y consigo borrar cualquier prueba de que he estado llorando porque lo último que quiero es que Justin se dé cuenta de que estoy tan mal. No tiene derecho a saberlo dado que se está comportando como un completo capullo.
“Toc, toc”. Alguien toca la puerta con suavidad, esperando qué le corresponda a la llamada pero no voy a hacerlo. No estoy dispuesta a abrir a nadie ahora mismo; mi moral está demasiado baja.
-¡Abre ahora mismo Nicole Williams!- chilla sulfurada Anna desde el otro lado de la puerta.
Me enrosco más, ignorando todo a mi alrededor- No quiero abrir- contesto, tajante.
-Oh sí que quieres abrir- responde amenazante y vuelve a aporrear la puerta, esta vez más fuerte.
-¡Qué no! Déjame sola- pido, alzando mi cabeza, mirando hacia la puerta.
-Oh, ¿me vas a obligar a saltar de un balcón a otro hasta llegar a tu ventana, romper el cristal y entrar? Porque la última vez que hice algo pare…-antes de que consiga acabar su despotricamiento de sucesos pasados—al parecer graciosos—, me levanto de morros, abro la puerta y la miro cabreada.
-Ahora bien, ¿qué quieres Anna?
-¿Que qué quiero? Llevas encerrada más de dos horas, Nicki- me regaña, como si ella no hubiera estado estas dos horas entretenida con Ryan.
-¿Y qué más te da? Si tú estabas con Ryan recuperando, por Dios- le echo en cara, sin tener razón ya que ella es de las que más me ha ayudado durante este tiempo pero cuando estoy como ahora, no controlo lo que digo.
-Oye, oye… puede que eso sea cierto pero venga ya, no puedes cabrearte conmigo por eso- chasquea la lengua, pero no está molesta por lo que he dicho-. He venido a sacarte de aquí y a ayudarte a que elijas que vestido ponerte para esta noche.

Bajo a por agua ya que este calor me está matando. La garganta me quema. Llevo metida en mi habitación una hora, medio llorando medio no. Los ojos me escuecen como si ya no tuvieran fuerza para aguantar. ¿Cómo puedo llegar a ser tan cría, tan idiota al mismo tiempo? Agh, ahora mismo me odio por mi debilidad.
Justo acabo de entrar a la cocina cuando su voz suave, calmada, murmura- Lo siento…
Me giro sobresaltada, volteándome y lo veo tan guapo, tan triste al mismo tiempo y tan sobado también. Su pelo está despeinado, con algunos mechones rozándole su frente delicadamente, sin molestar.
-¿Sientes qué, eh?- contesto, molesta. No puede ir en serio.
-Todo. Soy un capullo- se me oprime el pecho, se está disculpando pero algo me dice que no me lo crea, que no es de fiar. «No» Me impulso a mirarle profundamente a los ojos, mientras él parece acercarse a mí poco a poco. Quiero saber si está esa cosa; esa cosa que a veces aparece para bloquearlo pero no lo veo, no hay ni rastro de ella-. Te quiero pedir una cosa…Esta noche mi padre celebra una fiesta aquí, en la mansión, para negocios y eso, pero será divertido y quiero que vengas.
Lo miro a los ojos. No sé por qué me lo pregunta si voy a tener que ir igual, sólo porque él puede elegir que hacer o no hacer conmigo.
-¿Voy a tener que ir lo quiera o no, no?- le respondo, una mezcla entre frustrada, cabreada y retadora. Entonces Justin se acerca todavía más, quedando a escasos centímetros de mí. Volteo para agarrar un vaso de agua de la nevera. Sin embargo, sé que es para alejarme en cierto modo de él. Cuando está cerca no puedo pensar.
-Quiero que vengas porque lo quieres…-deja ir, impactando su aliento sobre mi pelo. Me giro de golpe, volviendo a estar demasiado próxima a su cuerpo como para poder pensar bien. Trago saliva, cogiendo fuerzas de dónde no las hay.
-Pues si es así, no me verás esta noche- mascullo, lento para que le quede bien clarito.
Conmigo no se juega, McCann.

Cierro los ojos con fuerza, un regustillo a ese momento aparece en mi garganta cortándome la respiración.
-Anna, no pienso bajar de esta habitación esta noche y no pienso ir a esa maldita fiesta.
-Nicki, por Dios. Él mismo te lo ha pedido y no podemos no asistir. ¡La fiesta es aquí!
-Anna a ver si te das cuenta que me importa una mierda que Justin me lo haya pedido, ¿entiendes? No pienso ir, no tengo ganas.
-Pues entiende tú que si no bajas ahí, arregladita y con unas pintas espectaculares, Justin te vendrá a buscar de los pelos- explica, a punto de esbozar una risa, pero la reprime. Pone una mueca demasiado seria para ella, explotando a reír inmediatamente al verla. Anna, al ver que me estoy descojonando, me sigue la risa y acabamos ambas riendo cual posesas.







