sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo 36: "Pero a ti por encima de todo"




"My rebel with a halo"





Pero a ti por encima de todo.

Parte I



Narra Anna.


A veces hay momentos en la vida en los que pones plena confianza en una persona esperando grandes resultados cuando esa persona no está dispuesta a hacer ni la mitad de lo que tú esperas. Es triste, pero nunca las cosas serán como tú esperas. Nadie hará lo que tú esperas que haga, nadie te prometerá y cumplirá lo que tú esperas que cumpla. Por consecuente, no debes poner demasiado empeño ni confianza en una persona pues no sabes por dónde te saldrá.

Quizá debería haberlo sabido antes. Quizá tendría que haber sabido que él no estaba preparado para tener rienda suelta. Sé que no soy su madre, sólo su novia, y no tengo derecho a prohibirle ciertas cosas. Al fin y al cabo, es su vida. Pero después de esa noche…todo lo que vaya relacionado con la bebida, me concierne.

Y más ahora… ¿Por qué, eh, por qué? Si antes la odiaba, ahora se ha vuelto personal del todo.

-¡Serás zorra!-mi voz sale como un estruendo del fondo de mi garganta. Ellos dos reaccionan, mirando hacia mi dirección. No puedo creer lo que estoy viendo: sus manos, sus labios encima de su piel. ¡Y yo confiaba en él! ¿Cómo pude ser tan tonta?- Ryan eres un puto cabrón. ¡Confiaba en ti, joder!- le chillo, asqueada por toda esta situación. Sólo alcanzo sentir como el crack que se siente de mi corazón es audible a todos los demás, quienes me miran expectantes a mis múltiples reacciones.

Ryan abre los ojos desorbitadamente y un destello de horror cruza sus pupilas. Los ojos de Shay, no obstante, observan victoriosa como ha cumplido su cometido. Estoy segura que ella tenía esto planeado desde que se encontró con Justin y supo que Ryan estaba aquí. ¿Cómo no pude prevenirlo sabiendo de su reputación?

¡Maldita sea! Y lo peor…lo peor es que no quiero perderlo pero no puede irse de rositas. No después de esto. No después de todo lo que hemos pasado, no podemos fallar en cosas tan banales.

La gente murmura entre ellos cuando decido tomar represalias físicas. A veces es curioso como reaccionamos frente las cosas. Habrá días en los que decidirás inconscientemente que nada te importa, que te sale más a cuenta tirar la toalla y otros, en cambio, que prefieres atizarle a tu problema fuerte para difuminarlo en el aire. Por lo tanto, siendo Shay mi problema, decido, omitiendo razonamiento humano alguno, arrebatar contra ella. Me lanzo con fuerza agarrándola por sus teñidos dorados cabellos. Siempre odié este color rubio que se puso, tan de pollo caramelizado. No tardan en surgir despropósitos, palabras obscenas y chillidos de su garganta. Sé que le estoy haciendo daño, así que estiro más para acrecentar su dolor. Debido a los grados elevados de alcohol circulando en los cuerpos de los demás asistentes, en vez de tratar de pararme, empiezan a silbar y reír. El plástico cuerpo de Shay se retuerce bajo mi posesividad. La idiota tiene tan poca fuerza que al asir mis manos para tratar de parar mis brutales estiradas, sus muñecas parecen crujir. Me rio de lado.

-¡Esto te pasa por no saber respetar lo que no es tuyo, puta!- chillo acercando mi mandíbula a su oído mientras sigo retorciendo, enredando.

Con todas sus fuerzas -no muchas, obviamente- me pellizca en el estómago, clavando todas sus bien recortadas garras. Asemeja a querer rasgar mi piel, como si realmente sus afiladas uñas quisieran abrir mi piel desdoblándola en dos secciones. Suelto un aullido de dolor. La puta sabe dónde joder. Quizá mi chillido repercute en que varios de los que observan el espectáculo que acabo de crear, acudan a separarnos. Me alejan de ella violentamente y a ella la alejan de mí de igual modo. Gracioso, porque no hubiera tenido ninguna posibilidad.

-¡Soltadme que la mato! ¡Yo la mato!- grito a pleno pulmón, pidiendo tan alto como puedo que me dejen acabar con ella. No hay derecho que me haya hecho esto a mí.

Fulmino a Ryan, que debido a su exceso desconsiderado de lo único que lo hace volverse un animal, apenas se sostiene sentado en la silla con las manos barajando las cartas de póker. Me mira sin comprender porque ahora mismo el etanol habrá nublado todos sus sentidos, atrofiado sus neuronas e imposibilitado los cruces de información. ¡Odio el alcohol!

-Relájate, por favor- me pide el chico rubio que me sostiene. No sé ni cómo se llama, pero algo en él me dice que me puedo fiar. Sostengo la mirada en sus ojos- Tranquilízate y no la mates. No merece la pena- me dice con un tono cómico en su voz.

Realmente no sé qué me hace cambiar de opinión. No obstante, el chico no pierde razón. No merece la pena.

-Suéltame por favor- vuelvo a pedir, acompasando mis respiraciones. El rubio asiente con los ojos entornados, aflojando su agarre. Repongo mi camiseta, antes alborotada y arrugada, en su sitio. Inspiro aire fuerte y profundo.

El otro chico no suelta a Shay pues sigue violentamente forcejeando. Pausada, firme, llego a la altura de Ryan. Sonrío amargamente arrojando en una sonrisa todos los sentimientos que tapian mis oídos en este momento. Por un momento, creo que comprende que está sucediendo, que ha hecho mal pues traga saliva reprimido en su persona. Tenso la mandíbula, antes de alzar mi mano hacia arriba y proyectarla en su mejilla en un golpe seco, ruidoso y lleno de dolor.

-Confiaba en ti.






Parte II

Pero a ti por encima de todo.






Narra Ryan. 


Un estruendo en mi cabeza noto de golpe. No es físico, no es ruido pero lo siento como mil taladros provocando movimientos sísmicos en mi cráneo. Agh, esto sólo puede ser obra de la bebida. ¿Pero cuando he bebido yo? No lo recuerdo.

Todavía no sé cómo lo logro, pues mi cuerpo está altamente entumecido, pero muevo el brazo derecho hasta mi cabeza para frotarme la sien. Me siento a desfallecer, de ahí que apenas pueda abrir los ojos cuando decido hacerlo. Un olor sobrecargado flota a mi alrededor como si estuviera rociando el aire, empalagándolo. Me recuerda al típico olor después de una locura de fiesta. Imposible, yo no he ido a ninguna fiesta. Muevo la mandíbula, saboreando mi propia saliva. Para mi sorpresa, sabe dulzona y espesa, con falta de hidratación. Oh Dios mío. Eso sólo puede ser obra del alcohol consumido. Pero… ¡Anna no me dejaría beber! Sabe lo que ocurre cuando lo hago, ella, ella…ella no me dejaría hacer algo así.

No comprendo nada pero ella me mira con los ojos llenos de dolor. ¿Qué he hecho? Todo me da vueltas, apenas la contorneo lúcidamente. No obstante, puedo observar ese brillo decepcionante en sus preciosos ojos marrones. Oh…No está nada contenta, por lo que veo. ¿Qué habrá pasado? Agh, trato de enfocar mejor pero mi vista falla considerablemente retornándome a un estado de borrosa permanencia. Maldita sea. De pronto, una superficie abierta, caliente y rígida impacta en mi mejilla con un sonoro estruendo. ¿Qué narices? ¿Qué ha sido eso? Tardo en reaccionar antes de comprender que ha sido ella y su mano, ella y su bofetada. ¿Por qué ha hecho tal cosa? Me fulmina cual flechazo helado antes de desaparecer entre el gentío. Y todavía ahora no comprendo cuan grabe error he cometido.

