Maratón[1/3]
Que malote, Biebs e.e EJEJEJEJEJEJEJE.
Narra
Nicole.
Me
duele la cabeza mucho. Muchísimo. Demasiado y exagerado. Intento
abrir los ojos pero no lo consigo. Siento como todo el corazón envía
la sangre a mi cabeza como si estuviera enviando mil taladradoras a
perforar mi cráneo. No lo soporto. Es doloroso, exasperante y
tremendamente agotador. Efectivamente agotador. No tengo fuerzas para
nada. El cuerpo me pesa toneladas, las piernas me duelen—
en concreto y con más intensidad la derecha— siento mi cuello
dividido de mi cuerpo, y muy dolorido, y por último mareos en lo más
profundo de mi cabeza. La cabeza me está matando lentamente.¿Como
es posible que me duela tanto? ¿Que coño le pasa a mi cabeza? Dios,
como duele. Cojo fuerzas y abro los ojos, provocando otra retahíla
de taladrazos en las sienes. Me obligo a cerrarlos por segunda vez y
miro de tranquilizarme.
Respira
hondo, Nicole. Respira, expira. Tranquila. Intenta tranquilizarte,
¿vale? Recuerda. Venga, tienes que recordar. ¿Porque te duele todo
el cuerpo? ¿Que sucedió ayer para que estés tan hecha polvo?
Destenso
los músculos. Acompaso la respiración. Dentro, fuera. Expira,
inspira. Ayer por la mañana, ¿que hice? Haz memoria, Nicole.
Respira, expira. Ayer por la mañana...
-¿Entonces
la misión de hoy qué es? ¿Para que servirá?- pregunto al fin,
después de varios minutos en silencio.
-Es
una misión de alto riesgo, como ya he dicho, y principalmente trata
sobre una incursión en una reunión, para arrestarlos, de la banda
mafiosa de los McCann...
-Espera,
¡¿Qué?!- ahí, sí que me altero.
-Nicole,
obviamente irás con protección. Yo estaré ahí, Josh también
estará ahí... A más te servirá para experimentar la realidad
sobre nuestro trabajo, y aprender a actuar con rapidez y a entender
tu instinto...-para finalizar, acaba diciendo con voz alegre y llena
de emoción- ¡Son como unas actividades extras para tus prácticas!
¿No es maravilloso?
***
-Se
largan, ¡ahora!-oigo la señal de mi padre por el pinganillo y
procedimos.
Los
que estamos colocados en el tejado, entramos por las vidrieras de los
lados o por los huecos en el techo. Los demás, entran por las
diversas entradas y agujeros del edificio.
Al
ver lo que pasa, empiezan a disparar como locos hacia nosotros. Todos
nosotros hacemos lo mismo. Una nube de balas, hollín, ruidos de
metralletas y gritos se amontonan a mi alrededor. Al descender por la
cuerda metálica, cierro los ojos. Acto estúpido, por supuesto. Pero
lo higo.
Al
abrirlos, me encuentro en medio de una batalla naval. Balas por todas
partes, personas en el suelo tendidas y muertas, chillidos por parte
de mis compañeros y por los opuestos. Una locura. Disparo a dos
personas al lado mío y por mi mala suerte me situé en frente del
loco de ese chico. Quiero dispararle, pero alguien me agarra por
detrás y me pone un cuchillo en el cuello. Espero a que ese chico me
disparara, pero no lo hace. Me mira en un momento de confusión y sin
saber porqué, un estallido atrás mío hace que todo vuele por los
aires. Caigo al suelo, despedida por la explosión. Algo ha ido mal,
esto no estaba planeado, no había ninguna bomba en el plan de
intrusión.
¡Ya
lo recuerdo! El idiota de mi padre ayer me envió a una misión con
él contra los McCann. González también estaba ahí. El que acudió
fue Justin, no Jeremy. Y las cosas se torcieron y...y...y... ¡Espera!
Las cosas se torcieron. ¡Hostias! ¿Dónde se supone que estoy? No
estoy en casa, ¿verdad?
Me
vuelvo a alterar, y regresan esos odiosos martillazos en las sienes.
Bien. Venga que tú puedes. Tranquilízate, ya. Lo hago. Consigo
recobrar la calma, la respiración se me tranquiliza y el dolor de
cabeza se va disipando.
¿Dónde
me encuentro? ¿Que pasó después de la bomba? ¿Como están Josh y
papá? Estas son algunas de las preguntas que me atormentan en estos
momentos y entonces, me doy cuenta de la realidad del asunto y de qué
sucede a mi alrededor.