"One and Only"
Parte II




Narra Ryan.


La estrecho entre mis brazos. Ahora ella es por fin mía. Mía para amarla, para besarla, para decirle que todo va a salir bien. Mía para acariciar su carita todos los días al despertarse, para ver los hoyuelos que se le forman en ambas mejillas al sonreír. Mía para entrelazar nuestras manos, para no romper promesas serias y para romper las estúpidas. Mía para reconciliarnos después de peleas demasiado tontas para ser realidad, para no dejar que nadie la lastime. Mía para simplemente estar con ella. Mía para poder abrazarla todos los días de nuestra vida.
-Te amo, ¿sabes eso?- murmuro, junto a su oreja. Llevamos metidos en la habitación toda la noche y lo que llevamos de mañana, pero todavía no hemos hecho nada. No hace falta hacer nada para disfrutar de ella en todos los aspectos. Sólo hemos hablado, nos hemos robado besos, caricias, mimos. Todos los que nos han faltado durante este último malgastado año.
-Me apetece recuperar el tiempo perdido, ¿me ayudas?- muerde su labio inferior, profundizando en mi mirada. Sonrío, anonadado. Ya no recordaba que esto era tan perfecto, tan inigualable a cualquier otra sensación.
Sonrío como tonto. La aprieto más contra mi cintura, pegando así más su espalda contra mi torso. Paso los dedos por entre sus dedos, ella los anuda justo a la altura de su ombligo. Puedo oler su perfume que me eleva, me hace olvidar todo nuestro alrededor.
-Lo sé y me encanta que sea así- me impulsa hacia un lado, quedando así Anna encima de mí. Uhm. Muerdo mi labio inferior, humedeciéndolo.
-¿Me has echado de menos?- sonrío de lado, insinuante. Sabe a lo que me refiero. Me pongo duro de sólo pensarlo. Mi pulso se acelera, mis pupilas se ensanchan, mis sentidos se ponen en alerta.
-Demasiado- enarca una ceja, divertida, mirando mi cuello. Baja su cabeza y pronto siento el contacto de sus labios sobre mi piel. Succiona, volviéndome loco. Sabe perfectamente que el cuello es mi punto flaco. Entreabro mi boca, dejándome llevar por el maremoto de sensaciones que es esto para mí. Llevaba tanto tiempo sin estar así con ella…
Está encima de mí a la altura de mi cadera. Noto como su entrepierna se balancea sobre mi miembro, el cual ya se está activando. Oh por Dios. Pongo ambas manos a cada lado de su cintura, acompañándola suave. Desliza sus manos, temblorosas, por la longevidad de mis brazos; desde los hombros hasta mis muñecas. Impulsa mis brazos sobre mi cabeza, después intenta sacarme lentamente la camiseta que ya molesta. Cierro los ojos. Decir que la he echado de menos, sabe a poco. He hecho mucho más que eso: he deseado morir todos los días porque no la tenía, he tenido innumerables pesadillas todas las noches dónde ella desaparecía, se difuminaba como una sombra y simplemente ya no estaba. Terrorífico. Deja un rastro de poderosos besos desde mis muñecas, sujetas por su mano derecha sobre mi cabeza, hasta el borde de mis pantalones de pijama. Siente como mi piel se eriza, buscando nuevo contacto; sonríe por ello.
Pasa el dedo índice delicadamente por el límite, desde una punta de la cadera hasta la otra, tentándome en silencio. Me incorporo, deshaciéndome de su camiseta en menos de un suspiro. Acaricio sus costados, aferrándome a ella. No quiero que se aleje de mí, nunca.
Muerdo su cuello con parsimonia, primero hincando poco, leve, para después incrementar el mordisco. Gime, cerrando los ojos y tirando la cabeza para atrás. Siento un pulso en mi miembro por oírla hacer este delicioso sonido para mis oídos. Cambio mis brazos detrás de mi espalda, a cada lado, para hacerme apoyo. No quiero tumbarme, así estoy más pegado a ella. Se tira un poco hacia atrás; lo justo para dejar asomar el bulto de mi pantalón, entonces, lo libera dejándolo bajo su vista. Sonríe pícara, mordiéndose el labio. Agh, me pone tanto cuando hace eso. Sin embargo, si pensaba que no podía estar tanto en el cielo; sin pensárselo ni una vez, agarra mi miembro entre sus dedos y empieza a ascender-descender con su mano. Se escapa de entre mis labios un suspiro ahogado. Ya no recordaba lo que era sentir sus dedos ahí. Lo hace lento, torturándome como sólo a ella le gusta hacerlo. Oleadas de placer recorren mi cuerpo, desde sus manos hasta cada centímetro de mi cuerpo. Ella no para de sonreír de lado por mi expresión. Entonces, posiciono mis manos sobre sus pezones, manoseándolos, y procedo para mojarlos con mi lengua. Chupo, succiono, mordisqueo haciendo que ella arquee la espalda de placer. A continuación, baja sus manos hasta sus bragas y las mueve a un lado para que no molesten, dejando el espacio justo para que yo pueda hundirme en ella lentamente. Nos anhelamos de todas las maneras posibles.
-Házmelo lento Ryan- susurra en mi oído. Pierdo la cabeza completamente. Sólo su voz ya es suficiente para que llegue al cielo. Sumiso, se alza un lapso permitiéndome espacio y yo entro en ella, sintiendo su estrechez y suspirando para mí mismo.
Con lentitud, muy lento. Sintiéndonos todo lo que en este tiempo no nos hemos sentido. Haciéndonos el amor en silencio, saboreando cada una de las sensaciones que nos podemos regalar el uno al otro. Sólo ella. Sólo yo. Sólo nuestro infinito por delante.