¡No! Dios mío, no. ¿Qué hice? ¿Dónde narices estoy? Como puedo, abro los ojos lleno de urgencia por comprender porque Anna me abofeteó ayer. Logro también levantarme del suelo en el que estoy tirado. Pero, ¡¿qué?! Estoy en casa de Mason; en el comedor de su casa, mejor dicho. ¿Qué hago aquí? Pronto, visualizando todo mi alrededor, comprendo que acabo de despertar con una monumental resaca después de una noche de fiesta, en una típica fiesta de Mason. Posiblemente, las fiestas más locas que Stratford conocerá jamás. Y yo he asistido a una. Y yo he despertado al día siguiente tirado en el suelo con resaca. Y recuerdo bien poco—por no decir nada— la velada de ayer. Y eso no puede significar nada bueno. 





***





Pico a la puerta repetidas veces, exasperado. Debo disculparme. Oh, tengo que hacer algo. ¡Esto no puede quedar así! Yo…yo no puedo volver a perderla por otra estupidez una vez más. No. Me niego a perderla. Sin ella, yo dejaré de ser yo. La parte que merece la pena desaparecerá con su sonrisa.

Es arreglarlo como sea con ella o resignarme a volver a ser el asqueroso alcohólico moribundo de siempre. No quiero volver a ser él. La quiero a ella.

Pico—aporreo— con fuerza por segunda vez consecutiva antes de escuchar unos pasos que se acercan al umbral. Las llaves chirrían y Justin abre la puerta. Al verme, frunce el ceño. Apenas le dejo tiempo para comentar antes de ordena- ¡Dime dónde está Anna!

-No tengo ni idea, Ryan- me responde rápidamente-. No está aquí.

Muy poco contento con su respuesta, lo aparto para poder entrar hacia dentro de la casa. Sé que ella está aquí. Sé que Justin me está ocultando algo. Lo sé porque aunque es mi amigo, Anna es para él como su hermana. Y si ella le ha pedido que no me diga donde se encuentra, Justin no lo hará.

-¡Anna! ¡Anna!- vocifero con todas mis fuerzas.

-Tío, te he dicho que no. No está aquí- me vuelve a repetir.

-¡Justin no me jodas! Sabes dónde está. Ella te lo diría.

-Te juro que no lo sé. Esta mañana temprano se ha ido de casa y llevamos sin verla desde entonces.

-¿Y has dejado que se vaya sabiendo que yo volvería para arreglar las cosas?- pregunto, mosqueado.

-Ese es el problema, Ryan. No deberías tener que arreglar nada- me reprocha, mordiéndose la lengua. Se nota que quiere decirme mucho más, pero está siendo cauteloso. Siento la sangre empezar a bullir. No me puede estar diciendo esto, joder.

-¡Debo arreglarlo! Y me importa una mierda qué me digas tú.

-Ryan, deberías escucharme, ¿vale? La perdiste una vez y, ya la has vuelto a cagar. Como siempre. Creo que deberías replantearte un poco las cosas, como…- quiere seguir hablando, seguir “aconsejándome” pero lo está haciendo de pena. ¡Ya sé todo eso! No necesito a nadie que me diga que estoy haciendo mal dado que ya lo veo, ya sé que siempre la cago y la vuelvo a cagar. Necesito que me ayude, no que me recuerda lo patético que soy.

En una sacudida lo agarro del cuello de su camiseta y lo estampo contra la pared más cercana. Me está sobrecalentando.

-¡Cierra la puta boca!- vocifero, sacudiéndolo. Su espalda impacta contra la dura pared, de ahí que Justin esboce una mueca de dolor perceptible- No me vengas de consejero Justin porque precisamente no eres el más indicado para hablar.

-¿Qué? Por ahora me va perfecto con mi chica. Tú precisamente no puedes decir eso- me contesta, enfurruñado.

Suelto una risotada. Pobre hipócrita que se cree que Nicole lo ama tanto como él a ella. ¿Es imbécil o qué? Obviamente no sabe lo que yo sé. Cuando lo escuché no supe que hacer…si decirlo, si no decirle. No obstante ahora lo veo todo mucho más claro. Le voy a contar lo que explique porque creo que lo merece y porque me está jodiendo mucho que me esté sermoneando cuando su “romance” es una parodia barata.

-¿Que te va perfecto? Qué engañado estás- escupo, con toda la rabia que siento ahora. ¿Quién se cree que es para decirme como hacer las cosas cuando está viviendo una mentira cada segundo?

-¿Engañado? ¿Qué dices?

-¡Qué Nicole no te quiere!- chillo, lanzándole todo el aliento en su cara- Nicole sólo te quiere para conseguir información y nada más.

-¿Qué?-sus ojos se abren de par en par. Observo inseguridad, resquebrajamiento y dolor. Es como si lo hubiera hundido en un segundo, como si hubiera perdido el rumbo- No puede ser, Ryan. Me estás mintiendo-niega, moviendo alterado la cabeza- No puede ser…

 -Tío- lo cojo por los hombros fuertemente, reconfortándolo-, las oí el otro día hablar y Nicole le dijo eso a Anna. Yo…yo tampoco quería creerlo pero lo dijo ella.

-Ryan…no me mientas, por favor- me contesta, cerrando los ojos con fuerza.

-¿Crees que te mentiría con algo así?- le pregunto. No puede estar dudando de mí cuando yo siempre he estado en todos los momentos y siempre le he dicho toda la verdad.

Se desata de mí en un brusco movimiento, alejándose alicaído. Sus ojos se vuelven una masa espesa, honda, y sin vida bajo su córnea.

-Búscala en la casa del lago. Ha dicho que se pasaría…-explica en apenas un susurro antes de marcharse para el interior de la casa, arrastrando los hombros.

Mierda. Creo que lo he jodido pero bien. Aunque la verdad siempre por delante.








Parte III

Pero a ti por encima de todo.







Narra Nicole.


El agua termina por recorrer cada uno de los rincones de mi piel antes de que apague el grifo y, con tranquilidad, envuelva mi cuerpo con la suavidad indescriptible de la toalla. Amo la sensación de la piel limpia, refrescada, después de un baño; asemeja a la liberación externa de todas las preocupaciones acumuladas y, de igual modo, a la relajación de toda la tensión.

Con sumo cuidado, salgo del plato de ducha colocando primero ambos pies encima de la alfombrilla de baño. Miro mi reflejo de soslayo cuando paso por delante para llegar a la puerta. Una vez delante, la abro y al atravesar el umbral me doy cuenta que las cosas no van bien. Justin está sentado en el borde de la cama con los codos encima de las rodillas, hincándose en la huesuda piel de esa zona, y las manos cruzadas de soporte para su cabeza. Una sombra de aire espeso, triste, se cierne sobre su figura. Inmediatamente, tengo miedo. Algo debe ir muy mal para que esté así. Inconscientemente, repaso mentalmente todas mis últimas acciones para saber si ha podido haber alguna que le haya molestado. No obstante, no encuentro nada que pueda intuir una ofensa para él. Ni celos, ni malas contestaciones: nada. Entonces, ¿por qué está así?

-Justin, ¿ocurre algo?- formulo cautelosa, con cierto miedo a que explote como suele hacer. No veo sus ojos, dado que su mirada se pierde en el suelo de nuestra habitación, por lo que no puedo saber exactamente su estado de ánimo; no puedo saber si esa cosa está ahora en sus ojos.

-¡¿Todo esto es una mentira?!-alza la voz de repente, alterado.

-¿El qué?- pregunto, sin saber bien, bien, por dónde va.

