viernes, 25 de enero de 2013

Capítulo 03: '' Van a pagar por esto''

Maratón[1/3]



Que malote, Biebs e.e EJEJEJEJEJEJEJE.






Narra Nicole.


Me duele la cabeza mucho. Muchísimo. Demasiado y exagerado. Intento abrir los ojos pero no lo consigo. Siento como todo el corazón envía la sangre a mi cabeza como si estuviera enviando mil taladradoras a perforar mi cráneo. No lo soporto. Es doloroso, exasperante y tremendamente agotador. Efectivamente agotador. No tengo fuerzas para nada. El cuerpo me pesa toneladas, las piernas me duelen— en concreto y con más intensidad la derecha— siento mi cuello dividido de mi cuerpo, y muy dolorido, y por último mareos en lo más profundo de mi cabeza. La cabeza me está matando lentamente.¿Como es posible que me duela tanto? ¿Que coño le pasa a mi cabeza? Dios, como duele. Cojo fuerzas y abro los ojos, provocando otra retahíla de taladrazos en las sienes. Me obligo a cerrarlos por segunda vez y miro de tranquilizarme.

Respira hondo, Nicole. Respira, expira. Tranquila. Intenta tranquilizarte, ¿vale? Recuerda. Venga, tienes que recordar. ¿Porque te duele todo el cuerpo? ¿Que sucedió ayer para que estés tan hecha polvo?

Destenso los músculos. Acompaso la respiración. Dentro, fuera. Expira, inspira. Ayer por la mañana, ¿que hice? Haz memoria, Nicole. Respira, expira. Ayer por la mañana...

-¿Entonces la misión de hoy qué es? ¿Para que servirá?- pregunto al fin, después de varios minutos en silencio.
-Es una misión de alto riesgo, como ya he dicho, y principalmente trata sobre una incursión en una reunión, para arrestarlos, de la banda mafiosa de los McCann...
-Espera, ¡¿Qué?!- ahí, sí que me altero.
-Nicole, obviamente irás con protección. Yo estaré ahí, Josh también estará ahí... A más te servirá para experimentar la realidad sobre nuestro trabajo, y aprender a actuar con rapidez y a entender tu instinto...-para finalizar, acaba diciendo con voz alegre y llena de emoción- ¡Son como unas actividades extras para tus prácticas! ¿No es maravilloso?
***
-Se largan, ¡ahora!-oigo la señal de mi padre por el pinganillo y procedimos.
Los que estamos colocados en el tejado, entramos por las vidrieras de los lados o por los huecos en el techo. Los demás, entran por las diversas entradas y agujeros del edificio.
Al ver lo que pasa, empiezan a disparar como locos hacia nosotros. Todos nosotros hacemos lo mismo. Una nube de balas, hollín, ruidos de metralletas y gritos se amontonan a mi alrededor. Al descender por la cuerda metálica, cierro los ojos. Acto estúpido, por supuesto. Pero lo higo.
Al abrirlos, me encuentro en medio de una batalla naval. Balas por todas partes, personas en el suelo tendidas y muertas, chillidos por parte de mis compañeros y por los opuestos. Una locura. Disparo a dos personas al lado mío y por mi mala suerte me situé en frente del loco de ese chico. Quiero dispararle, pero alguien me agarra por detrás y me pone un cuchillo en el cuello. Espero a que ese chico me disparara, pero no lo hace. Me mira en un momento de confusión y sin saber porqué, un estallido atrás mío hace que todo vuele por los aires. Caigo al suelo, despedida por la explosión. Algo ha ido mal, esto no estaba planeado, no había ninguna bomba en el plan de intrusión.



¡Ya lo recuerdo! El idiota de mi padre ayer me envió a una misión con él contra los McCann. González también estaba ahí. El que acudió fue Justin, no Jeremy. Y las cosas se torcieron y...y...y... ¡Espera! Las cosas se torcieron. ¡Hostias! ¿Dónde se supone que estoy? No estoy en casa, ¿verdad?
Me vuelvo a alterar, y regresan esos odiosos martillazos en las sienes. Bien. Venga que tú puedes. Tranquilízate, ya. Lo hago. Consigo recobrar la calma, la respiración se me tranquiliza y el dolor de cabeza se va disipando.

¿Dónde me encuentro? ¿Que pasó después de la bomba? ¿Como están Josh y papá? Estas son algunas de las preguntas que me atormentan en estos momentos y entonces, me doy cuenta de la realidad del asunto y de qué sucede a mi alrededor.