"One and Only"
Parte III






Narra Nicole.


Los escalones de la casa se me están haciendo interminables. Puedo sentir el bullicio de gente a la que no me agradará conocer en el piso de abajo. Froto mis manos con nerviosismo. Me pregunto cómo puedo ser tan poco persistente, que Anna pueda convencerme tan fácil. «Porque querías venir, así de simple»
Cuando sólo me faltan unos pocos peldaños, identifico a Justin de espaldas. Está tan terriblemente atractivo con ese traje informal en el que esconde su verdadero él; tan misterioso, tan chico malo como bueno, tan atrayente. Me muerdo el labio, mirándolo, recorriendo mi mirada por todo su porte. Ryan, que está justo a su lado agarrando a Anna de la cintura, alza su mirada y me ve. Sonríe, dando unos golpecitos a Justin en el hombro indicando que se gire. Volteo, presa del pánico y hago ademán de retroceder sobre mis pasos.
-Eh, ¿a dónde vas?-me para en seco su voz. ¡Maldita sea! Ya es demasiado tarde para correr por patas- ¿Huyendo de mí?-. Me lo pregunta tan prono coloca sus manos en los bolsillos, ladea la cabeza y me mira desafiante con una sonrisa cautivadora asomando por las comisuras de sus labios.
-Yo no huyo de ti- mascullo, retándolo, al girarme para mirarlo. Está tan condenadamente sexy con ese traje negro, esos pantalones rojos y esa camisa blanca.
-Eso espero- contesta, con una sonrisa de lado antes de seguir-, porque yo no pienso hacerlo esta vez- abro la boca, alertando que se refiere al día del piano, pero, ¿qué me quiere decir? Porque yo ya no entiendo nada de nada. Antes de que yo logre decir nada, continúa tendiéndome la mano para que la coja-. Venga, la fiesta ya ha comenzado.






