Capítulo 19 (Continuación) : ''Es demasiado tarde''

You seriously take my breath away.

Es demasiado tarde.

Parte II

Narra Josh.

El repiqueo de las zapatillas de hospital sobre el suelo, me despiertan. Tiffany, que es mi enfermera, camina hundiendo las puntas sobre el suelo y siempre, al caminar, hace mucho ruido dado que el talón del zapato, al no estar agarrado a su tobillo, impacta contra el suelo cada vez que da un paso hacia adelante. Cierro los ojos, para luego, entreabrirlos. Debo despertarme ya que ahora que ese dichoso ruido me ha desvelado, no podré concebir el sueño otra vez. Me incorporo lentamente. Ya me encuentro muchísimo mejor, nada comparado a como me desperté hace apenas una semana—cuando Johna me dijo que Nicki había sido secuestrada—, que mi cabeza daba vueltas y por poco me caigo redondo al suelo. Sin que me dé cuenta, algo cae accidentalmente hacia el suelo. ¿Un papel? ¿Qué es esto?

Alargo la mano para cogerlo y así poder leer su contenido. ¿Qué narices hacia un papel sobre mi pecho?

El papel—que resulta ser una servilleta cuadrada y pequeña de café—está doblado por la mitad con rapidez, sin poner atención en el detalle. Lo desdoblo y justo cuando fijo mis ojos en el blanco del papel, descubro que hay algo escrito en ello. Mis ojos se abren de par en par y se me corta la respiración. ¿Qué se supone que significa esto?

Josh, estoy bien. Te quiero.

Dicho papel guarda en su posesión una breve frase que me indica que Nicole ha venido aquí. ¡Esta es su caligrafía! Nadie puede tenerla igual a la de ella, ¿o no? Y, por supuesto, yo no las confundiría. Sé cómo escribe mi hermana, al igual que sé que esta frase está escrita de su puño y letra. La letra de Nicole es descuidada, torpe y ésta es exactamente igual; se recrea en la cola de las is griegas, hace el palo de las qus demasiado corto y unas os que son de fácil confusión con las as.

Definitivamente, es su letra.

¿Ha estado aquí? ¿Mi hermana ha estado aquí? ¡Joder! ¿Dónde está ahora ella? ¿Jona la habrá encontrado y la habrá salvado?

Alarmado y veloz, agarro con urgencia mi móvil de la chaqueta que hay posicionada encima de una de las sillas para invitados. Tecleo su número, impaciente, y espero a oírlo al otro lado de la línea.

El estridente pitido de ‘marcando’, me desespera. Luego el de ‘llamando’.

-¿Sí?-me contesta al fin. Tiene la voz adormilada.

-¡Jona!

-¿Josh? Ei, ¿Qué pasa, tío?-reacciona al saber quién soy.

-¿Habéis encontrado a Nicki?

-No-niega-. ¿Por qué?

-Nicki ha venido al hospital.

-¡¿Qué?!-pregunta, alarmado.

-Lo qué oyes. Debo saber dónde está, Jona. Ella ha venido aquí.

-¿Cómo lo sabes?

-Me ha dejado una nota.

***

-Debo reconocer que el tipo es bueno-alaga Jona-. Ha trucado las cámaras de seguridad para ser completamente invisible para nosotros. Así no sabremos a qué hora vinieron, ni como está Nicki.

Mis pupilas se ensanchan con brutalidad. Odio al clan McCann por alejarla de mí. Y por esto. Llevamos más de una hora viendo repetidas veces las grabaciones de seguridad de hoy y de ayer; no hay manera de encontrar nada.

Nicole es como si fuera invisible, como si nunca hubiera venido a verme, como si esta nota fuera producto de mi imaginación, pero no lo es ya que es real como mi propia preocupación y física como Jona.

-Qué yo sepa, McCann no es un hacha en tecnología-comento, exasperado. 

Quiero ver a Nicki en alguna de las grabaciones que hemos mirado, algún indicio de que ella ha estado aquí; porque lo ha hecho.

-McCann no, pero Gray sí.

-¿Chaz Gray?

-Exacto.

-No sabía que fuera tan bueno. Vamos, sabía que dominaba algún campo pero no que supiera hacer nada como esto.

-Te puedo asegurar que esto no es nada comparado con lo que sabe hacer.

-¿Tan bueno es?

-Gray es excelente-tose, tapándose la boca con el dorso de la mano-. Una vez consiguió burlar toda nuestra seguridad y nuestros equipos, para más tarde, hacer lo mismo en una base militar del ejército.

-¿De verdad?-no salgo de mi asombro. Sabía que él se dedicaba a hackear como hobby, pero no que actuara a gran escala.