-Todo esto. Tú. Yo. Nosotros. ¿Lo es?- esta vez, al decirlo, sí que alza la cabeza y puedo observar que efectivamente esa oscuridad emerge de sus ojos, tornándolos oscuros; apenas alcanzo respirar por dicha pregunta. ¿A qué viene esto?

-Claro que no. ¿Cómo me puedes estar preguntando esto?

-Mentira- escupe; la palabra completamente envenenada-. ¡Mentira!

-¿Mentira?- pregunto retóricamente, sin aire. Por Dios, ¿a qué viene esto? ¿Por qué está así? No lo comprendo. Estábamos perfectamente bien. ¿Será un cambio de humor? ¿Es que ese doble Justin se ha apoderado de pronto del Justin del cual estoy enamorada? No entiendo nada, me frustro sin comprender- ¿Por qué dices eso?

Como si su cuerpo fuera un imán para mis actos, reacciono en instinto, acercándome a él y tratando de tocarlo. Sé que es la única forma para que Justin retorne en sí cada vez que le pasan estas cosas.

Sin embargo, Justin se alza sobre sí mismo, me empuja lejos de su cercanía y me mira con una mueca de traición en sus facciones. De inmediato, me siento rechazada. No quiere mi contacto. No lo quiere y yo… no sé qué hacer. Se ha alejado de mí. Volvemos a partir del punto cero de cuando nos conocimos. Lo siento lejos, lo siento distante, lo siento a millas luz de mí. ¿Qué ha provocado este cambio tan repentino? ¿Cómo he podido tardar más de un cuarto de hora en levantarme de la cama esta mañana, porque no quería que me separase de él, y ahora en un brusco movimiento me echado completamente fuera?

Se me oprime el pecho cuando pregunto- ¿Qué he hecho mal ahora?

-¡¿Qué has hecho mal?!- sonríe amargamente de lado- ¿Todavía no sabes qué es? ¡¿Acaso no es nuestra puta relación una basura?!

-¿Una basura? ¿Es eso lo que es para ti?- coloco la mano sobre mi pecho tratando de que no se vaya rompiendo, ralentizando el quebramiento.

-¿Lo es para ti?- me pregunta, fulminándola con la mirada.

-No- niego-, obviamente que no.

-¡Y una mierda! Tú sólo te abriste a mí porque querías información, nada más. Yo sólo he sido un puto paso más en tu asqueroso plan- empieza a despotricar, dejándome patidifusa. ¿De dónde ha sacado cuan descabellada idea?-. Llevo toda la vida pretendiendo ser alguien para contentar a mi padre y de pronto apareces tú con tu opuesta realidad, tu seguridad en ti misma, tu terqueza, y creo no deber fingir contigo nunca más. ¿Sabes lo que se siente descubrir que todo esto es mentira? ¿Qué sólo has sido un puto paso para conseguir información sobre la mierda de tu padre? ¡¿Sabes lo que es eso?!

Crack. Crack. Crack. El estridente ruido interior, seguido por el respectivo dolor, de mi corazón al estallar en miles de pedazos me enerva la sangre.

De acuerdo, ahora sé a lo que se refiere. Debió oír la conversación que tuve con Anna el otro día. ¿Pero quién es él para quejarse cuando yo sólo era una apuesta burlada entre amigos? ¿Cómo puede estar echándome en cara el porqué de que empezara a ser amable si él lo fue por una razón todavía más vulgar?

-¿Qué? ¿Y tú te quejas de eso?- chillo de vuelta, con la voz áspera- ¿Es que acaso olvidas la preciosa apuesta que pactasteis Ryan y tú? ¿O eso no vale?

-Pero eso fue…

-¿Qué, diferente? No puedes decir eso. ¿Cómo debería haberme sentido yo al enterarme que sólo fue una apuesta de: “qué me das si me la follo”?

-¡Yo no tenía intención de cumplirla!

-¡Eso tú no lo sabías!

-Sí que lo hacía. Lo supo desde el segundo cero en que te vi en ese almacén en llamas. Sabía que no podría hacerte nada que te hiciera daño- sus ojos se hacen más pequeños por momentos-. En cambio lo tuyo fue intencionado. Tú lo tenías todo planeado desde el principio.

Verdad, sí. Pero no me puede echar en cara eso. ¿Qué quería que hiciera?

-¿Y eso qué más da ahora? ¿Qué más da como empezamos? Lo importante es que ahora estamos juntos, que nos que…

-No digas el verbo querer- interrumpa, tajante-. Ahora es lo último que quiero hablar de tus labios porque no quiero confundirlo con una mentira- mis ojos se abren de par en par-. Ya no sé lo que es cierto y lo que no. Yo…yo lo he dado todo por ti, todo, y no ha servido para nada.

-¡¿Y yo no lo he perdido todo?!- grito, muy quemada por cómo se están desarrollando los hechos. ¡No puede decirme que no lo he dado todo por él, maldita sea! He perdido todo lo que tenía en mi anterior vida sólo por estar con él. He arriesgado todo a una misma ficha, ¿es que estoy perdiendo la partida?

-Ese es el problema. Yo no tomo lo nuestro como una pérdida, tú sí.

Sus ojos me miran por última vez, sumido en una total pérdida. Y siento que es el final de lo nuestro. Y siento que ya no va a volver a mí. ¿Me va a dejar? ¿Esto es igual a un punto y final? ¿Así acaba nuestra historia? Me niego a creerlo… el poco corazón que me queda, se estruja dejando ir todo su suco, su esencia, todo el amor del que una vez fue colmado por la misma persona que en este justo instante se está difuminando por un horizonte al que no estoy invitada. 





***





Dejo las bolsas sobre la encimera de la habitación como si fuera un cuerpo inanimado, sin vida. Y es que es como si hubiera perdido mi rumbo, mi razón por la que seguir. Lo peor es que todavía no sé si lo debo dar por perdido o no, si esto es sólo un mal momento o el fin de nuestra relación… Justin parecía tan enfadado, tan rencoroso, tan dolido por todo que no he visto esperanzas en sus ojos, no he visto que las cosas puedan resurgir…simplemente se han acabado.

Obviamente, Pattie se ha dado cuenta que algo no va bien pues no para de lanzarme indirectas sobre si me va bien con su hijo. Sin embargo, no oso explicarle lo que ha sucedido porque tampoco sabría cómo contarle; tampoco sé exactamente qué ha sucedido. Estoy perdida. Quizás, la peor sensación del mundo: estar perdida, muy perdida, pero seguir estando aquí.

-Pattie, subo a la habitación- apenas susurro, antes de arrastrarme escaleras arriba. Percibo como ella deja caer sus manos sobre la encimera y repiquetea el mármol. Está nerviosa por no saber qué está pasando, por no poder ayudar en algo.

Al llegar a mi habitación, me encierro en ella. Encamino alicaída hasta la cama, dejándome caer sobre su suavidad; una suavidad un poco más áspera hoy. Es como si todo me irritara, como si todo estuviera descolocado. ¿Cómo una persona puede controlar tanto tu estado de ánimo, tu propio alrededor, tu propia mente, tu propio corazón? Es frustrante.