***




Llevo esquivándolo todo el tiempo. No puedo estar al lado suyo. Hace nada Jeremy y los hombres que me parecían más tenebrosos de toda la sala se han perdido por alguna de las salas para alguna especie de reunión, intuyo. Hubiera dado lo que fuera para poder saber de lo que están hablando, conocer sus planes. Lo extraño es que Justin no haya ido con ellos, ni nadie de los que quedan de la casa. Welch fue capturado como topo, asesinado después y a Martin ya no lo he vuelto a ver por lo que seguramente también lo han borrado del mapa porque estaría en lo mismo que el otro. No puedo quitarme de la cabeza la sangre de las manos de Justin, creyendo así que fue él quien se cargó a Martin. No lo consuelo, simplemente porque tampoco era de mis preferidos en la casa pero hay algo ahí que me asusta. Anna está acaramelada en uno de los sofás con Ryan abrazándola fuerte y en momentos como este recuerdo a Chaz más de lo que debería. Él hubiera estado conmigo ahora, no me hubiera sentido tan sola a su lado. Chaz hubiera dicho mil y una estupideces, o como podía saber las claves de todos los archivos importantes de la gente de la fiesta, como la bebida apestaba porque no estaba bien hecha o lo asquerosamente cursis que parecían los dos tortolitos. Nos hubiéramos reído de todos y seguramente nos hubiéramos escapado para hacer compañía a Jazzy y Jaxon, los cuales están en la sala conjunta con Erin. No es que ahora no pueda hacerlo sola, pero con él hubiera sido todo más divertido.
Me dispongo a ir para jugar un rato con ellos cuando alguien me llama la atención- ¿Es que McCann está enfadado contigo?
Jones me mira interrogativo como si realmente estuviera interesado. Nunca antes habíamos cruzado palabra.
-Ehm, ¿y si soy yo quién está enfadado con él, Jones?- le contesto con otra pregunta, asqueada de que piensen que Justin puede controlarlo todo.
-Edward o Ed si lo prefieres, pero no me llames Jones. Me hace sentir como si tú fueras otro mafioso- contesta, rompiendo lo que parece una sonrisa en sus labios. Me fijo en sus ojos marrones oscuros, lindos. Se posiciona a mi lado, amistoso mientras da una palmada con ambas manos como rompiendo el hielo-. Pues dime Nicole, ¿por qué estás enfadada con él?
-¿Acaso te importa?
-Sino no estuviera preguntando, ¿sabes?- responde con chulería, sonriéndome.
-Porque me dijo cosas que no debería haberme dicho- respondo no queriendo decir nada más porque no me fío de él. Tiene algo en la mirada, en esos ojos marrones que da miedo.
-Espera. Adivino que te dijo que tú eres una más entre otras y qué le sería fácil conseguir a otra chica con la que divertirse, ¿verdad?
-¿Cómo demonios sabes eso?- pregunta. Edward me mira divertido, enarcando una ceja.
-Las paredes escuchan más de lo que crees- masculla, mientras que se acerca más a mí-. Y yo suelo ser muy silencioso.
Doy un paso atrás debido a su proximidad. Está empezando a asustarme, realmente.
-¿Y entonces para qué preguntas?- lo reto, bastante molesta por el tono tan serio que está llevando esta conversación.
-Porque quería que confiaras en mí como para contármelo.
-Ya, pues creo que decirme que nos estabas espiando no es una gran idea- respondo con sarcasmo.
-¿Quieres saber si McCann iba en serio?- ignora mi ironía, siguiendo con su interrogatorio misterioso. Antes de que logre tan siquiera asentir, continúa- Baila conmigo.
No me fío de él, sin embargo, me lanzo a sus brazos para bailar al son de Rumour Has It cantada por la mujer pelirroja que hay en el escenario que han colocado durante la tarde. Sonríe al notar como lo agarro con fuerza mientras me arrastra hasta el centro de la pista. Empezamos a bailar al son de esa melódica voz que tanto intenta parecerse a la de la cantante británica Adele pero que no le llega ni a la suela de los zapatos. Mi cuerpo se estremece bajo su contacto, al posicionar su mano sobre mi cadera, por un posible miedo creciente en mis entrañas. Jones consigue que pierda la calma, que me ponga nerviosa pero de una extraña manera.
Permanecemos callados toda la canción, casi sin querer tan siquiera susurrar por si alguien nos oye. Pero, ¿oír qué? No sé a qué se refería con que si quería saber si Justin iba en serio el otro día, ¿por qué no lo iba a ir? Él abrió esa boca tan bonita que tiene sólo para decir ese bombazo de estupideces. Si no fueran verdad, reales, no lo hubiera dicho, ¿no?
-Creo que merezco robártela ya- masculla, tenso una voz detrás de mí, impactando directamente en la cara de Edward.
Alzo la vista y volteo hacia esa voz que ya he reconocido de sobras; es Justin.
-Como no- asiente Jones antes de irnos y dejarnos completamente solos en medio del bullicio de parejas bailando. Da un poco de miedo saber que estás en el centro de todo esto sabiendo que todos ellos esconden secretos, asesinatos, delitos y deber bailar, picotear, hablar, tratando de ignorarlo.
-Pensaba que dijiste que no bailabas- lo fulmino con la mirada, divertida realmente por su reacción. ¿Estaba celoso? Porque sus puños están blanquecinos de la fuerza, su mandíbula tensa y sus ojos son inescrutables.
-Y tú que no ibas a bajar- masculla, relajándose sólo un lapso-. Así que recuerdas algo más de esa noche, ¿no?
-Yo nunca dije que no recordaba nada.
Explota en una carcajada sonora, pero a la vez tierna ladeando su cabeza para finalmente mirar al suelo.