Después de revisar de pe a pa las grabaciones de seguridad que nos ha cedido el hospital una hora y media atrás, nos rendimos siendo consciente de que no encontraremos resquicio de error en el trabajo de Gray, ni yo veré a Nicole en la pantalla, ni sabré nada de lo sucedido mientras que dormía.

Es demasiado tarde.

Parte III

Narra Nicole.

El Sol tuesta con parsimonia mi piel. Aquí tumbada, los arboles a mí alrededor, un maravilloso día de relajación por delante y mis cascos puestos mientras que ‘Skinny Love’ de Birdy suena, consiguen hacer que olvide todo a mí alrededor y que me centre en mí, en este momento, en el calor que proporciona este Sol ardiente y en las notas casi imposibles que recita esta cantante.

Me dejo envolver por la suavidad y la tranquilidad del momento…Se está tan bien, literalmente. Permanezco tumbada sobre una hamaca de tela blanca, poniéndome morena cuando oigo algo casi imperceptible.

Alguien está cantando.

Descubro mis oídos y veo a un Justin, con los cascos puestos también, y cantando una canción que nunca antes había escuchado.

-¿De quién es?-pregunto, interesada. La canción es realmente preciosa.

-¿Qué?-reacciona al ver que me dirijo a él.

-Te preguntaba de quien era la canción-aclaro, divertida por su expresión.

Justin sonríe de lado.

-Ehm…’Demons’ de Imagine Dragons-y cuando lo acaba de decir, creo que es una excusa. No es esa canción. «Te está mintiendo. ‘Demons’ es diferente. No tiene este ritmo», evidencia mi subconsciente poniendo mala cara a Justin, quien permanece atento a mi respuesta.

-Es preciosa.

-Sí, a mí también me encanta.

¿Por qué me miente? ¿Qué sentido tiene todo esto?

«¿Por qué no confías en mí, Justin?»

***

Después de un día como este, en el que he experimentado lo que es estar cercana a Justin en un sentido más liberal, más relajado, tengo ganas de meterme en la cama.

Me he quemado un pelín por nuestra sesión intensa de Sol en modo tostadora, pero no importa. Ahora mismo no me importa nada absolutamente; sólo este estúpido cosquilleo en el estómago, este estúpido rosado en las mejillas, esta estúpida respiración entrecortada, esta estúpida comida de cabeza… ¡Estos estúpidos y desagradables sentimientos!

¿Puede ser posible? ¿Puede ser posible que pese su condición, yo me sienta atraída por él? ¿Qué él me haga…tilín?

¿Por qué razón mi corazón late más fuerte cuando él está cerca? «Ese diablo te gusta. Y mucho»  «No lo hace» ¿Por qué me siento tan contrariada? ¿Por qué yo misma me dicto una cosa y al mismo tiempo otra? ¡¿Qué sentido tiene esto?! ¿Por qué no pueden ser las cosas menos complicadas? ¿Por qué mi subconsciente y esa Diosa intrusa no se ponen de acuerdo en que es lo mejor para mí?

¡¿Por qué?! «Porque esto no funciona así», me explica Ella con esa cara de niña traviesa, mientras que esboza una sonrisa endiablada.

Te odio.

Anna me ha enseñado fotos de cuando era pequeña. Llevamos más de una hora hablando en su habitación y he descubierto muchas cosas de su vida. Su madre murió cuando ella era muy pequeña, apenas tenía 3 años. Ella siempre había pensado que había muerto en un accidente de tráfico pero no fue así. Un día le preguntó a su padre—Manuel—la realidad de todo aquello y él le respondió el porqué de la muerte de su madre y por qué ellos vivían dónde vivían. Manuel era el policía científico y forense que la policía de Miami enviaba a los casos importantes. Manuel era de los mejores, pero su trabajo tenía riesgos que él había aceptado sin pensar en las consecuencias si ellos se producían. Y eso mismo fue lo que pasó. Poseer en tus manos información no siempre es bueno. Manuel pensó que jugaba bien sus cartas, que nada sucedería. Retó a quien no tenía que hacerlo, jugó sucio con quien no debió hacerlo, consideró amigo a quien era enemigo y cayó como la espuma al derramarse de un vaso, en picado. ¿Lo peor? Lo peor de todo aquello fue que se llevó la vida de su mujer—Rose— en un incendio desintencionado en la pastelería que ella manejaba un 20 de enero. Aunque todas las pruebas concluían que había sido un escape de gas y una pequeña espurna de fuego; Manuel sabía la cruda realidad. Su mujer había sido asesinada. Perdido y desorientado, sin saber qué narices hacer, fue en busca de Jeremy McCann una noche al casino Gran Royal y le ofreció sus servicios a cambio de que la muerte de su mujer fuera saldada. McCann aceptó, sabiendo que ganaba mucho, y Manuel comenzó a formar parte del Clan McCann, siendo atraído por la oscuridad inminente. Su hija fue llevada consigo, introduciéndole en un mundo del cual no se puede escapar.