Pierdo completamente la noción del tiempo, dejándome llevar por las múltiples ráfagas de recuerdos, pensamientos, que afloran mi cabeza. Recuerdo a mi padre, recuerdo a mi hermano, recuerdo el café de mi madre. Recuerdo también mi casa, mis amigos, mi instituto, las noches hablando hasta las tantas con todos ellos, las carreras que me pegaba con Tati, Chris y Cait para llegar razonablemente puntuales a primera hora. Recuerdo todo y contra más recuerdo, más echo de menos, más quiero en parte volver a todo aquello. ¿Debería sentirme así? ¿No es curioso que esté con la persona a la que más quiero en el mundo y que a la vez, sienta en parte, que he hecho mal dejando todo por él? ¿No podría haber salido todo perfecto? Qué hijo de puta el destino que nos pone en frente a nuestro amor encarcelado entre barrotes de hierro. Pasa una vida jugando con nosotros mismos como si fuéramos títeres, pensando que las cuerdas nunca se deshilaran y cuando consigue por fin cruzarnos, te pone la zancadilla a cada momento. ¿Es acaso justo que dos personas, que sienten clarísimamente que se aman pese las adversidades, acaben separándose por todo el dolor que conlleva permanecer juntos cuando otros pueden estar con miles el tiempo que quieran no teniendo ningún problema? ¿Es acaso justo que estar con la única persona que te haya hecho sentir amada, necesitada, no sea posible? ¿Cómo puedes ser tan gafe de enamorarte de alguien con una realidad tan complicada que ya se ve que no va a funcionar? ¿A quién quería engañar dándolo todo si sólo somos títeres en manos de destinos opuestos?

Mis ajetreados pensamientos me envían a una visión dulce como el algodón de la feria, como sus manos rodeando las mías, sus ojos sonriéndome desde el corazón, su despeinado cabello tapando su frente. Visualizo a Justin en nuestra cama, bocabajo, con la cara pegada a la almohada como si le pesara toneladas; la curva de su espalda formando dos desniveles: el de su parte alta de su torso, con sus hombros y omoplatos; y el de su trasero respingón. Sonrío agridulce al pensarlo. Agh, cómo desearía tenerlo ahora mismo así.

Un barrullo distante comienza a retumbar en la planta de abajo, arrastrándome fuera de mi ensoñación. El tintineo de un cristal al quebrarse, se percibe proveniente escaleras abajo. ¿Oigo gritar a Pattie o me lo parece? No estoy segura pero juraría que Pattie dice algo en voz alta antes de que le corte alguien bruscamente. Voz ronca, gutural y tranquila. Me infunde pavor por alguna razón que desconozco. Acto seguido, pasos; fuertes pasos escaleras arriba, a mi acecho. Oh no, ¿qué narices está pasando?

In situ, la puerta es descolocada de su posición habitual cerrada de una fuerte patada e irrumpe en la habitación un hombre que me es familiar. Antes de que tan siquiera pueda reaccionar, el tipo alto y fornido me agarra de la cintura con fuerza, coloca una de sus manos sobre mi boca. Sujeta un pañuelo blanco con un anestesiante, de ahí que me empiece a marear, a perder el horizonte de visión, a dormirme lentamente sin apenas poder defenderme. Sólo me da tiempo a revolverme violentamente repetidas veces, tratar de darle un puntapié y caer con mi propio peso.

-No puedo esperar a ver la cara de McCann cuando vea que te ha perdido…-masculla mi agresor, antes de perder la noción—ahora sí—de la situación.





***



El ambiente permanece impregnado de un olor agridulce, estancado, maloliente. No consigo, no obstante, articular ningún movimiento. Puedo percibir pero es como si no pudiera anticipar reacciones, pensar tan siquiera en mover algún músculo de mi cuerpo, que por lo que logra captar mi cerebro, está magullado.  Sólo siento un olor maleante, cargado y que me transporta a las sesiones de entrenamiento antes de que esta locura comenzara. Por lo que deduzco, el lugar en el que me encuentro no debe tener mucha ventilación, o ausencia total de ella. Mis oídos, todavía atontados, consiguen percibir el ronroneo de ciertos pasos no muy lejos de mí.

-¿Cuándo despertará completamente?- pregunta la insinuante voz de una mujer.

-En varios minutos.





Parte IV

Pero a ti por encima de todo.







Narra Justin.



Después de la explicación concienzuda de Anna sobre lo que Ryan me contó esta mañana, he comprendido que la he jodido monumentalmente. Es normal que me haya cabreado. ¿Cómo te puedes tomar bien que la persona por la que has llegado a apartar una parte de ti, te ha estado engañando? Es algo muy doloroso, y como mi carácter es dictado, mis reacciones no son muy favorables.

-No sé si quiero hablar con ella ahora- protesto, dispuesto a abrir la cerradura de la puerta.

-¿Cómo qué no? Vuestra pelea es estúpida- contesta Anna, muy, muy enfadada.

En cierto modo tiene razón. Sin embargo, algo en mi estómago me dice que no estoy haciendo bien del todo. Aunque la riña se empezara por tonterías, y por una afirmación mal entendida, no quita razón de ser a las acusaciones que ella arremetió contra mí, a la frase que tanto me dolió: “¡¿Y yo no lo he perdido todo?!”. Debo tenerla en cuenta pues es tan importante como cada instante que he pasado a su lado desde el primer día. ¿Qué es que acaso no demuestra sus inseguridades en verse a nuestra relación? Lo que yo veo por ganancias, ella lo ve por pérdidas. Soy consciente que ella ha perdido mucho por un nosotros, pero yo también. Ella ha renunciado a cosas, al igual que yo y lo que más me defrauda es que yo sea capaz de ver que todo lo que he podido “perder” no merece tanto la pena conservar como pasar un solo segundo sintiendo su piel. Sé que ella ha perdido a su padre, de ahí que sepa que llorará su pérdida por dentro todas las mañanas y antes de acostarse. No obstante, aunque yo perdiera mi vida seguiría mereciendo la pena. ¿Y si ella no lo ve así? ¿Y si mis sospechas son acertadas, entonces qué? ¿Es que esto no es tan real como yo lo creía?

Al entrar en mi casa, sobre el suelo, veo tendida a mi madre. Los ojos se fijan en todo ella, en cómo no mueve ni un ápice de su cuerpo y un fuerte temblor comienza a recorrer mi cuerpo. Entonces, me percato que todo está desordenado, patas arriba. Mis peores temores afloran al exterior. Me lanzo hacia su altura, la alzo para poder despertarla. Su cuerpo yace como inerte bajo mi fuerza. El día de la muerte de Chaz sucede en mi cabeza como en un flash. Oh, mierda, me ha vuelto a pasar. Demasiado lento, demasiado irresponsable, demasiado erróneo.

-¡Mamá! ¡Mamá! Por favor, mamá, tú no…-empiezo a gritar, tratando de acercar mi oído a su pecho para notar si sigue respirando. Cuando noto que sí lo hace, mi cuerpo consigue relajarse un lapso.

Ambos percatándose de la situación se acercan también. Anna tiembla al ver a mi madre en este estado. Ryan, siendo duro como el hierro y manteniendo la compostura, esboza una mueca de horror sentido.

-Déjamela ver, Justin- exige, poniéndose en modo médico autoritaria. A veces creo que si no fuera por Anna, nosotros no seríamos capaces de sobrevivir a la mitad de situaciones a las que sobrepasamos con eficiencia. Tanto Ryan como yo somos mancos cuando se trata de ciencias, cuidados médicos o primeros auxilios.

Anna toma su pulso, el cual nota irregular; presta atención a sus globos oculares y a sus respiraciones casi imperceptibles. Caigo en la cuenta que si mi madre está así, Nicole también corre peligro o lo ha corrido. Trepo escaleras arriba con Ryan, quien sintiéndose culpable por lo que ha provocado me sigue detrás todo el tiempo.

Se me para el corazón cuando caigo en la cuenta que ella no está. Ha desaparecido, completamente. Sin dejar, al parecer, rastro. Cogiendo aire profundamente, prolongando una tranquilidad que interiormente no tengo, escaneo el alrededor con mucho cuidado. Debe haber algo, algún indicio o prueba que me ayude a saber qué narices ha pasado aquí esta tarde.