Me encuentro en una habitación amplia, muy grande y espaciosa. Las paredes son de color verde oscuro desgastado y en algunas partes desconchado a propósito, pintadas de una forma estrafalaria y moderna. Son del tipo de pinturas con efectos tipo cobre o aguas. Esta, es tipo envejecido, pero tiene un toque elegante, sofisticado y queda realmente bien. Delante mío hay una cómoda de madera vacía y un espejo con un marco realmente precioso en una tonalidad dorada muy agradable. Delante a la derecha, hay otra puerta, y aunque no estoy segura intuyo que lleva el cuarto de baño. Sigo pasando la mirada y encuentro un armario bastante grande aunque no tanto como el que yo tengo en casa. Está entreabierto y puedo observar que no hay ropa ni pertenencias alguna de nadie, por lo tanto, me permite adivinar que esta habitación no pertenece a nadie. Una lámpara de araña pequeña cuelga del techo. Sus cristales reflejan la luz del exterior que entra por la ventana que tengo sobre mi cabeza, expandiéndola en millones de rayos diminutos de luz. Es realmente algo bello de observar. Hay una alfombra que intuyo ser suave en medio de la habitación y el suelo es de mármol color crema con motas más oscuras.

Yo no estoy sobre el suelo, no. Yo estoy sobre otra alfombra de color morado oscuro y detrás mío hay algo de madera cuadrado. Estoy segura de que se trata de una mesita de noche. Justo a mi lado hay una cama y yo estoy esposada a una de sus patas... ¡Estoy esposada a una de sus patas! Esto no me puede estar pasando a mi. No. ¡Joder! ¡Maldita sea! ¿Que coño hago esposada a una cama? ¿Que coño pasó ayer? ¿Que hizo que todo se fuera a la mierda? Me desespero. ¿Y Josh? ¿Y papá? ¿Están bien? ¿Volvieron a casa? ¿Están en el hospital? ¿Están muertos?
Entonces lo entiendo todo. Esas imágenes...ese chico. Justin. ¡Oh Dios, Justin! Me han secuestrado. ¿No me jodas? Estoy esposada a la pata de una cama y seguramente están esperando que delate. ¡Ni loca! No lo pienso hacer. Están como una puta cabra si esperan que delate a mi gente, a mi familia. ¡Ni hablar!

Me percato de un murmullo. Oh, voces en el exterior. Justo detrás de la puerta. Parecen...¿risas? Se están riendo, y parecen ser de hombre. ¡Pues a mi no me hace ninguna gracia estar esposada así! ¡Cabrones! Si grito les tocaré un rato las narices y quizá me quiten las esposas. Molestan tanto...Duelen.

-¡Soltadme, soltadme!-grito lo más fuerte que mis doloridos pulmones me permiten y me sorprendo a mi misma gritando bastante alto. ¡Ai!, hace daño.

No oigo respuesta. Creo oír otra vez ese mormullo detrás de la puerta, pero no aprecio que dicen o de que se ríen, si se están riendo...Ya no estoy tan segura de que sean risas. ¡Maldita sea! Me tienen que oír.

-¡Soltadme, soltadme!- repito. Pero nada, no funciona. O no me escuchan—que lo dudo—o están pasando de mi directamente. Vuelvo a coger una cantidad de aire descomunal y lo suelto todo mientras grito-¡He dicho que me soltéis! ¡Joder, joder, asquerosos!

Me desespero; pero es que estoy esposada a una pata de una cama desconocida, en una posición incómodaten los brazos al lado del cuello, hacía arriba y estoy atada con los brazos hacia atrás—.Me duelen los músculos de los brazos. A parte mis piernas están amarradas por una cuerda gruesa marrón claro.

-¡Hijos de puta, soltadme! ¡Soltadme, por favor!
Quiero salir de aquí. Quiero ver dónde estoy y cual es mi posición. Debo observar para luego, más tarde, escapar.


-¡Eh!- grito muy pero que muy fuerte. Esta última vez me muevo bruscamente, me retuerzo en el suelo y hago que la cama se mueva y golpee la pared violentamente.

-¿Que hacemos? ¿Llamamos al jefe?- puedo escuchar que alguien dice a través de la madera de la puerta. Tiene una voz áspera, ronca y ruda, de fumar como un carretero. Por el tono pienso que es mayor—de unos 45 años, más o menos—.