-Anna, me voy ya a dormir-me despido, levantándome de su cama. Estoy agotada y sólo quiero pillar una cama, tumbarme, cerrar los ojos, dormir.

-Jo. Yo no tengo sueño todavía-se queja, haciendo otro puchero.

-Pues yo sí, así que, buenas noches.

-Mala persona.

-Prrr-le vacilo, echándome a reír inmediatamente después. Anna me sigue la corriente.

-Anda te dejo ir. Buenas noches, Nicki-mueve la mano izquierda mostrándome la puerta para que salga y yo me echo a reír por segunda vez consecutiva- ¡Vete! Vete ya antes de que me arrepienta y te obligue a aguantarme toda la noche. ¡Venga!

Literalmente me echa de la habitación y yo, sintiéndome sedienta, me dirijo hacia la cocina.

***

-No me fío una mierda de ti-escupe, mientras que bebe otro sobro a su bebida.

Me quedo callada, estoy paralizada. Él se acerca a mí, impasible y me acorrala contra la pared. Me coge del pelo y me tira hacia atrás, impactando mi cabeza contra la pared. No me hace daño, pero me impresiona.

-No he hecho nada para que no te fíes.

-No hace falta que hagas nada. Aún eso, no me fío de ti.

-No eres tú quien se debe fiar o no de mí. Ese es Justin.

-Justin hará lo que yo le diga que haga.

-Eso no es verdad.

-¿En serio lo crees así? Yo controlo todo, perra. Todo. Canadá, Norte América, esta banda, la policía e incluso Justin.

-Puedes perder el control.

Va a añadir algo, pero una persona que no sabía ni que estaba presente, aparece en mi ayuda.

-¡Jeremy, déjala en paz! Ella es propiedad de Justin- grita Ryan amenazante.

Jeremy, se ríe ladino y me suelta. Lleva unas copas de más, ya que le apesta el aliento a alcohol.

Sonrío a Ryan agradeciéndole que le haya dicho que me suelte, y salgo corriendo hacia mi habitación.

***

Ya segura entre mis sábanas, empiezo a dar vueltas hasta caer profundamente dormida.

-¿Por qué Anna te ha llamado ‘Nicki’ antes?-me sonríe, con esa sonrisa capaz de matar a cualquier mujer del planeta.

«Quiero que sea mío. Sólo mío»

-Así me llaman los amigos y mi hermano. ¿Por?- le contesto, curiosa por saber por qué le importa cómo me haya llamado Anna antes.

Justin se queda callado, sin decir nada. ¡Habla! Te he hecho una pregunta.

-¿Por qué?-vuelvo a repetir. Quiero que me conteste.

Está tumbado boca arriba, al lado mío y voltea para mirarme fijamente a los ojos.

-Porque yo también quiero poder decírtelo.

Abro los ojos de par en par. ¿Qué significa esto? ¿Qué quiere decirme?

-Ella se lo ha ganado-le digo. Es la pura verdad. Siento que puedo confiar en Anna. ¿Y en Justin, puedo confiar?

«Ya lo haces, sólo que no te das cuenta»

-¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí?-clava sus ojos marrones miel en los míos haciendo que un escalofrío recorra todo mi ser.

-No lo sé. Sólo sé que ella se lo ha ganado.

-En ese caso, no pararé hasta que lo consiga-jura, con una mezcla de humor y de decisión.

Se me escapa una risita tonta, seguramente pareciendo imbécil. La corto y Justin frunce el ceño.

-No pares-se refiere a que sonría. No le doy el gusto aunque tampoco sé la razón pero no lo hago.

Sin que me lo espere, Justin se incorpora y busca mis costillas con los dedos. Empieza a hacerme cosquillas pero yo me contengo la risa.

-No tengo cosquillas, tonto.

-No mientas, Nicole-y sigue haciéndomelas hasta que consigue arrancarme un estallido en carcajadas.

Me revuelvo violenta encima de la hamaca, él se levanta, se posiciona más cómodo y sigue con su trabajo. Me giro para no dejarle acceso a mis costados intentando el cese de ellas, pero él se tira encima de mí, juntando su torso desnudo con mi espalda y busca desenredar mis brazos de mi cuerpo.

A mí, se me para el corazón.

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Holis. Aquí os dejo la Parte II i III del 19. Es corto porque en teoría deberían ir todo juntos, meh, peeeeeeeero no me dió tiempo ayer.

Gracias por leer.

A Noe, GRAAAAAAACIAS POR TODO. En serio y no me odies, jo.

Loveya.