-Ryan, hay que encontrarla- murmuro, parando atención en la silla mal colocada, la alfombra revuelta y los botes de perfume desparramados por la cómoda.

-No lo dudo ni un momento- masculla de vuelta, revolviendo todo su alrededor, observando el desorden y tratando de averiguar los pasos que han seguido los que han entrado. Sé que lo han hecho porque estos son claras pistas de secuestro o de robo y puesto que Nicole no está, me inclino más a lo primero.

Y sólo se me ocurre un nombre…Kyle.

No obstante, ¿Para qué querría Kyle a Nicole? Entiendo que quiera joderme, entiendo que me odie y que nos odie por lo de ayer en la fiesta, pero éste no es para nada su táctica. Es demasiado previsible, demasiada lógica… ” Me jodo, te secuestro a la chica”. ¿Qué gana con eso? Encima yendo como va su negocio ahora mismo, y como la policía está encima de él, creo que esto no le interesa en absoluto. Si no es Kyle, ¿quién puede ser? No, no tiene sentido. Jeremy no puede ser, y los negocios van de fábula. ¿Quién? ¡Maldita sea! ¿Quién?



En un último escaneado mi mirada desesperada, ansiosa por encontrar lo más mínimo, presta atención a algo brillante justo al lado de la pata de la cama. Me acerco hasta ello y descubro en el suelo una rosa roja diminuta que me resulta demasiado familiar para que sea una coincidencia.

-¡Ryan, Ryan!- llamo.

-¿Has encontrado algo?- se pone a mi altura, deseoso de saber.

-Esto- le tiendo el rubí tallado en forma de rosa roja delante de sus narices, pendiente de mis dedos-, ¿te suena de algo?

Niega con la cabeza.

Miro con detenimiento la pequeña joya: es un rubí tallado y pulido en forma de los pétalos de rosa. Su color carmesí parece atrapar la luz que emana de la habitación para atraparlo entre sus destellos; contrarrestando con el plateado del oro blanco que abraza los bordes de dichos pétalos.

Acto seguido, me doy cuenta. ¡Es una de las rosas que cuelgan del brazalete de Mary! Cuántas veces he tenido sus manos rodeando mi cuello con fuerza, con esos endiablados bordes afilados arañándome la piel. ¡Y tardo tanto en darme cuenta!

Siento como la sangre me empieza a hervir de 0 grados a 100 en cero coma. ¡¿Para qué querría Mary a Nicole?! ¿Qué trama esa zorra francesa?

-Ryan tráeme el puto teléfono- ordeno elevando la voz irritada que estalla de mi garganta. Cuándo pille a esa lagarta se va a enterar. ¡Sabía que no me podía fiar de ella! ¿Pero cómo se enteró acaso de Nicole?

En menos de dos minutos lo tengo de vuelta extendiéndome el fijo, expectante a lo que voy a hacer. Marco el número de teléfono de Mary y espero hasta que la línea me da paso a una voz que es de todo menos de mujer. Al otro lado de la línea suena…suena…¡suena como la voz de Wayland!

-¡Tú!-reprocho cuando me doy cuenta que todo esto es un montaje. Un montaje del sucio vividor de Wayland.

-Hola McCann, cuánto tiempo sin oír tu maleducada voz-comenta socarrón, con ese tono tan característico en su voz.

-¿Dónde la tenéis?-vocifero.

-¿A quién? ¿A ésa zorrita de la Williams?- pregunta, retóricamente- Uhm, está en buena compañía.

-Eres un puto cabrón, Wayland. Te mataré después de esto.

-No, querido amigo. No vas a hacer eso porque si no me follaré a tu puta antes de que consigas tocarme un pelo y luego la mataré delante de tus propios ojos. ¿Quieres eso?

Sus palabras chocan contra mi corazón, atragantándolo contra el fondo de mi pecho. No puedo permitir que haga eso, no puedo permitir que le suceda algo terrible a Nicole. No puedo perderla. Por eso quería mantenerla alejado de mi vida, de mí y de mi monstruo. Sin embargo, no he sido capaz de ahí que ella esté pagando las consecuencias de mis irresponsables actos.

-Escucha entonces, tienes algo que me interesa.

-¿Qué tengo?

-¿No caes en nada? Eso tan bueno que estáis preparando tus amiguitos y tú, lo quiero.

-La droga…-caigo en lo cuenta de que va todo esto. Maldito hipócrita.

-Exacto, McCann. Trae la fórmula. Mañana, en la plaza central de Stratford. O sino me ocuparé que ella conozca lo que es ser bueno en la cama y lo que es una muerte dolorosa.

Seguidamente, el sonido continuo del final de la llamada se reproduce por el audífono del teléfono. Ha colgado con su amenaza hecha. No voy a ceder nada. Tampoco se va a salir con la suya. Sé dónde pueden tener a mi chica. Sé cómo actuar en estas situaciones. Por último, no hay modo en el infierno que chantajeen a Justin McCann. 







***







El almacén de Wayland se halla en Wellesley, una urbe industrial a varios quilómetros de Stratford. Nunca me interesó en exceso porque tiene un viejo almacén de distribución aquí. Sin embargo, hoy esto mismo ha cambiado. Ahora, colándome con cuidado por una de las puertas traseras, sí que me aviva la curiosidad saber porque narices Wayland posee este edificio. En cuanto he llamado y ha sido él quien ha respondido, he pensado en este sitio. ¿Tenía lógica pensar de inmediato, no? Es un lugar estratégico, alejado del conjunto residencial y que está relativamente cerca de Stratford: más o menos tres cuartos de hora. Era la mejor opción para mantenerla lejos de mí pero lo suficiente cerca para una rápida movilidad.

Fuerzo la puerta sin omitir apenas ruido. Adelanto el brazo con el arma, antes de pasar por completo. Ryan guarda mis espaldas, atento a que nadie nos esté observando. ¿Quería Wayland verme? Pues me verá, pero antes de tiempo.

Un angosto pasillo mal iluminado por varios fluorescentes cuadrados, cada cinco metros, aguarda nuestro apresurado paso. Procedemos a adentrarnos en las entrañas, abriendo cada una de las puertas que encontramos de pasada hasta que llegamos a un patio de luces que se entierra hacia el centro de la Tierra. Wayland, Mary y Nicole adormilada en una silla, esperan impacientes en el centro. A la vista, a tres pisos hacia abajo de distancia. Prácticamente puedo notar el tacto de mis dedos alrededor de sus cuellos, escañando fuerte, reduciendo sus miserables y asquerosas vidas en un ahogado último suspiro.

-Justin, no te precipites- aconseja Ryan en voz baja, a mi lado, leyéndome la mente con agilidad.

«Nadie nos amenaza, Yo. ¡Hay que hacerles pagar!»

Por primera vez en mucho tiempo, estoy completamente de acuerdo con mi monstruo interior. No obstante, debo ser lo suficiente listo para mantenerlo alejado del control completo de la situación pero, al mismo tiempo, sacar provecho a toda su rabia animal encarcelada.

¿Seré capaz?

Fijo la vista en la razón de mi existir. Magullada, sucia, luchando por su vida, inconsciente, en un peligro inminente. Y yo tan cerca. En cambio, debo pensar con claridad.

Necesito que ella sea capaz de andar por su propio pie cuando Ryan y yo cojamos a Mary y Wayland. No puedo atacar ahora dado que necesitaría a un tercero para sacarla de este agujero. Anna que ha tenido que ir al hospital con mi madre, no está, es decir, no nos puede ayudar. Aunque ya está haciendo suficiente. Así me aseguro que tanto ella como mi madre están ahora mismo a salvo. Debe salir todo a la perfección debido a que no tengo nada que pueda interesar a Wayland en mis manos. Me resulta gracioso que el trato fuera mi chica por la fórmula, dado que por mucho que le diera un trozo de papel con dichos garabatos, no le hubiera servido de mucho. Lo que otorga a nuestra droga el toque final, lo que la hace tan increíblemente potente, no figura en la fórmula sino que está guardado en el cerebro de Anna por seguridad. Obviamente, eso no se lo iba a decir a ese cerdo.