Me
encuentro en una habitación amplia, muy grande y espaciosa. Las
paredes son de color verde oscuro desgastado y en algunas partes
desconchado a propósito, pintadas de una forma estrafalaria y
moderna. Son del tipo de pinturas con efectos tipo cobre o aguas.
Esta, es tipo envejecido, pero tiene un toque elegante, sofisticado y
queda realmente bien. Delante mío hay una cómoda de madera vacía y
un espejo con un marco realmente precioso en una tonalidad dorada muy
agradable. Delante a la derecha, hay otra puerta, y aunque no estoy
segura intuyo que lleva el cuarto de baño. Sigo pasando la mirada y
encuentro un armario bastante grande aunque no tanto como el que yo
tengo en casa. Está entreabierto y puedo observar que no hay ropa ni
pertenencias alguna de nadie, por lo tanto, me permite adivinar que
esta habitación no pertenece a nadie. Una lámpara de araña pequeña
cuelga del techo. Sus cristales reflejan la luz del exterior que
entra por la ventana que tengo sobre mi cabeza, expandiéndola en
millones de rayos diminutos de luz. Es realmente algo bello de
observar. Hay una alfombra que intuyo ser suave en medio de la
habitación y el suelo es de mármol color crema con motas más
oscuras.
Yo
no estoy sobre el suelo, no. Yo estoy sobre otra alfombra de color
morado oscuro y detrás mío hay algo de madera cuadrado. Estoy
segura de que se trata de una mesita de noche. Justo a mi lado hay
una cama y yo estoy esposada a una de sus patas... ¡Estoy esposada a
una de sus patas! Esto no me puede estar pasando a mi. No. ¡Joder!
¡Maldita sea! ¿Que coño hago esposada a una cama? ¿Que coño pasó
ayer? ¿Que hizo que todo se fuera a la mierda? Me desespero. ¿Y
Josh? ¿Y papá? ¿Están bien? ¿Volvieron a casa? ¿Están en el
hospital? ¿Están muertos?
Entonces
lo entiendo todo. Esas imágenes...ese chico. Justin. ¡Oh Dios,
Justin! Me han secuestrado. ¿No me jodas? Estoy esposada a la pata
de una cama y seguramente están esperando que delate. ¡Ni loca! No
lo pienso hacer. Están como una puta cabra si esperan que delate a
mi gente, a mi familia. ¡Ni hablar!
Me
percato de un murmullo. Oh, voces en el exterior. Justo detrás de la
puerta. Parecen...¿risas? Se están riendo, y parecen ser de hombre.
¡Pues a mi no me hace ninguna gracia estar esposada así! ¡Cabrones!
Si grito les tocaré un rato las narices y quizá me quiten las
esposas. Molestan tanto...Duelen.
-¡Soltadme,
soltadme!-grito lo más fuerte que mis doloridos pulmones me permiten
y me sorprendo a mi misma gritando bastante alto. ¡Ai!, hace daño.
No
oigo respuesta. Creo oír otra vez ese mormullo detrás de la puerta,
pero no aprecio que dicen o de que se ríen, si se están riendo...Ya
no estoy tan segura de que sean risas. ¡Maldita sea! Me tienen que
oír.
-¡Soltadme,
soltadme!- repito. Pero nada, no funciona. O no me escuchan—que
lo dudo—o están pasando de mi directamente. Vuelvo a coger
una cantidad de aire descomunal y lo suelto todo mientras grito-¡He
dicho que me soltéis! ¡Joder, joder, asquerosos!
Me
desespero; pero es que estoy esposada a una pata de una cama
desconocida, en una posición incómoda—ten
los brazos al lado del cuello, hacía arriba y estoy atada con los
brazos hacia atrás—.Me duelen los
músculos de los brazos. A parte mis piernas están amarradas por una
cuerda gruesa marrón claro.
-¡Hijos
de puta, soltadme! ¡Soltadme, por favor!
Quiero
salir de aquí. Quiero ver dónde estoy y cual es mi posición. Debo
observar para luego, más tarde, escapar.
-¡Eh!-
grito muy pero que muy fuerte. Esta última vez me muevo bruscamente,
me retuerzo en el suelo y hago que la cama se mueva y golpee la pared
violentamente.
-¿Que
hacemos? ¿Llamamos al jefe?- puedo escuchar que alguien dice a
través de la madera de la puerta. Tiene una voz áspera, ronca y
ruda, de fumar como un carretero. Por el tono pienso que es mayor—de
unos 45 años, más o menos—.