-¿Me concedes este baile?- formula, aparentemente nervioso cuando la música empieza a sonar. One and Only. Me pregunto si van a cantar todo el repertorio de la cantante. Aunque si es así, me encanta.
-Bueno, me debes un baile de graduación- acepto reconociendo que me lo he perdido aunque no importa en absoluto si por eso he conocido a este idiota.
-Te lo has perdido porque estas…aquí- susurra abatido por algo que no logro entender-. No bailo muy bien pero haré lo que pueda- muerde su labio, tierno y agarra mi mano con dureza. Me arrastra justo en medio del gran círculo de mármol dibujado en el suelo del comedor. Sus manos en mis caderas sí que logran que mi corazón se desboque. Rodeo su cuello con las mías, estando así más cerca de él. No puedo casi ni pensar.
Sus ojos se clavan en los míos, silenciosos a nuestro alrededor. Me fijo en sus facciones; ésas que llevo tanto tiempo tratando de memorizar pero no soy capaz porque cada vez que lo miro, descubro algo nuevo en lo que fijarme
Suspiro contra su boca, la cual tengo tan cerca pero no pienso moverme para besarlo aunque tenga infinitas ganas por hacerlo. No voy a ser yo quien dé el siguiente paso si Justin no se atreve a hacerlo. Sé que siente algo. ¡Maldita sea! Tiene que sentirlo porque si no sus manos no sudarían ahora mismo, su pulso no estaría acelerado y su respiración no sería extraña a mis brazos. Justin no me miraría con ese brillo en los ojos si no sintiera nada, ¿verdad? Si no es un gran actor y un gran mentiroso. Tengo la esperanza de que no sea así.
-Lo siento… mucho- murmura mientras me lleva por toda la pista. Lose myself in time, just thinking of your face- he sido un complete imbécil.
-Eso ya lo mencionaste.
-Pero no me tomaste en serio cuando lo dije- musita en mi contra, afligido.
God only know why it’s taken me so long to let my doubts go.
-Porque no creo que lo digas en serio, ¿sabes? ¿Por qué debería creerte?
You’re the only one that I want.
-Todo fueron mentiras. Todo lo que dije lo fue- contesta, parece que se acerca a mis labios rozando mi nariz contra la suya. Estoy a escasos milímetros y volvería a sentir esos labios-. No decía nada en serio esa tarde. Todo fueron más que mentiras.
You’ll never know if you never try. To forget your past and simply be mine.
-Si vas a besarme, estate seguro- respondo antes de que él complete su recorrido. No quiero que lo vuelva a hacer si después va a soltar todas esas supuestas “mentiras” otra vez.
-Creo estar seguro.
Promise I’m worth it to hold it in your arms.
-¿Crees?- me río, triste- Yo no sólo lo creo Justin, ese es el problema- contesto, separándome un lapso de él para volver a poder pensar en todo lo que está sucediendo.
-Yo lo siento, ¿sabes?- cierra los ojos muy fuerte como si estuviera luchando contra algo, como si no quisiera decir nada pero a la vez sí. ¿Estará luchando contra ese doble Justin? ¿Contra esa oscuridad que emana de sus ojos a veces? I dare you to let me be your one and only. Traga saliva y prosigue- Siento ese nudo en la garganta cuando estamos enfadados y siento las ganas irremediables de besarte, de abrazarte cuando estoy cerca. Llevo ignorándolo pero estoy harto de hacerlo.
Abro mucho los ojos. Es lo mismo que siento yo. Maldita sea. Justin parece sentir algo por mí, pero ¿por qué le cuesta tanto decírmelo? Yo se lo dije y sé perfectamente que Justin lo recuerda.
-Yo sé lo que significa eso, ¿y tú?- dejo ir, casi al borde del llanto. No sé porque quiero llorar pero lo deseo.
-Yo…Creo que…-balbucea sin acabar la gran frase, la que hace que se atragante con sus mismas palabras- Yo…
So come on and give me a chance to prove I’m the one who can walk that mile.
-¡Agh, déjalo Justin!-hago ademán de marcharme, frustrada de que no sea capaz de decírmelo. Decirme que le gusto, decirme que siente lo mismo. Qué me quiere.
Pero sus manos no se alejan de mi cintura, no me deja alejarme. No me deja irme, sólo me retiene contra mi voluntad a su lado dónde no puedo fijarme más que en sus ojos, en sus pecas, en sus labios, en su mentón…
-No te marches. No ahora- musita entre ronco y molesto-. Nicki, ¿qué no lo entiendes? Quizá no puedo decirlo con palabras, pero eso no significa que no lo sienta. Y no quiero tenerte más molesta contigo porque no lo voy a soportar. Sólo quiero que tengas paciencia conmigo porque yo lo siento, pero no lo puedo decir.
Until the end starts.
Impulsada desde adentro y con urgencia animal me lanzo hacia sus labios sin importar que no sea capaz de reconocerlo en voz alta porque me lo está diciendo con sus palabras indirectamente y porque la emoción no me cabe en el pecho. Porque he deseado desde el primer momento en que lo vi con esa ropa oscura, esa bandana roja sobre su cabeza que él fuera especial. Justin reacciona rápido, aferrándome más a su calor. Sintiendo que por fin de alguna extraña manera estamos juntos. Aunque él no lo reconozca, yo haré que lo haga y que vea que yo le quiero de verdad. Qué soy de confianza.
I don’t know why I’m scared, I’ve been here before.
Nuestras lenguas se entrelazan en una lucha constante mientras que su mano derecha sube hasta mi mejilla, acariciándola y rozando con su brazo mi cuello. Me separo un lapso de sus labios, anhelando el aire del cual me priva y sonrío de lado, más feliz que nunca.
-Aunque tú no seas capaz, yo te quiero Justin- susurro, entrecortada antes de volver a tastar sus labios.
Your one and only.
Pi. Uno. Pi. Dos. Pi. Tres. ¡Bum!