Después de varios minutos—se me antojan eternos—, Nicole parece tratar de alzar la cabeza con un movimiento muy torpe. Debe estar sedada con algún producto bastante fuerte.

Por fin, mira hacia adelante, clavando su mirada gris en la figura de sus agresores. Mueve espásticamente sus brazos, su torso y sus piernas para poder soltarse de la gruesa cuerda que la mantiene atada a la silla metálica.

-¡Suéltame!-chilla, vagamente.

-Oh no, preciosa. Mañana nos harás conseguir grandes cosas- se burla Wayland, acercándose a ella.

Aprieto la mandíbula con fuerza, el puño también. Indico a Ryan que ha llegado la hora de bajar hacia dónde se encuentran, y en segundos, estamos delante de la puerta que da paso a la última planta del almacén. Atesto una brutal patada contra la puerta, descolocándola de su posición normal y petando el cerrojo. Ambos irrumpimos en la sala, armas en mano.

Disparo varias balas en dirección a Wayland, dándole en el hombro y en el costado derecho. Se vuelve de inmediato, indefenso, con una mueca de horror en su cara. Sus planes se han ido al traste. Cómo me alegro de ello. Ryan va a por Mary, la cual sí que tiene una pistola. Oigo varios disparos detrás de mí pero no les doy importancia. Sé que Ryan la tendrá en cuestión de segundos. «Mátalo». A parte, mi ceguera no me deja concentrarme en nada más que en aniquilar al cabrón que me ha robado lo más preciado que tengo: a ella. En mi cabeza, una sucesión de imágenes mostrando las mil barbaridades que podrían haberle hecho, desfilan socarronas. «Mátalo». Aprovechando su indefensa postura, sin miedo, agarro los hombros de Wayland y le doy un cabezazo en la frente, enviándolo al suelo. Aprovecho para romper con el cuchillo, que llevo en el bolsillo trasero de mi pantalón, la cuerda que la amarra a pesar de que me zumbe la cabeza por el rudo golpe. Dejo el cuchillo olvidado en el suelo, mientras le ordeno que se vaya por donde hemos entrado, que busque la salida y una vez fuera, que nos espere en el coche. Beso sus labios suavemente antes de que ella marche, saboreando “nuestra reconciliación”, por así decirlo. Una reconciliación que me parece absurdamente insuficiente.

-Lo siento, mucho- mascullo, cuando me cruzo con sus ojos al pasar el umbral de la puerta.

De pronto, algo afilado rasga la piel de mi estómago. Ahogo un grito, volviendo mi atención al hombre mareado que se está poniendo en pie a mi lado. «Mátalo». Acaba con él, Yo»Intentando ignorar el dolor, lo tiro otra vez al suelo; su mano se abre sin querer por el impacto soltando el cuchillo. Me coloco a horcajadas encima de él. Mi puño impacta en su mandíbula: una, dos, tres veces. Fuerte, más fuerte. De su labio se abre una raja que desprende líquido rojo. Voy a acabar con su vida.

«Mátalo, mátalo, mátalo, mátalo, mátalo».

-¡¿Cómo te has atrevido?!- rujo, escupiéndole en la cara. Otro golpe; otro, otro.

Sus ojos alcanzan mirarme con miedo entre sus magulladuras faciales. No me infunde ninguna pena.

«Mátalo, mátalo, mátalo, mátalo, mátalo».



-¡Maldito cerdo asqueroso! ¡Hijo de puta!

«Mátalo, mátalo, mátalo, mátalo, mátalo».

Un último impacto vuela sobre su rostro. Observo su cara. No voy a volver a verla. Como puede, todavía con su actitud burlesca, me sonríe de lado. Se le desfigura incluso más la cara con ese gesto. «Mátalo, mátalo, mátalo, mátalo, mátalo». Entonces, decido acabar, decido arrancarle la vida con una letal bala. Posiciono el cañón en su frente, y con un clic, le vuelo los sesos horizontalmente.

Su cuerpo pierde fuerza bajo mi peso en un mísero instante. A veces es incluso fascinante lo rápido que puedes quitar una vida. A mí, por lo menos, siempre me ha resultado fascinante. Más si esa vida te ha estado jodiendo durante largo tiempo. O no tan largo, pero lo ha hecho.

Seguidamente, me vuelvo hacia Ryan, quien como me temía, sostiene el cuello de la bella Mary entre sus antebrazos. Sus piernas flaquean con el miedo pero su mirada no pierde esa carisma que tiene por costumbre.

-Te cedo los honores- anuncia Ryan, asqueado.

Me acerco. No comprendo todavía porque ella ha participado en todo esto si siempre parecí agradarle.

-¿Por qué, Mary? ¿Qué ganabas con todo esto?- pregunto, saboreando lo que me parece una traición en cierto modo.

-No te tenía, pero podía destruirte, pensé- responde con su acento francés áspero, marcando el sonido de las “r”.

La apunto con el arma. Directo a su corazón. Rápido, eficaz, indoloro. Tomo aire.

-Mal pensado- y disparo.

Su boca quiere gritar pero tan siquiera su corazón se lo permite. Su vida se acaba de esfumar.






Parte V

Pero a ti por encima de todo.







Narra Nicole.


Me pesa todo el cuerpo cuando empiezo a caminar pasillo arriba. No sé dónde estoy, no sé cómo llegar al exterior. Encima el efecto de las drogar aún reside en mi sistema. Veo borroso a ratos y asemejo estar borracha. El suelo me baila debajo los zapatos.

-¿Adónde te crees que vas?-una voz que sólo puede ser de ella, suena detrás de mí. A pocos metros. Oh, mierda. No ahora que no puedo defenderme.

Volteo para dónde me parece que viene el sonido y me mareo todavía más. Mis movimientos son torpes, inútiles.

Se ríe, recreándose en la diversión que debe causarle verme en este estado.

-No entiendo cómo pudo escogerte- se asquea-. Así que idee un plan-. Ese sonido horrible, de pito, que tiene por risa vuelve a resonar en mis oídos. Agh-. ¿No es maravilloso? Te tengo dónde quería tenerte.

-¿Los has engañado a todos?- logro comentar, poniéndola por fin en el punto de mira. Ahora la veo: vestida con unas mallas negras, unos zapatos de tacón blancos y una camiseta estrecha de color turquesa. El tintineo de sus brazaletes se hacen paso entre el silencio que se establece.

-Exacto. ¿No te lo esperabas, verdad?

Zas. Un golpe en todo mi estómago me impulsa hasta que mi espalda impacta contra la pared. Maldita sea, no debería tener ese gancho. ¿No es acaso una puta? ¿Qué hace teniendo tanta fuerza y sabiendo pelear?

-Tampoco te lo esperabas esto, ¿verdad? ¡Claro! Cómo ibas a esperar que supiera hacer algo más aparte de follar- ruge, muy molesta y mosqueada-. Todos sois unos idiotas. ¿A caso os pensabais que no sabía defenderme? Pues no querida. Se lo dije a tu novio y te lo repito a ti ahora. Soy más peligrosa de lo que os creéis.  

-Ner esto no tiene por qué acabar así- digo, tratando de que esto no acabe con alguna de nuestras vidas. No sé cómo voy a salir de esta.

-Oh no querida, ahora yo no voy a tener piedad.