Supongo
que su supuesto compañero iría a responder, pero entonces se oye un
abrir de puertas muy brusco, casi violento. La persona que abre esa
puerta de esta forma debe estar extremadamente enfadada, cabreada,
enfurruñada y molesta. Le debo haber tocado bastante las narices.
-¿Quien
coño grita de esa forma?-vocifera. Da miedo de verdad. Por unos
segundos siento miedo de que me vaya a hacer daño. Quizás me he
pasado y debería haber mantenido la boquita cerrada. ¡No!¡No!¡No!
¡Nicole, no! Obvio que no. Que se jodan. ¡Que no me hubieran
secuestrado!
Otro
hombre—no tiene la voz igual que el anterior.
Es una voz más suave, más joven— Acto seguido oigo unas llaves
intentar abrir una puerta, como la puerta rechina y acepta la entrada
a unas llaves correctas. Entra de un portazo, con todos los ojos
llenos de odio y realmente pienso que me va a pegar. Viene
corriendo hacia mí y me mira amenazante.
Es
el mismo chico de la noche anterior. ¡Oh Dios! Hasta así es
perfecto para una fotografía. ¿Pero que coño dices? ¡Nicole,
cállate! ¿Como puedes pensar eso?
-¡Cállate
ya!- me grita- ¿Puedes hacer el favor de mantenerte con la boca
cerrada?- pide mientras me agarra por los hombros y me zarandea. Sus
dedos me dejan una hilera roja.
-¿Porque
debería callarme? ¡Me habéis secuestrado!- replico.
Resopla
airado. Se dirige hacia la cómoda y saca cinta aislante. ¡Mierda!
Me va a poner eso para que no chille. Se acerca. Corta un tajo con
los dientes y me lo pone.
-¡Por
eso mismo, niña, deberías estar calladita!-me lo pega bien en los
labios.
Voy
a decirle algo, dejarle en evidencia pero cuando hablo sólo se puede
escuchar—Mhm,mhhhm...¡Mmmhhm!
El se ríe con una sonrisa torcida. ¿En serio? ¿Encima le hace
gracia?
-Cállate,
¿quieres?- me aconseja antes de abrir la puerta. Cuando creo que ya
se larga, se gira de nuevo, y dice- Más tarde volveré y tendremos
una pequeña charla, niña.
Me
fulmina con la mirada y, por fin, se larga.
¡Maldita
sea! Lo odio, lo odio, lo odio... ¿Quien se cree que es para
tratarme así? Agh, se está ganando una hostia...
***
Al
poco rato entra una señora—mediana edad,
pelo corto ondulado en un recogido hacia atrás, y aspecto latino—.
-Hola,
soy María Velarde- saluda alegremente- Me han pedido que te sane las
heridas.
Le
miro recelosa. No sé si fiarme o no. Se acerca con un cazo de agua,
un botiquín blanco con una cruz roja en el medio, trapos y algunas
vendas.
Me
suelta la cuerda de las piernas y me quita el celo de la boca.
-Creo
que no lo necesitas- me sonríe- No vas a volver a gritar, ¿verdad?
Niego.
No lo voy a hacer.
-Debes
prometerlo- sigue hablando. Me mira suplicante, realmente, ella no
quiere que grite, quizás porque sabe que me va a pasar si lo hago.
-Lo
prometo- digo al fin. No voy a gritar, lo haré porque esa amable
mujer me lo está pidiendo.
Me
empiezo a desvendar la pierna, a curarme las heridas y los cortes con
alcohol y agua, a limpiarme las heridas, desinfectarlas, volver a
vendarlas...todo en silencio.
-No
es mala persona- dice.
No
sé a quien se refiere. Bueno sí. Se refiere a Justin, pero ''no es
mala persona'' no es una buena definición para él. Ni buena, ni
cierta, ni justa. Suspiro.
-¿Quien?
¿A quien te refieres?- pregunto, haciéndome la confundida.
-Él
no es mala persona, el señorito McCann jamás ha sido mala
persona-aclara.