Supongo que su supuesto compañero iría a responder, pero entonces se oye un abrir de puertas muy brusco, casi violento. La persona que abre esa puerta de esta forma debe estar extremadamente enfadada, cabreada, enfurruñada y molesta. Le debo haber tocado bastante las narices.

-¿Quien coño grita de esa forma?-vocifera. Da miedo de verdad. Por unos segundos siento miedo de que me vaya a hacer daño. Quizás me he pasado y debería haber mantenido la boquita cerrada. ¡No!¡No!¡No! ¡Nicole, no! Obvio que no. Que se jodan. ¡Que no me hubieran secuestrado!

Otro hombre—no tiene la voz igual que el anterior. Es una voz más suave, más joven— Acto seguido oigo unas llaves intentar abrir una puerta, como la puerta rechina y acepta la entrada a unas llaves correctas. Entra de un portazo, con todos los ojos llenos de odio y realmente pienso que me va a pegar. Viene corriendo hacia mí y me mira amenazante.

Es el mismo chico de la noche anterior. ¡Oh Dios! Hasta así es perfecto para una fotografía. ¿Pero que coño dices? ¡Nicole, cállate! ¿Como puedes pensar eso?

-¡Cállate ya!- me grita- ¿Puedes hacer el favor de mantenerte con la boca cerrada?- pide mientras me agarra por los hombros y me zarandea. Sus dedos me dejan una hilera roja.
-¿Porque debería callarme? ¡Me habéis secuestrado!- replico.
Resopla airado. Se dirige hacia la cómoda y saca cinta aislante. ¡Mierda! Me va a poner eso para que no chille. Se acerca. Corta un tajo con los dientes y me lo pone.
-¡Por eso mismo, niña, deberías estar calladita!-me lo pega bien en los labios.
Voy a decirle algo, dejarle en evidencia pero cuando hablo sólo se puede escuchar—Mhm,mhhhm...¡Mmmhhm! El se ríe con una sonrisa torcida. ¿En serio? ¿Encima le hace gracia?
-Cállate, ¿quieres?- me aconseja antes de abrir la puerta. Cuando creo que ya se larga, se gira de nuevo, y dice- Más tarde volveré y tendremos una pequeña charla, niña.
Me fulmina con la mirada y, por fin, se larga.

¡Maldita sea! Lo odio, lo odio, lo odio... ¿Quien se cree que es para tratarme así? Agh, se está ganando una hostia...


***


Al poco rato entra una señora—mediana edad, pelo corto ondulado en un recogido hacia atrás, y aspecto latino—.

-Hola, soy María Velarde- saluda alegremente- Me han pedido que te sane las heridas.

Le miro recelosa. No sé si fiarme o no. Se acerca con un cazo de agua, un botiquín blanco con una cruz roja en el medio, trapos y algunas vendas.

Me suelta la cuerda de las piernas y me quita el celo de la boca.

-Creo que no lo necesitas- me sonríe- No vas a volver a gritar, ¿verdad?

Niego. No lo voy a hacer.

-Debes prometerlo- sigue hablando. Me mira suplicante, realmente, ella no quiere que grite, quizás porque sabe que me va a pasar si lo hago.

-Lo prometo- digo al fin. No voy a gritar, lo haré porque esa amable mujer me lo está pidiendo.

Me empiezo a desvendar la pierna, a curarme las heridas y los cortes con alcohol y agua, a limpiarme las heridas, desinfectarlas, volver a vendarlas...todo en silencio.

-No es mala persona- dice.

No sé a quien se refiere. Bueno sí. Se refiere a Justin, pero ''no es mala persona'' no es una buena definición para él. Ni buena, ni cierta, ni justa. Suspiro.

-¿Quien? ¿A quien te refieres?- pregunto, haciéndome la confundida.
-Él no es mala persona, el señorito McCann jamás ha sido mala persona-aclara.