Vislumbro el puñal alzarse por su interacción, poniendo mi brazo en medio de su trayectoria. No estoy lista para morir todavía. No hoy. No ahora que me quedan cosas que arreglar con Justin. Atesto un golpe en su vientre, balanceándola. Entonces, como puedo, pego otro en su mano. El arma blanca se cae al suelo. Me agacho a cogerla cuando otro puñetazo suyo me desploma completamente al suelo. El dolor del golpe resuena por todo mi cuerpo. No obstante, consigo agarrar el cuchillo y cuando se acerca para agarrarme, alzo el brazo e inserto la longitud de la hoja en el centro de su pecho. Vacila unos segundos, pero acaba desplomándose a mi lado sobre un charco de su propia sangre.






***





Las caricias no tan suaves de la esponja dibujan espumas en mi espalda. Con cuidado, Justin va limpiando toda la suciedad impregnada en mi piel. Un silencio húmedo nos rodea. No logro verle la cara debido a que está a mis espaldas, sentado sobre la porcelana de la bañera. Yo también lo estoy. El reconfortante calor del agua hasta la cintura, me abraza. A pesar de la tranquilidad que se respira, puedo notarlo nervioso.

-Justin…ya ha pasado todo- susurro, abrazándome a mí misma.

-No. Siempre sucederán cosas que te pondrán en peligro. No puedo permitir eso- responde, taciturno-. Incluso yo mismo te pongo en peligro.

Me volteo de inmediato, con miedo a que sus temores más arraigados afloren a estas alturas. Él me protege, no me pone en peligro. Me está protegiendo todo el tiempo a pesar de tener la naturaleza que tiene. Sus dos brazos caen ahora a cada costado y su mirada se ve perdida. Cara a cara, observo sus facciones. Se siente perdido en estos instantes. Siento que tiene miedo.

-No puedes protegerme todo el tiempo-susurro, alzando su mentón, acariciando su mejilla-. Yo debo protegerte también- añado, observando el profundo corte que tiene en el costado.

-Yo debo protegernos a ambos. Pero a ti por encima de todo.

-No vas a lograrlo siempre, Justin.

-Pero puedo intentarlo todas las veces- finaliza.

Sin pensármelo, abrazo su desnudo y mojado cuerpo con las pocas fuerzas que albergo. Estoy terriblemente agotada. Permanecemos segundos, minutos, en esta posición. Absorbiendo lo que tenemos, absorbiendo lo que nos damos el uno al otro. El tun-tun de su corazón, sus pausadas y a la vez nerviosas respiraciones, la esencia de su aroma prominente a pesar del olor del jabón sobre su piel.

Besa mi hombro con sus labios resquebrajados.

-Iremos lejos. A Europa.

-¿A qué? No podemos escapar de quién eres- susurro, en el hueco de su cuello-. Tu padre no permitirá que nos marchemos. Nos encontrará.

-España. Es el último lugar en el que buscaría. La mafia que manda allí odia a nuestra familia desde siempre.

-¿Estás seguro?

Asiente, rozando su barbilla en mi espalda.

-Piensa que no estoy tan loco para meterme ahí.

Suelto una carcajada. Realmente Justin no tiene límites.

-¿Y acaso lo estás?- bromeo, tratando de llevar esta conversación a algo más animado.

-Por ti, sí. 



*****************************************************
Y tachachachán. Holiiiiiiiiiis. Este es el último chicas y Anna me está tocando los cojones por whats para que acbe de editarlo. PESÁJAJAJJAJAJAtkm, zorra. No sé si os esperabáis este final, si no os lo esperábais, pero éste es el que es. Queda el epílogo, que lo colgaré la semana que viene, pero es cortito, jé. Literalmente ha llegado a su fin, y me da muuuuuuuuuuuuuuucha penita jo:( Lo bueno es que dentro de un tiempo seguiré con la 2nda temporada. PERO AÚN QUEDA EH, NO ME COMÁIS. 

De mientras iré colgando el shoot: 'When I look at you'


Lo siento por la tardanza, que zoi una lenta, pero es que he empezado 1ro de Bachillerato y por lo menos yo voy bastante agobiada, ya sabéis. Así que con suerte colgaré 1 cada semana o 1 cada dos. Con suerte, he dicho. Sorrys, a mi también me gustaría tener más tiempo.

Por cierto, espero que por ser el último os esmereis las fantasmillas y me comentéis, guarris. Os dejo ya.

lOVEya.



{Si os gusta la novela que cuelgo en este blog, por favor, seguidlo y dejad un comentario shashi debajo. Mersiiiiii}

Las lectoras que tengáis Twittah por favor, dadle  RT a este TWEET.

















4 comentarios:

  1. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY, QUE LLORO. QUE CAPITULAZO. HAN PASADO TANTAS COSAS, ASDFFGGHJKL.
    VOY A LLORAR, TÍO, NO QUIERO QUE ACABE :')
    ESTABA YO TAN TRANQUILA EN EL SOFA, VIENDO CAZADORES DE SOMBRAS CON MI HERMANA, (SI, LA VAGA QUE NO COMENTA) Y DE ESTO QUE VOY A VER SI HAS SUBIDO, Y VEO EL CAP. 36. Y DIOOOOOOOOOOOOOS, ASHDHSKDUDJDHDH LE METÍ UNA HOSTIA A MI HERMANA EN LA PIERNA, Y CLARO ESTABAMOS EN UNA PARTE DE LA PELI QUE DABA UN POCO DE "MIEDO" Y SE PEGÓ UN SUSTO LA POBRE...PUAJAJAJAJJAJAJAJAJAJJAJA.
    NOS VES A LAS DOS, LEYENDOLO CASI A LAS 3 DE LA MADRUGADA, CADA UNA CON SU ORDENADOR, JAJAJAJJAA. EZKE MIS PADRES NO ESTABAN, Y PUES NOS QUEDAMOS DE GAUPASA(PASAR LA NOCHE, ES QUE ES EN EUSKERA) Y ESO CIELO.
    TE VOY A DECIR DOS COSAS:
    1- ESCRIBES DE PUTA MADRE. OSEA, HE LEIDO MUCHAS FANFICS, PERO SUPERAS A TODAS EN LA ESCRITURA. TE LO DIGO MUY ENSERIO. CREO QUE VAS A SER UNA FUTURA ESCRITORA.
    2- TU NOVELA ES MUY PERO QUE MUY PERFECTA. Y CREO QUE LA TIENES QUE "PATROCINAR" MÁS. HABLA CON ALGUNA BELIEBER DE ESTAS QUE TIENEN MILES Y MILES DE FOLLOWERS PARA QUE LA RECOMIENDEN O ALGO. POR QUE ES LA MEJOR NOVELA DE JUSTIN QUE HE LEIDO.
    ES QUE, CUANTOS AÑOS TENIAS? 16 NO? UNO MÁS QUE YO. Y COMOOOO ESCRIBEEEEEEEEEEEEEES ASI? ES QUE EXPLICAMELO. PORQUE YO HE INTENTADO ESCRIBIR, PERO LUEGO COMPARO MI CAPITULO CON UNO TUYO Y POOOS NO. JAJAJJAJAJAJAJJAJAJA
    Y POR ULTIMO,
    3. QUE ESPERO ANSIOOOSA LA SEGUNDA TEMPORADA Y EL MINI SHOOT ESE.
    CHAAAAAAAAAAAAO CIEEEEEEEEEELO.
    LOVE YOU.
    (TE QUEJARAS DE MI SUPER COMENTARIO, EH) JEJE

    ResponderEliminar
  2. Jai agaiiin :3
    Farstabol, ¿has cambiado el cap? Me refiero a si lo has vuelto a editar des de que lo colgaste porque juraría que entre párrafos no había espacios y creo que la letra es más pequeña(?) aunque te comento des del móvil -sí, des del móvil, luego te explico por WA- y no sé si es el móvil o qué.