"One and Only"
Parte IV






Narra Justin.


La explosión aturde mis oídos. No ha sido grande pero ha sido fuerte. Maldita sea. Ahora todo iba a la perfección, por fin he podido volver a besarla sin reparos y, ¿sucede esto?
-¿Justin, qué ha pasado?- me pregunta preocupada. Hemos caído inmediatamente al suelo después del gran impacto que ha derribado una de las vigas de la casa. Me estremezco. Mierda, mierda, mierda. Jazzy, Jaxon y Erin estaban en la otra sala, ¿estarán bien?
-No sé qué ha pasado Nicki. ¿Estás bien?- formulo. He podido resguardarla de algo pero supongo que estará dolida por la caída.
-No ha sido nada, sólo me duele el costado pero estoy bien- murmura, mirándome directamente a los ojos.
-¡Nicki, Justin!- chilla Anna, la cual le sangra la pierna derecha. Va seguida de Ryan quien tiene el brazo ensangrentado y el hombro también.
Todo está hundido en la confusión. Miro a mi alrededor, sin poder parar de ver a la gente tirada por el suelo, cosas rotas y todo lleno de personas desesperadas intentando salvar su culo. ¿Qué cojones ha pasado? ¡Es nuestra casa! Maldita sea, era segura. No tengo ni idea de quien quería joder la fiesta pero esto sólo es el principio. Si hubiera querido matarnos, no hubiera utilizado una bomba tan floja, tan sólo de aviso.
-¿Estáis todos bien?- pregunto cuando alcanzan nuestra posición.
-Sí, pero hay que buscar a tus hermanos- dice Ryan, leyéndome la preocupación en la cara.