Ahora que ya le he visto de cerca he podido observar todos sus rasgos. Es alto, de un 1'83 metros más o menos. Constitución delgada pero con una espalda ancha y brazos musculados. Me jode reconocerlo pero es atractivo, sexy, guapo e interesante. Mhm, ¿qué más? Embriagador, misteriosamente magnético...¡Basta! ¿Que haces, Nicole? Mi subconsciente entorna los ojos resignada y me regala una advertencia muda. Tiene unos rasgos faciales proporcionales—unos ojos marrones miel aunque oscuros en algunas partes, una nariz de tabique ancho pero sin ser llamativa, una dentadura perfectamente colocada encarcelada por unos gruesos, carnosos y rosados labios, varias pecas distribuidas con encanto; dos bajo el labio inferior en la parte izquierda, una acompañando la comisura derecha, otra debajo de una ceja en el párpado izquierdo y la última en el pómulo izquierdo, justo debajo de una mirada penetrante; y unas oscuras cejas espesas—. Recuerdo su boca enfurecida y contradictoria. Siento la curiosidad de saber como es su sonrisa. Tiene un pelo castaño claro color acaramelado, o rubio oscuro, lo lleva sabiamente corto por los lados y despeinado en forma de cresta alborotada hacia arriba.
-¿Y qué?-pregunto. No entiendo porque me dice que no es una mala persona. Es el hijo de un mafioso, también lo es y me ha secuestrado. ¡Claro que es malo! ¡Dios mio!
-Dudo que el señorito McCann quiera hacerte daño-toma aire, resignada- Aun eso deberías comportarte...
-¿Como quiere que me comporte? ¿Me dejo secuestrar sin oponerme? ¡Vaya estupidez! Yo no quiero estar aquí!
-Obvio que sé que no quieres estar aquí- se altera- Pero debes comportarte.
-¿Porque razón? Dime sólo una única razón lógica por la que deba comportarme.
Piensa un par de segundos antes de responder— Porque estás aquí. Puede que escapes, que es lo que quieres, puede que no...pero el tiempo de estancia que estés aquí, yo de ti la pasaría lo mejor posible. Y la única manera es que te comportes y que colabores en todo lo que te pidan.
Acaba justo de curarme la mayoría de mi cuerpo, menos el cuello y la cara. Acerca su mano, pero yo me aparto ligeramente. Sigo sin fiarme- No te haré daño- dice, cuando la rechazo. Le dejo hacer. ¿Me está curando, no? Me desvenda el cuello y me sana un corte que tengo gracias al puñetero cuchillo que sostenía el loco ese contra mi cuello. Suerte mía que no apretara mucho y no se haya hecho profundo, sino posiblemente estaría muerta.
-Esto está mucho mejor- comenta contenta y orgullosa por su trabajo realizado- En un par de días cicatrizará y ya no te dolerá, te lo aseguro- me sonríe al mismo tiempo que procede a levantarse.
-Gracias- agradezco. Ahora estoy mucho mejor. Estoy segura que esta mujer tiene manos de santa.
-No hay de qué, es un placer.

Se dirige a la puerta y antes de irse me mira otra vez.

-Hazme caso, no opongas mucha resistencia y quizás, te sorprendas- sonríe por última vez antes de añadir- descansa, duerme si es preciso. Te encontrarás mejor...

Y desaparece. ¿Porque me dice todo aquello? ¿A caso tengo que tener piedad por mis secuestradores? ¡Vaya tontería! Les odio a todos y cada uno de ellos. A Justin, a su padre Jeremy, al Clan McCann al completo, a todos los que han participado en esto, a todos.
Me estiro. La cuerda que sujetaba mis tobillos ya no esta, ya no roza mi piel mientras que la despellejaba al moverme. Mhm, así esta mucho mejor.

¿Que voy a hacer? Estoy recluida, atrapada. ¿Y Josh, y papá? No puedo imaginar lo que les puede haber pasado. La última vez que vi a mi padre daba ordenes por el pinganillo y Josh me guiñaba el ojo para que supiera que siempre estaría a su lado. Ahora siento que les he perdido para siempre. ¿Oh, papá, como voy a salir de esta? Les echo de menos. Quiero irme de aquí. Me siento desamparada, confusa, y siento miedo. Odio sentir miedo. Se me nublan los sentidos cuando tengo miedo, y entonces no sé cómo reaccionar.

Van a pagar por esto. No descansaré hasta salir de aquí y meter a todo el Clan McCann entre rejas. Este será el propósito—el objetivo— de mi vida profesional.

Les odio, y quiero que paguen por cada uno de los delitos imperdonables que han cometido al largo de los años.

*********************************************************************************
Holis otra vez e.e He hecho algunos cambios, espero que os guste:)



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Venga, comenta. No muerdo y me ayuda a mejorar día a día. Es gratis.