    Kajaanzkanxksnxkabxksnsaj ohmaigaaaaaaaa que ya has terminado. Dios, aun me acuerdo cuando me dijiste que querías empezar una nove de mafiosos y me enivaste la sinopsis y yo fangirleé molto porque me encanta McCann y las armas y akznaknzka dioooos que rápido pasa el tiempo. La empezaste hace casi un año o así, aun íbamos a cuarto y no nos habíamos visto en persona y ni de coña nos conocíamos tanto. Tía, que sé hasta las editoriales de tus libros de texto y puedo deduir cuando vas a mear :'). En fin, ha pasado mucho tiempo des de entonces, tiempo que hemos pasado juntas y estot tremendamente orgullosa de ti, es la primera novela tuya en la que estoy des del principio hasta el fin y estoy orgullosísima de como has mejorado y evolucionado.
    Le doy gracias a la chica de arriba por su comentario porque apoya mi -segun tu- alocada idea de que algun día serás una escriptora famosa, aunque claro, antes de eso viene lo de ama maso/directora de club de jigolos y licenciada en biotecnologia (la ultima vez que hablamos de ese tema me dijiste que te interesaba eso aunque ahora no lo sé seguro(?)).
    En fin, que te hablo del cap:

    Oh si, soy una malota que sabe pelear, OH SIIIIIIII. Nah, en verdah le hubiese pegado un tiro a la Shay puta esa, porque a veh, es una casa con chicos malotes y alguno debera tener un arma: la cojo, disparo y chau puta. No problem.
    Ryan idiota. Ryan tonto. Ryan te amo. Ryan follame(?). En serio, es gilipoya. Sube ya el epílogo porque quiero saber como se reconcilian y se que lo tienes escrito ya, me lo dijiste. CUELGALO FURSIA.
    Estupidos todos que tienes problemas de autoestima y serias deficiencias mentales. Suerte que ya estan muertos, ah no, que queda Kyle. Ese ya se puede morir que no sirve pa nah.
    Eso de "mi padre no sabra que estamos en españa porque no se lleva bien con las mafias de ahi". MALDITO RETRASADO MENTAAAAL, LLEVAS EL APELLIDO DE TU PADRE PEDAZO IDIOTA, SI ALGUIEN DE ESAS 'MAFIAS' TE VE, TE VAN A MATAR. Media neurona que es el chavah, srsly.
    Pobre Pattie, encima que la haces desaparecer casi toda la novela, cuando esta 'presente' la pegan y la dejan inconsciente, mala que eres.
    Tienes que cumplir la tradicion de Ryanna, si algun dia de los que estan en spain no bailan, te pego. I swear to God that I'll kick your ass out.
    Cuando iba leyendo el cap me sentia cul porque pensaba "oh si yo se lo que va a pasar lalala". Hehe, que filis soy.
    Bueno, como no corre prisa porque ya te has ido a sobar pues te hago un flashback de esos sashis, okaseis? Okiz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te sigo des de antes del capítulo 30 de u smile (antes se llamaba juston y tu -originalidad a tope-). Puede que ahora la leas y pienses 'dios, que horror' sé que piensas eso porque también pienso algo así pero me sigue gustando. Debo decirte que la estructura es...bueno...ya sabes, pero la trama y la historia me siguen atrapando. Cuando la reescribas, lo unico que tendrias que cambiar un poco seria cuando aparece Selena, no es que me parezca mal pero Jelena ya no existe y estoy segura de que algunas lectoras son sus fans y no sé, creo que estaria bien cambiarlo(?). Pero no se eh, es tu novela.
      Vi como empezabas overboard y wont stop (oh si wont stop, dale, serso duro). Estabas como "pasaros por mis otras novelas, espero que os gusten". Al principio me daba palo leerlas pero al final lo hice y me encantaron. Empezé con wont stop porque me lo dijiste por fb y me dijiste que era "verde" -textualmente- y me lo dijiste como diciendo 'seguro no la lee pprque es guarrosha' y yo a lo 'bitch please, estas hablando con la reina de lo guarrosho'. Wont stop es la novela que mejor recuerdo debido a que me la he leido 18281982198282 veces. Basicamente solo leo las dos primeras escenas de serso: en el baño y en la hab de hotel, a veces tambien me da por leer cuando justin defiende a rayita del ya ex de rayita. Aish me encanta. Si la remodelas, sera una magnifica novela erotica :3 ya tu sae e.e. Overboard ya me sijiste que porbablemente no la arreglarias porque es la tipica fanfic y la verdad es que estoy de acuerdo, he llegado a aborrecer esas novelas. Ay, me acabo de acordar que puede que el ultimo capitulo que colgaste se llamaba algo limon...creo que iban a tomar un helado y justin se pedia vainilla (como el serso, aunque espero que no le vaya ese estilo) y la chica se pedia uno de limon. Puede que el cap se llamase vainilla y limon(?) no me acuerdo pero bueh.
      Estoy entusiasmadisima con que sigas WILAY. Diooooos no puedo esperar. De esto si que me acuerdo que el ultimo capitulo que colgaste era "Cap. 11: Last night I let the party get the best of me" Me lo he leido taaaaantas veces y por supuesto es tambien por la cancion, gracias por darla a conocer porque yo no sabia que existia :3
      Me encantaria ver todas esas novelas reescritas y bien editadas para poderlas poner en pdf's y enviarlas a editorials. Sé qur algun día sucederá, never say never, right?
      Me encanta el otro blog que tienes donde publicaste dos textos y donde recobre el contacto contigo. Supongo que ya no lo usas porquee los textos los cuelgas aqui.
      Espero que subas pronto esas historias de las cuales me pasaste las sinopsis, son tan aksjakxnakxnak.

      Eso es todo. Aqui tienes mi textaco, ya sabes, lo bueno se hace esperar.
      Hablamos mañana, o sea hoy. Bueno, buenas noches aunque cuando leas esto seran buenos dias(?). En fin, tkm y que te veo en 12 diaaaas kahskanxkajxkz. En fin delfin, chauuuuu.

      PD: ahora es cuando me dice que es demasiado largo y tengo que comentarte twice, que sera lo mas probable. Caca.

      Eliminar
    2. Pues te vuelvo a responder porque me lo pides expresamente y porque la mierda esta mobil que no los publica AFUUUUUUUUUUUU xq?xq?xq?xq?
      Lo de que es idiota, ya lo sabemos, JAJAJAJAJ, pero you kooooooooow yo siempre hago las cosas realistas asi que HIJA COMO QUIERES QUE UTILICE SU NOMBRE EH? de verdad que poca fe en miJAJAJAJA
      Odah zing, sep, u smile es un horror pero valoro que al fin y al cabo fue el principio de como un sueño(?). En plan nunca me habia planteado dar a conocer lo que escribia y ahí lo hice, aunque fuera suuuuuuuuuper kk todo. A mi tambien me encantaria tener exito en esto, auqnue es un hobby meh, y lo de adaptarlas todas a lo shashi pirulo I NEEEEEEED TAAAIM. Ah por cierto, todo lo que leiste de Wilay, haz borron y cuenta nueva porque no se parece con lo que tengo pensado EJEJEJJEJEJEJEJEJE. El epilogo ya te digo que no esta escrito y si eso lo colgare este fin de semana, no antes, fursias.

      PDç: TEEEEEEEEEEEEEE VEO DENTRO DE 12 DIIIIIIIIIIAAAAAAAAAAAAS*-* HDAJHDFKJHJF. It's all that matters.

      Eliminar

Venga, comenta. No muerdo y me ayuda a mejorar día a día. Es gratis.