***





Debo sacarlos de aquí. Debo recuperarlos. Han quedado atrapados entre los escombros y entre una viga pero están vivos. Lo están y voy a sacarlos. Empiezo a retirar mierda acumulada, piedras, mármol, madera, de todo. Ellos están aquí debajo, enterrados entre ambas losas del techo, la viga y la mesa. Los oigo.
-Jazzy, Jaxon, ¿podéis oírme?
-Sí, J-Justin- masculla mi hermana pequeña, entre lágrimas y asustada. Debo sacarlo, maldita sea. Siento miedo de que no sea capaz, se queden atrapados y se mueran. No puedo permitir eso.
-¿Estáis bien? ¿Estáis heridos?- pregunto, lleno de preocupación y al borde de echarme a llorar en medio de toda esta situación. Sé fuerte, por ellos.
-S-sólo tenemos a-algunas p-pupas- le cuesta hablar por el nerviosismo, por el miedo. Oírla hablar así rompe a cualquiera.
-Tranquila enana, ¿vale? Os voy a sacar de ahí, ¿entendéis los dos? Sólo no os mováis, intentad moveros lo menos posible para que no os caiga nada encima.
-V-vale- responde de igual modo Jaxon quien es más reservado.
Como si me fuera la vida en ello, empiezo a escarbar y a sacar cosas. Si los pierdo, me hundiría en la miseria. Nicole se posiciona a mi lado, cuando consigue salir del shock de la situación y empieza a apartar cosas también. La bomba debía estar aquí porque es la habitación que ha quedado más mal parada. Todo está destrozado. Los cristales están rotos, las columnas han cedido, el techo está añicos sobre los muebles y sobre ellos, mis hermanos, quienes fueron tan listos como para meterse debajo de una mesa la cual espero que aguante lo suficiente como para no ceder bajo el peso de una viga y un trozo de mármol porque si no los perderé por siempre. Algo que no me perdonaría en la vida.
Empiezo a apartar escombros hasta que veo un ligero agujero entre dos placas. Miro la estructura del desastre y pienso que quizá si saco todo esto, puede que la mesa ceda ya que todo lo que tiene encima pesa demasiado.
-Jazzy, pequeña, ¿veis el agujero?- pregunto, esperanzado.
-Sí- oigo una vocecilla que me contesta desde el interior.
-Por favor, dime que podéis pasar por el agujero porque sino todo se caerá- miro hacia Erin quien llora en una esquina cercana.
Entonces observo como la cabecita de Jaxon empieza asomarse con dificultad, consiguiendo salir del agujero.
-Hola Justin- murmura, inocente. Lo estrecho contra mis brazos, contento de que esté fuera. Después él se acerca a Erin quien se ha echado encima y lo ha acunado entre sus brazos mientras solloza ‘’Oh, mi niño…oh mi niño’’ repetidas veces.
Mi cara empalidece debido a que si Jaxon casi no cabía por el agujero, Jazzy no pasa ni de broma.  
-N-no q-quep-po J-Justin- solloza la pequeña entre lágrimas. Me rompe oírla así. Observo la estructura. Oh Dios mío, ¿cómo la voy a sacar de aquí? Esto se caerá en poco rato.
-Lo sé, Jazzy, lo sé- murmuro, espantado-. Tú tranquila, ¿vale, peque?- vuelvo a mirar todo con detenimiento. Quizá si…-Erin deja a Jaxon y ayúdanos.
Erin se acerca dejando al crío alejado de nosotros para que no puedo tomar daño- ¿Qué hago Justin?
-Tú y Nicki deberéis sujetar esta placa- señalo a la placa que hay encima de nuestro pequeño agujero y que amenaza con destrozar la única salida que hemos podido realizar-. Para que yo pueda hacer el agujero más grande y puedo salir Jazzy por él, ¿entendéis?
Ambas asienten. Nicole y Erin se posicionan agarrando fuerte la gran placa de mármol. Yo me pongo debajo y empiezo a quitar los escombros que faltan. Hasta que llego al quid de todo este embrollo. Una piedra es la única que aguanta la placa, deberé quitarla para que ella salga pero Erin y Nicole no deberán fallar, sino la aplastará. A Ambos, seguramente.
-Cuando diga ya quitaré la piedra esta, debéis aguantar, por favor- suplico mientras pongo mi brazo aguantando también la losa para así ayudar a hacer fuerza hacia arriba- ¡Ya!- chillo, tan pronto empujo la piedra hacia dentro, veo a Jazzy quien se escabulle entre el agujero que acabamos de abrir y sale de esta prisión de mármol. Se empieza a oír como todo se resquebraja, quitando así mi brazo y ellas ceden, dejando caer todo en un gran estruendo.
Lo hemos conseguido.