Ahora
que ya le he visto de cerca he podido observar todos sus rasgos. Es
alto, de un 1'83 metros más o menos. Constitución delgada pero con
una espalda ancha y brazos musculados. Me jode reconocerlo pero es
atractivo, sexy, guapo e interesante. Mhm, ¿qué más? Embriagador,
misteriosamente magnético...¡Basta! ¿Que haces, Nicole? Mi
subconsciente entorna los ojos resignada y me regala una advertencia
muda. Tiene unos rasgos faciales proporcionales—unos
ojos marrones miel aunque oscuros en algunas partes, una nariz de
tabique ancho pero sin ser llamativa, una dentadura perfectamente
colocada encarcelada por unos gruesos, carnosos y rosados labios,
varias pecas distribuidas con encanto; dos bajo el labio inferior en
la parte izquierda, una acompañando la comisura derecha, otra debajo
de una ceja en el párpado izquierdo y la última en el pómulo
izquierdo, justo debajo de una mirada penetrante; y unas oscuras
cejas espesas—. Recuerdo su boca enfurecida y contradictoria.
Siento la curiosidad de saber como es su sonrisa. Tiene un pelo
castaño claro color acaramelado, o rubio oscuro, lo lleva sabiamente
corto por los lados y despeinado en forma de cresta alborotada hacia
arriba.
-¿Y
qué?-pregunto. No entiendo porque me dice que no es una mala
persona. Es el hijo de un mafioso, también lo es y me ha
secuestrado. ¡Claro que es malo! ¡Dios mio!
-Dudo
que el señorito McCann quiera hacerte daño-toma aire, resignada-
Aun eso deberías comportarte...
-¿Como
quiere que me comporte? ¿Me dejo secuestrar sin oponerme? ¡Vaya
estupidez! Yo no quiero estar aquí!
-Obvio
que sé que no quieres estar aquí- se altera- Pero debes
comportarte.
-¿Porque
razón? Dime sólo una única razón lógica por la que deba
comportarme.
Piensa
un par de segundos antes de responder— Porque
estás aquí. Puede que escapes, que es lo que quieres, puede que
no...pero el tiempo de estancia que estés aquí, yo de ti la pasaría
lo mejor posible. Y la única manera es que te comportes y que
colabores en todo lo que te pidan.
Acaba
justo de curarme la mayoría de mi cuerpo, menos el cuello y la cara.
Acerca su mano, pero yo me aparto ligeramente. Sigo sin fiarme- No te
haré daño- dice, cuando la rechazo. Le dejo hacer. ¿Me está
curando, no? Me desvenda el cuello y me sana un corte que tengo
gracias al puñetero cuchillo que sostenía el loco ese contra mi
cuello. Suerte mía que no apretara mucho y no se haya hecho
profundo, sino posiblemente estaría muerta.
-Esto
está mucho mejor- comenta contenta y orgullosa por su trabajo
realizado- En un par de días cicatrizará y ya no te dolerá, te lo
aseguro- me sonríe al mismo tiempo que procede a levantarse.
-Gracias-
agradezco. Ahora estoy mucho mejor. Estoy segura que esta mujer tiene
manos de santa.
-No
hay de qué, es un placer.
Se
dirige a la puerta y antes de irse me mira otra vez.
-Hazme
caso, no opongas mucha resistencia y quizás, te sorprendas- sonríe
por última vez antes de añadir- descansa, duerme si es preciso. Te
encontrarás mejor...
Y
desaparece. ¿Porque me dice todo aquello? ¿A caso tengo que tener
piedad por mis secuestradores? ¡Vaya tontería! Les odio a todos y
cada uno de ellos. A Justin, a su padre Jeremy, al Clan McCann al
completo, a todos los que han participado en esto, a todos.
Me
estiro. La cuerda que sujetaba mis tobillos ya no esta, ya no roza mi
piel mientras que la despellejaba al moverme. Mhm, así esta mucho
mejor.
¿Que
voy a hacer? Estoy recluida, atrapada. ¿Y Josh, y papá? No puedo
imaginar lo que les puede haber pasado. La última vez que vi a mi
padre daba ordenes por el pinganillo y Josh me guiñaba el ojo para
que supiera que siempre estaría a su lado. Ahora siento que les he
perdido para siempre. ¿Oh, papá, como voy a salir de esta? Les echo
de menos. Quiero irme de aquí. Me siento desamparada, confusa, y
siento miedo. Odio sentir miedo. Se me nublan los sentidos cuando
tengo miedo, y entonces no sé cómo reaccionar.
Van
a pagar por esto. No descansaré hasta salir de aquí y meter a todo
el Clan McCann entre rejas. Este será el propósito—el
objetivo— de mi vida profesional.
Les
odio, y quiero que paguen por cada uno de los delitos imperdonables
que han cometido al largo de los años.
*********************************************************************************
Holis otra vez e.e He hecho algunos cambios, espero que os guste:)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Venga, comenta. No muerdo y me ayuda a mejorar día a día. Es gratis.