domingo, 17 de marzo de 2013

Dreams.

Los sueños no son sino los deseos plasmados en imagenes.

Estoy más que nerviosa; me tiemblan las piernas, el corazón me va a mil por hora y la respiración es agitada. Deslizo mis dedos entre mi pelo, muevo el flequillo hacia un lado, despues hacia el otro y repito esta operación más de lo que me gustaría reconocer. Joder, él no puede ponerme tan nerviosa. Bueno, si que puede. Lo está haciendo. Miro por la ventanilla. La ciudad es bonita; exageradamente calurosa, pero preciosa. Para mi gusto, demasiada calor pero es normal ya que vengo del Norte y estamos en pleno verano. Un verano que espera ser el mejor de toda mi vida.
-Tranquila, tía- me aconseja mi amiga que está justo a mi lado.
-Bf, no puedo. En serio que no puedo. ¡Un puto año! Llevo esperando para esto un año entero.
-Lo sé, por eso digo. Sé lo vergonzosa que eres y sé que los nervios te jugaran una mala pasada y te quedarás callada, sin saber qué cojones decir- le miro dudosa, ¿acaso cree que recordarme eso, me tranquilizará?-. Pero quiero tanto como tú que os encontréis de una vez por todas, así que intenta calmarte, ¿oyes?
Asiento y me vuelvo a perder entre las centenares de calles que componen la gran ciudad. Tiene razón, siempre la tiene, debo tranquilizarme. Es sólo él, sólo él, sólo él...
-Ya hemos llegado a la plaza- anuncia el chófer del taxi.
¿Qué ya hemos llegado? ¡No puede ser!
No me muevo. Mi amiga ya ha bajado del taxi y el taxista me mira por el pequeño espejo retrovisor con mala cara.
-¡Venga tía! ¿Qué coño haces?
No le oigo. Su voz no es sino una floja y alejada voz. Preguntas que me atormentan desde el primer día en el cual esta historia empezó, fluyen ahora por mi indecisa cabeza. ¡Maldita sea! Pensaba que ya había superado esto cuando decidí perder peso y cuando lo conseguí. ¿Por qué ahora?
Pero...¿y si no soy suficiente? ¿y si él espera más? A una más guapa, más rubia o más castaña, a una más alta y delgada, a una más divertida o más loca, a una mucho más graciosa o menos vergonzosa, ¿y si se da cuenta que no ha merecido la pena esperar? ¿Y si todo esto ha sido sólo un simple juego, una farsa de la que sólo yo saldré herida, como siempre?
Mi amiga me coge del brazo y me saca de mi ensoñación y del taxi.
-Ya estamos. ¿Ya estás dudando? Ahora ya estamos aquí, ya no se puede hacer nada.

Esperamos debajo de un árbol varios minutos. Qué calor, Dios... Y entonces le veo a lo lejos, sonriente, sudado y cerca. Oh Dios mío, está cerca. No hay una pantalla de ordenador de por medio, no hay una linia telefónica que se corta, no hay 938 Km de maldita distáncia. Sólo está ahí y si extiendo la mano seguro que lo puedo tocar.
Saluda con la mano y alijera el paso. Sin pensarmelo dos veces camino hacía él, después corro y contra más cerca de él estoy, más segura estoy de qué esto no es un error y de qué si este no es mi sitio, no lo será ningun otro.
Ya casi está. Casi, casi y extiendo los brazos, salto y ya. Estoy entre sus brazos y él me preme contra su cuerpo, y yo entierro la cabeza en su cuello y huelo su olor, y siento su corazón y él acaricia mi cabeza y hace que la desentierre. Me mira, en silencio pero sonriente. Me fijo en sus ojos, como el mar, y observo como sus pupilas se ensanchan y me mira de una forma tan verdadera, tan mágica que provoca que no pueda dejar de mirarle. Se acerca más a mi, y con las piernas enrolladas a su cintura me fundo en un beso tierno y pausado. Si no disfrutamos este momento, no seremos capaces de llegar a ningun lado. Justo al acabar, aunque ambos queremos mucho más, los dos esbozamos una sonrisa en los labios del otro.
-Pequeña, te he echado de menos.
-Si nunca me has visto.
-No hace falta ver para echar de menos ni  para amar a alguien.
-¿Me amas?
-No sabes cuanto.
-¿Apesar de todo?
-Apesar de todo.

Y entonces me doy cuenta de qué nunca antes había sido tan feliz, ni había pertenecido a otro lugas mas que a ese llamado 'sus brazos' y es que le amo, apesar de todo y apesar de la distáncia.

Lo peor de los sueños es que sólo son sueños y luego, hay que despertar.

1 comentario:

  1. Sí, los sueños sueños son, pero igual que los cuentos y novelas con finales felices, son creados por nuestras mentes o mentes ajenas para transmitir esperanza y fe, no fe en dios o cosas religiosas, sinó en tener fe en sí, tener fe es creer algo que no ves, que no puedes sentir, que no tiene sustento y que no sabes como puede empezar o terminar, pero que aun así, lo crees.
    Los sueños y novelas son irreales (nunca mejor dicho) hasta que se cumplen. Tan solo tienes 15 años, ya has pasado 15 largos y tediosos años en este planeta, los mismos que yo, pero aun faltan muchos, vendrán cosas malas y buenas, tropiezos, días en los que sientes que te comerás el mundo y días que te levantas comiendote el suelo, pero la vida sigue, el karma y el destino son impredecibles pero son nuestro futuro y, no sé tu, pero yo vivo con esperanzas de cumplir mis sueños. Tengo una lista con 42 de ellos y todos sin cumplir.
    Esto que has escrito se cumplirá algún día, puede que cuando tengas 70 años pero se cumplirá.
    La esperanza no se quedó en la caja de Pandora por mera casualidad.

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