***






-Ya me has oído Erin, debes huir de todo esto- le insto, convirtiendo mis labios en una fina línea. He conseguido que mi padre nos permita largarnos por un tiempo pero no quiero irme sabiendo que ella, con mis hermanos, van a estar aquí a merced de que otra puñetera bomba explote en sus narices.
-No puedo dejar a tu padre, Justin. No puedo- murmura ella, casi en susurros. Estamos en el exterior de la casa, esperando que Ryan llegue con la furgoneta porque nos largamos. Nos vamos a ir y nadie va a impedirme convencerla antes.
-Erin, por favor- suplico, con los ojos húmedos-. Esto no puede seguir así. Sé que amas a mi padre pero no puedes permitir que ellos mueran.
-Pero…
-Nada de peros, ¡Maldita sea!- chillo, agarrándola por los hombros- ¿Es que no lo ves? Si os vais sin decirle nada a casa de tus padres en el sud, todavía tenéis una oportunidad. Nadie conoce vuestra relación con esta familia, por favor Erin. Ellos van a acabar muriendo- sus ojos se tiñen de miedo. Sabe que tengo razón, sabe que esto está llegando demasiado lejos. Esta noche por poco los matan y tengo miedo, mucho miedo- No permitas que vuelva a suceder lo de esta noche. ¡Márchate!
No sé quién ha hecho esto, no sé qué es lo que buscaban pero algo me dice que estamos metidos en más mierda que la droga. No puedo perder a mis hermanos. Prefiero no verlos nunca más, sabiendo que están perfectamente con sus abuelos, con los padres de Erin, que saber que permanecen aquí con este monstruo que tienen como padre.
-Tienes razón. Me iré en cuanto pueda.
-¿Puedo confiar en ello? Porque si no volveré de Canadá y os llevaré yo mismo al sud- la amenazo, oscureciendo mi mirada. Voy totalmente en serio.
-En el alba nos vamos, te lo aseguro- asegura. Sin pensármelo, la abrazo fuerte dándole las fuerzas que necesita ahora. Sé que debe ser duro para ella pero son sus hijos, ya era hora de que se marchara por su bien- Gracias por todo Justin. Gracias por sacar de ahí a mis pequeños.
-Lo siento Erin, lo siento por haberte odiado en un principio- me disculpo, sabiendo que por fin ellos van a estar a salvo.
-¿Nos vamos con los abuelos, mamá?- pregunta Jazzy observando el panorama. Me separo de su madre, bajo hasta ella y le sonrío tiernamente.
-Sí, pequeña, os iréis con los abuelos.
-¿Y ya no te voy a ver más? ¡No quiero!- protesta, triste.
-No, no- me excuso- claro que me vais a ver. Todas las veces que pueda me escaparé de los brazos de Nicki y os iré a visitar, ¿vale?
Jazzy abre los ojos, poniendo ambas manos sobre su boca- ¿Estás con Nicki ya?
Asiento ladeando mi cabeza, para que de inmediato la pequeña me abrace más fuerte. Entonces agarro a Jaxon, tan reticente a los abrazos como de costumbre, y lo uno, aferrándolos a mi cuerpo, rezando que nunca me olviden porque aunque los veré, de eso estoy seguro, queda mucho para eso.







***






-¿Crees que en Stratford estaremos seguros?- musita contra la piel de mi cuello, erizándola.
-Eso creo. Siempre he procurado que mi madre y mi pueblo natal estuvieran fuera del alcance de mis enemigos.
Estamos en la parte trasera de la furgoneta, solos, mientras que Ryan conduce y a su lado está Anna prácticamente dormida. Nicole descansa su cabeza en mi pecho, tan pronto yo la agarro apretujándola más contra mí. Ella no está herida, por suerte. La tengo a mi lado y ya no voy a permitir que se aleje, nunca. Bosteza porque tiene sueño, beso su cabeza con dulzura.
-Espero caerle bien a tu madre- dice preocupada. Suelto una risita. Con todo lo que está pasando ella sólo piensa en si le caerá bien a mi madre o no. ¿Quién puede ser más perfecta que ella? Entonces oigo como su respiración se acompasa, como deja de hacer fuerza sus brazos y sé inmediatamente que ella se ha quedado plenamente dormida. La observo, tan mía.
Estoy feliz. Nunca lo había estado tanto. Por fin nosotros dos estamos juntos y no pienso permitir que nadie se interponga entre nosotros. Quien se atreva a acercarse a menos de un metro de Nicole, reverá tales consecuencias fatídicas.
-Te amo- susurro, respaldando mi cabeza en la suya, lo que no me atrevía a decir esta noche pero que sé de seguro que es real.



**************************************************************
EJEJEJEJEJEJEJEJEJJEJEJEJEJEJEJEJEJJE- HELLO. EJEJEJEJEJEJEJJEJE. No paro de reírme así porque sé lo que he escrito y jefksfkjehgjkwhsejkghsej estan juntos, WIIIIIIIIIIIIIIIIIII, ya era hora. Por cierto, estoy enganchadísima a Pretty Little Liars y quiero acabarme ya la primera temporada así que no hay mucho que decir. Ah, sí, TENGO EL FIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIRST WIIIIIIIIIII*-*

Y otra cosita más, me llamaréis pesada y ahora estaréis en plan: ehms, oc. nop. Pero es que me curro todo lo que escribo, aunque sea mejor o peor, y me gustaría mucho encontrarme comentarios, ¿sabéis? Normalmente hay pero en el último no hubo y estaba esperanzada que los hubiera porque era momento Ryanna importante, ¿sabéis? No sé, para vosotras serán una tontería pero para mí tener comentarios me gusta porque así sé si os gusta, si no, si queréis que mejore algo o no sé, lo que sea, aunque me comentáis diciendo que no os gusta, no muerdo.

Loveya.

{Si os gusta la novela que cuelgo en este blog, por favor, seguidlo y dejad un comentario shashi debajo. Mersiiiiii}

Las lectoras que tengáis Twittah por favor, dadle  RT a este TWEET.